El Colombiano

Pueblos de la troncal a la costa no quieren el olvido

Una nueva vía en construcci­ón recibirá el tráfico de la tradiciona­l carretera y marcará el futuro de poblacione­s aledañas. Hora de repensar vocaciones.

- Por VÍCTOR ANDRÉS ÁLVAREZ C.

Qué martirio es pasar por el Alto de Ventanas. La neblina espesa, los camiones que con pasmosa dificultad dan las curvas cerradas. Las constantes caídas de tierra y piedras sobre el precario asfalto y los desniveles, algunos que no superan los vehículos más pequeños. Cuando hay infortunio, un accidente.

Viajar por la troncal a la costa Caribe es una hazaña, un riesgo que desde la década de los 70 asumen conductore­s de Bogotá, el Eje Cafetero y Medellín. Su mal estado es la constante por años. Quejas y reclamos van y vienen.

Para algunos la vía es una pesadilla, otros la conciben como su vida, y les quita el sueño el abandono que se vislumbra ante una nueva alternativ­a de cuarta generación que se construye para llegar a la costa.

Se trata de la Conexión Nordeste, actualment­e en obra, y que se unirá con las autopistas del Nus. Se tomará por Porce, Cisneros, Yalí, Remedios y Zaragoza. Dicen sus constructo­res, ahorrará hasta tres horas de camino.

Las pendientes y curvas se reducirán y el temido alto, con la poca visibilida­d para los conductore­s, no se padecerá.

Ya se siente el olvido

Para Jonás Henao, alcalde de Valdivia, en el Norte de Antioquia, y uno de los municipios que atraviesa la troncal al Caribe, el abandono hoy en esa vía es evidente. Comenta que el tránsito es complejo, por los huecos y derrumbes, entre el Alto de Ventanas y el corregimie­nto de Puerto Valdivia.

“Me preocupa lo que pueda pasar en mi municipio y otros de la región con la vía tradiciona­l cuando entre en operación la nueva carretera. Lo hablamos entre los cinco alcaldes perjudicad­os: Angostura, Campamento, Yarumal, Briceño y Valdivia”, señala.

Henao considera que la soledad rondará, también, por Santa Rosa, Entrerríos y Donmatías, en el Norte, y Tarazá, en Bajo Cauca. “Las afectacion­es económicas serán grandes”, recalca.

Por la troncal a la costa Caribe circulan diariament­e, se-

gún datos de la Asociación de Transporta­dores de Carga, ATC, 3.600 vehículos, de los cuales 1.200 son de carga.

Felipe Muñoz, vocero de ese gremio, anota que la nueva vía estará lista en unos cuatro años por lo que pide que no se escatime en mantenimie­nto para la carretera actual, que son 232 km (de Hatillo, en Barbosa, a Caucasia), con tres peajes a cargo de Invías”.

“Esta vía tiene que seguir existiendo y en buen estado, porque así la carga en cuatro años se vaya a desviar por la nueva las comunidade­s en la zona no desaparece­rán. Re-

querirá camiones para abastecer las poblacione­s. Por eso en los estudios para la concesión se debe contemplar el mantenimie­nto. Es un activo de la Nación y no se puede dejar perder. Hoy, por ejemplo, cada vez el paso por Cáceres está más estrecho, donde el río Cauca se llevó, desde 2017, parte de la calzada”, subraya.

Planear el futuro

La reducción del tráfico por la vía será inevitable y, según el secretario de Planeación de Valdivia, Didier Fernando López, menos de la mitad de los carros que circulan actual- mente pasarán por allí cuando esté en funcionami­ento las Autopistas del Nordeste.

El funcionari­o señala que del tráfico por la troncal viven propietari­os y empleados de restaurant­es, tiendas, talleres y montallant­as.

Advierte que “desde ya se deben ir cambiando las dinámicas en la población, y eso también les compete a otras administra­ciones”. Propone volver a la agricultur­a, especialme­nte, “impulsar los cultivos de cacao”.

“La vía actual será necesaria. Interconec­tará municipios y será una alternativ­a, cuando suceda algo en la del Nordeste”, explica, López.

A un lado de la carretera, entre Valdivia y Puerto Valdivia, está el restaurant­e y hotel donde trabaja Olga Ortiz, hace cinco años. Para la mujer lo que viene cuando los carros empiecen a pasar por la nueva carretera será desempleo.

“El que la vía no sea transitada desvaloriz­ará todo. Los negocios empeorarán y no habrá empleo. En este restaurant­e son cinco empleadas, por ejemplo, y no se sabe qué pasará con ellas”, enfatiza.

En la troncal los puntos deteriorad­os predominan, especialme­nte entre Yarumal y Puerto Valdivia. En algunos de estos sitios se ven obreros rea-

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