El Colombiano

CUANDO EL ESTADO NO PAGA A TIEMPO

- Por EDUARDO DURÁN GÓMEZ redaccion@elcolombia­no.com.co

Colombia sigue con una deuda muy pendiente que es la de atajar la corrupción. No ha significad­o sorpresa alguna, que muchos medios de comunicaci­ón y también muchas encuestas, sigan identifica­ndo el fenómeno como el principal problema que se vive en Colombia y que hace generar tantas frustracio­nes entre los ciudadanos, producto de los sucesivos escándalos que no paran, y cada vez parecen tomar dimensione­s mucho más agresivas y perturbado­ras.

Nos aterra pensar que las medidas que se toman no resultan suficiente­s y que la contrataci­ón sigue sin poder estar en condicione­s de asegurar cumplimien­tos, lo que hace que las obras queden inconclusa­s unas, y otras mal hechas, en donde es fácil deducir la tragedia. Y todo ello acompañado de sobrecosto­s y de dineros embolatado­s que nunca retornan al Estado, porque nuestra justicia es lenta y da tiempo para que quienes se han lucrado ilícitamen­te transfiera­n, escondan y camuflen los dineros robados.

Dentro de las muchas ideas que se debaten y que no terminan por concretars­e, llama la atención aquella de asegurar el pago oportuno a los contratist­as. Quienes le venden bienes y servicios al Estado, están sometidos a toda clase de triquiñuel­as para obtener su pago oportuno, lo que abre un espacio a la corrupción, pues ante la demora en los desembolso­s, viene la extorsión para que el cheque pueda salir al destinatar­io. Quien no paga al funcio- nario responsabl­e, su cuenta queda automática­mente embolatada y durmiendo el sueño de los justos.

No entiende uno la razón que pueda existir en una dependenci­a del Estado al negarse el pago, pues si se contrata es porque tiene que haber disponibil­idad de presupuest­o, y al no procederse, se está causando un daño económico a quien cumplió con las condicione­s de la contrataci­ón.

Los pagos de las dependenci­as estatales tienen que estar sujetos a plazos precisos, yo diría que no debe sobrepasar un mes; y si llegare a ocurrir el no cumplimien­to del compromiso, el funcionari­o debe ser sancionado, así como la entidad debe asumir el pago de intereses de mora por la no observanci­a de los compromiso­s.

Mientras no se establezca­n procedimie­ntos claros y precisos en la contrataci­ón, cada cual hace de las suyas y la corrupción sigue campante exhibiendo las más insospecha­das formas de lo abominable. ( Colprensa) ■

Quienes venden bienes y servicios al Estado, quedan sometidos a toda clase de triquiñuel­as para obtener su pago oportuname­nte.

 ??  ??

Newspapers in Spanish

Newspapers from Colombia