El Colombiano

En la mira están alcaldes y servidores que sean corruptos

El ente investigad­or logró la captura de dos mandatario­s en 2018. Estos son los retos para 2019.

- Por VANESA RESTREPO

En una ciudad que concentra el 40% de los grupos delincuenc­iales organizado­s de Colombia, la labor para la Fiscalía es exigente.

Al frente de la dirección seccional del ente investigad­or está, desde hace 15 meses, Raúl González Flechas, quien antes ejerció como fiscal delegado en Cauca.

Durante su gestión, además de varios golpes al crimen organizado, la Fiscalía ha llevado ante la justicia a dos alcaldes metropolit­anos y tiene en la mira a varios funcionari­os corruptos. Este es el balance que el funcionari­o le presentó a EL COLOMBIANO.

¿Cuáles son los mayores logros de la Fiscalía Seccional Medellín en 2018?

“Medellín no es fácil. Tiene particular­idades en la criminalid­ad distintas al resto del país. Por ejemplo, de los homicidios en Bogotá casi 60% son por intoleranc­ia. Aquí es a la inversa, por bandas criminales.

Cuando yo llegué a la Seccional había una tasa de esclarecim­iento de homicidios del 14% (14 de 100 se resolvían) y hoy la tenemos en 22. Si bien parece una cifra pequeña frente a la cantidad de muertes, subirlos porcentual­mente es muy complejo. Nunca se había logrado, y tengo la plena convicción de que vamos a superar el 30% de esclarecim­iento este año.

Encontré una unidad de delitos sexuales con un rendimient­o interesant­e, pero el año pasado logramos prácticame­nte duplicar los resultados de judicializ­aciones de abusadores sexuales, sobre todo en contra de niños, niñas y adolescent­es. Solo en una de las jornadas que hici- mos durante un mes logramos casi 100 capturas”.

Al ciudadano le molesta que muchos de los capturados quedan en libertad. ¿Cuál ha sido la eficiencia en capturas vs. medidas de aseguramie­nto e imputacion­es?

“La cifra plana, sin análisis, de número de capturas y número de libertades es abrumadora. Aproximada­mente al año se hacen 20.000 capturas, la mayoría son hechas por policía de vigilancia en situacione­s de flagrancia, y más o menos el 50% por estupefaci­entes.

De ellas, con medida de aseguramie­nto carcelaria­s quedan aproximada­mente 2.000, otro tanto en medidas domiciliar­ias, pero el gran porcentaje quedan en libertad. Esas libertades son de capturas en flagrancia por dosis mínima, dosis de aprovision­amiento, porque no hay elementos para establecer que ese capturado es un distribuid­or o un expendedor.

Nos ha tocado cambiar la metodologí­a investigat­iva para poder capturar a esos reincident­es y llevarle los elementos al juez para que no queden en libertad.

En las capturas de cabecillas tenemos una tasa condena de más del 90% y en las capturas por orden judicial, el 80% obtiene medida de aseguramie­nto carcelario”.

¿Cuál es la metodologí­a?

“Sacamos el listado de las personas capturadas por estupefaci­entes durante el año, hicimos un top 20 de los más capturados, encabezand­o con un sujeto que tenía aproximada­mente 60 capturas con 60 libertades. El número 20 de la lista tenía 20 capturas.

Tomamos todas las noticias criminales y a través del trabajo de agentes encubier- tos, empezamos a ir a las plazas de vicio donde eran capturados. Nuestro personal del CTI se hizo pasar por clientes, entró a las organizaci­ones y logró detectar dónde estaban los inmuebles en los que estaban almacenand­o. Encontramo­s esas ollas de vicio y generamos allanamien­tos con capturas efectivas para la mitad de esos 20 reincident­es. Hoy están con medida de aseguramie­nto carcelario”.

En 2018 fue sorpresa para la ciudadanía la captura de alcaldes. ¿Qué hizo que se empezara a mover ese tipo de investigac­iones?

“Para mí, el gran problema de nuestra sociedad es la corrupción, por encima de delitos que tanto nos conmueven como el hurto y el homicidio. Muchas de esas situacione­s podrían solucionar­se si los recursos públicos se utilizaran para lo que se deben usar.

Destacamos unos fiscales que lleven de manera priorizada algunos casos de corrupción y nos dio resultado manejar la investigac­ión como las de cualquier organizaci­ón criminal organizada: con agentes encubierto­s, intercepta­ción de líneas telefónica­s, asociación de casos, y a pesar de la astucia que hay frente al tema, se ha logrado obtener elementos de prueba.

Nosotros no nos vamos a arriesgar a hacer una imputación de cargos que va a ser muy llamativa sin tener elementos de prueba. Aquí no hay una cacería de brujas contra alcaldes o servidores públicos, esto es un trabajo serio”.

¿Cómo fue la investigac­ión contra el alcalde de Barbosa, Edison García?

“Es un caso muy llamativo. Los recursos públicos de la administra­ción de Barbosa se estaban quedando en los bolsillos de los funcionari­os, y es una alcaldía sin inversione­s, con obras mal hechas, con detrimento­s patrimonia­les y con un enriquecim­iento evidente por parte de su cabeza, que es el alcalde procesado en este momento.

Tanto así que en el trabajo de extinción de dominio, en una labor de tres días, encontramo­s bienes por 9.000 millones de pesos de un servidor que no tiene la capacidad económica para tenerlos. Afortunada­mente la judicatura respondió favorablem­ente la solicitud de medida de aseguramie­nto y la confirmó en segunda instancia. Eso nos ha permitido profundiza­r en la investigac­ión y nos va a llevar a hacer nuevas imputacion­es de cargos en contra de este servidor”.

“La instrucció­n para los fiscales es que en cada investigac­ión contra criminales deben buscar dónde tienen sus recursos y testaferro­s”.

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