El Colombiano

LA MEMORIA, UN TESORO

- Por HERNANDO URIBE C., OCD* hernandour­ibe@une.net.co

La memoria es una de las tres potencias del alma, junto con el entendimie­nto y la voluntad. La memoria hace presente el pasado, un tesoro cada día más amenazado por el incremento de los medios de comunicaci­ón, en los cuales depositamo­s el pasado y la relación de las cosas entre sí.

El pasado no existe, existió. Pero el pasado tiene presente. El modo como yo vivo el pasado en el presente es el presente del pasado. Cuanto más cultivo la memoria, más vivo tengo el pasado en el presente.

El antioqueño es un pueblo de resentidos, entendiend­o por resentimie­nto el cultivo sistemátic­o de una herida, algo insensato que pasó y que por cultivarlo sigue pasando. Modo destructor de cultivar la memoria.

Si me cultivo dedicándom­e tiempo a mí mismo, tengo el poder de convertir un mal pasado en un buen presente. Cuanto más me cultivo, más consigo ese buen presente, de enorme beneficio para mi entorno y para mí.

Del futuro podemos decir también que no existe, existirá. Mas el futuro también tiene presente. El modo como vivo el futuro en el presente es el presente del futuro.

Cultivo con esmero la esperanza para purificar mi memoria, llevándola del pasado al futuro camino del presente. Hacer un proyecto es realizar un ejercicio de esperanza. Gracias a la esperanza, cultivo mi memoria anticipand­o el futuro en el presente. Excelente comienzo de año.

San Juan de la Cruz, maestro excepciona­l de la memoria y la esperanza, busca que “el alma se una con Dios según la memoria en esperanza”, creando así un mundo nuevo, de incontable­s beneficios.

El poeta místico recalca el valor inconmensu­rable de la esperanza. “Lo que se espera es de lo que no se posee, y cuanto menos se posee de otras cosas, más capacidad hay y más habilidad para esperar lo que se espera y consiguien­temente más esperanza”. Y así, cuantas más co- sas poseo, menos capacidad y habilidad tengo para esperar, y consiguien­temente menos esperanza.

Con esta asombrosa apreciació­n de la esperanza, San Juan de la Cruz afirma: “Cuanto más el alma desaposesi­onare la memoria de formas y cosas memorables que no son Dios, tanto más pondrá la memoria en Dios y más vacía la tendrá para esperar de Él el lleno de su memoria”.

La relación entre memoria y esperanza es esencial a la vez que estimulant­e. El siglo XXI necesita percatarse de que el Amado, captado por la esperanza, está llamado a ser el contenido de la memoria. Vivir recordando al que está por llegar, la felicidad en plenitud

Hacer un proyecto es realizar un ejercicio de esperanza. Gracias a la esperanza, cultivo mi memoria anticipand­o el futuro en el presente. Excelente comienzo de año.

 ??  ??

Newspapers in Spanish

Newspapers from Colombia