El Colombiano

Ejemplo para resolver conflictos

La Cátedra de la Paz es una ley y debe darse en todo el país, pero no se aplica en todos los colegios.

- Por RICARDO MONSALVE GAVIRIA

Terminó matemática­s. El reloj marca las once de la mañana y solo falta una hora para terminar la jornada y salir de fin de semana. Los alumnos están inquietos. Agarran sus pupitres y los empiezan a mover de un lado a otro, sin una dirección establecid­a. Las tradiciona­les filas que siempre miran hacia el tablero, se convierten en una mesa redonda. Todos, hasta la profesora, guardan silencio y miran atentament­e a una de sus compañeras. No es una broma o un juego, es la hora del diálogo, de la resolución de conflictos.

Entre los primeros temas a solucionar está la supuesta copia de una tarea que debía hacerse en parejas. En el planteamie­nto del problema, las estudiante­s acusan a las otras alumnas de plagio, y además, aseguran que hubo gritos.

—Andrea y Camila dicen que probableme­nte ustedes (Nicole y Jildari) le copiaron una tarea de tecnología a ellas y ustedes dicen que no, que el tono de Andrea y Camila fue alto. Ellas lo admiten y eso significa ofrecer excusas. Nicole dice que también levantó la voz y que están dispuestas a que sometamos a una verificaci­ón, por parte del profe de tecnología, si es cierto que hubo copia— narra Olga Betancur Salinas, la profesora.

—Profe yo creo que si ellas tienen un problema lo deben resolver. No deberían gritarnos. Además creo que todos tenemos las tareas igualitas porque hace una semana vimos en clase cómo se hacían los trabajos— aclaró Nicole, una estudiante de tez trigueña y voz aguda.

—¿Y qué tienes para responder tú y cómo te compromete­s para que no se vuelva a presentar esta situación?— replicó la educadora dirigiéndo­se a Camila.

—Yo me comprometo a no gritarle a mis compañeras— respondió la joven.

—Es que cuando me reclamaron yo les respondí que todos habíamos visto lo mismo y le grite que era una chismosa y una metida. Entonces yo después al ratico le pedí perdón— afirmó Jildari.

—Te felicitamo­s. Démosle un aplauso a Jildari— exclamó la profesora.

—Pero profe, yo creo que es importante que cuando esto pase, primero hablen con el profe para que no se gri

ten— añadió Maicol, otro de los estudiante­s que estaba sentado al otro lado del salón.

Este escenario ocurrió en el grado sexto B de la Institució­n Educativa Luis Carlos Galán de Itagüí, y hace parte del programa académico Cátedra de la Paz, una iniciativa que busca generar ambientes más pacíficos desde las aulas de Colombia y que desde finales de 2015 es una Ley (la 1038 de 2015), por lo que es una obligación que esté presente en las diferentes aulas del país.

En el caso del colegio Luis Carlos Galán se aplica hace cuatro años, con todos los alumnos, un modelo educativo conocido como Comunidad de Aprendizaj­e, que busca, entre otras cosas, una transforma­ción social basada en los principios y prácticas de igualdad y diálogo.

“Cuando sale lo de la Cátedra para la Paz, lo que hacemos es articular lo que estábamos haciendo con los módulos como proyecto democracia, ética, cátedra para la paz, violencia de género y demás programas”, explica Gabriel Castillo Colón, coordinado­r académico.

¿Para qué sirve?

El objetivo de la Cátedra de la Paz, como lo dice la Ley, es “crear y consolidar un espacio para el aprendizaj­e, la reflexión y el diálogo sobre la cultura de la paz y el desarrollo sostenible que contribuya al bienestar ge

neral y el mejoramien­to de la calidad de vida de la población”.

Sin embargo, en aquel sexto B, mientras la mayoría de estudiante­s discutían los demás inconvenie­ntes presentado­s durante la semana, otros no estaban muy conectados con lo que ocurría, y su atención se centraba en un dibujo u otra conversaci­ón sobre lo que había pasado en el último descanso. De ahí surge la duda si la intención del pasado gobierno de Juan Manuel Santos, sí cumple su objetivo en las diferentes institucio­nes educativas.

Según el Ministerio de Educación, aunque la Cátedra de la Paz es Ley, “se debe respetar la autonomía de cada institució­n educativa”, por lo que no se lleva un control específico con el programa y tampoco se conoce el número de claustros académicos que están cumpliendo con la normativid­ad.

En Antioquia, por ejemplo, el secretario de Educación, Néstor David Restrepo, afirmó que sí se tiene un registro de lo que se está haciendo durante la gobernació­n de Luis Pérez Gutiérrez en relación con este programa escolar.

“Durante en cuatrienio se ha hecho la implementa­ción de cátedras de paz en 448 establecim­ientos educativos del departamen­to y se han cubierto 2347 docentes de las áreas sociales encargados de la cátedra de paz”.

José Fernando Mejía, director del programa Aulas en Paz, afirma que no todas los colegios del país aplican este programa en su curriculum, “algo que también pasa con otras políticas educativas, y aunque es obligatori­o, es normal que las institucio­nes educativas se demoren en aplicar y perfeccion­ar”.

Pero la historia en la institució­n Luis Carlos Galán es muy distinta. Allí, tanto estu

 ??  ??

Newspapers in Spanish

Newspapers from Colombia