Más allá de la dinámica del PIB, lo clave está en la rentabilidad
La Sociedad de Agricultores de Colombia prevé un crecimiento moderado del sector.
“Estamos en una situación en la que está todo por hacer . Ojalá que la hoja de ruta del Gobierno mantenga el optimismo”.
El sector agropecuario está expectante sobre lo que viene tras nueve meses del gobierno del presidente Iván Duque, en los que si bien ha cometido errores en la comunicación de proyectos como la Ley de Financiamiento y el Plan Nacional de Desarrollo (PND), de los que solo se verán los efectos en el segundo semestre, queda “todo por hacer” (ver Radiografía).
Con esta premisa en mente y un contexto posterior a la minga indígena de días pasados, Colprensa habló con el presidente de la Sociedad de Agricultores de Colombia (SAC), Jorge Enrique Bedoya sobre las perspectivas del sector para este 2019.
Su enfoque más allá de pensar en un incremento del Producto Interno Bruto (PIB) está en que los productores rentabilicen su actividad, por eso considera que se puede dar una dinámica moderada.
¿El sector agropecuario podría ser uno de los jalonadores del PIB en el primer trimestre?
“No le apuesto al tema del crecimiento del PIB como una variable de tranquilidad del sector, porque en 2017 tuvimos un crecimiento del más del 5 %, pero teníamos a miles de productores perdiendo plata y sin unos canales de comercialización. Tenemos unas dinámicas diferenciales de siembras y climatológicas, por eso no me atrevería a decir que el sector va a terminar o no jalonando a la economía del país, lo cierto es que para cada uno de nuestros afiliados en la SAC es más importante tener rentabilidad”.
Es decir, esperan un crecimiento moderado...
“No vamos a tener un gran aumento sino más bien moderado y siempre hemos visto que las actividades agropecuarias tienen un crecimiento por encima del 4 % y esto pesa bastante en el PIB del sector, pero dependerá del comportamiento de los productos exportables y algo de productos como el arroz, la papa, la panela, así como del
cacao, que viene teniendo una gran aproximación del mercado internacional. Hay otros productos como el café, la palma y el azúcar que dependen de los precios internacionales y están en un escenario bastante complejo”.
¿Qué balance hace en este primer trimestre?
“Estamos viendo un buen desempeño en las flores por cuenta del día de San Valentín y por la misma dinámica que ellos vienen teniendo con 1.500 millones de dólares en exportaciones”.
¿Cómo va al café?
“Preocupante, porque el mercado internacional le está jugando una muy mala pasada
a los productores y eso ha dejado una grave situación, en la que el Gobierno ha buscado mitigar con unas ayudas, a pesar de la grave situación fiscal, que se suma a los esfuerzos de la Federación Nacional de Cafeteros por reinventar a la caficultura”.
¿Qué prevé de otras actividades productivas?
“En el sector azucarero y la palma vemos que ha habido dificultades por el comportamiento de los precios internacionales y eso ha hecho que su desempeño no sea el esperado. Han venido surgiendo unas victorias tempranas, que no es que tengan la mayor participación en materia de exportaciones, pero que empiezan a generar una buena dinámica como el caso del aguacate hass, la piña y otras frutas que se están vendiendo a mercados como el europeo.
Tengo que destacar que se viene realizando una gestión por parte del Ministerio de Agricultura y las autoridades sanitarias para lograr el ingreso de productos como la carne de cerdo y pollo para el mercado de China, pero estos resultados no los podremos ver en el corto plazo”.
¿Qué opinión tiene frente al aumento del desempleo?
“Creo que puede haber muchas causas. Estás cifras empiezan a generar preocupación. Sin embargo, tenemos que analizar con bastante profundidad si esto, por ejemplo, se está presentando por cuenta de un desplazamiento de la mano de obra colombiana por el fenómeno migratorio venezolano.
Debemos analizar las cifras de crecimiento de la industria, del comercio y si este ha tenido un impacto. Es claro que cualquier cifra de desempleo que se incremente nos debe preocupar e implicar una revisión del régimen laboral, porque no solo estamos hablando del desempleo, sino de la informalidad laboral con una tasa de más de 47 %”.
¿Qué pasa con la ruralidad?
“Tenemos una discusión pendiente con el Dane, porque cuando miramos los diferentes sectores de la producción no se evidencia una pérdida significativa del empleo en la ruralidad colombiana.
Las cifras nos muestran que no necesariamente se ha perdido empleo, sino que ha caído el número de trabajadores independientes y esto lo podríamos interpretar como un cambio en la contratación.
Lo que encontramos es que para algunos productos no hay una suficiente mano de obra. Por ejemplo con el café, en algunos momentos, se ha tenido que recurrir a trabajadores venezolanos para recolectar la cosecha. Se está presentando un envejecimiento de la población rural, una reducción de la mano de obra de los jóvenes y una tasa de informalidad laboral extremadamente alta, que superaría el 86 % en el sector rural”.
¿Qué hacer para reducir esa informalidad?
“El trabajador rural es estacional y por horas, porque depende de la finca en la que está trabajando, de la cosecha que se está atendiendo e, inclusive, del número de empleados, y esto hace que la situación sea difícil frente a un régimen laboral de ciudad que se aplica. Por eso, le hemos propuesto al Gobierno, en el Plan Nacional de Desarrollo y en un proyecto de ley que va para tercer debate en el Congreso, que se cree el jornal diario integral, que nos abre la posibilidad de que el salario mensual se pague en proporción a los días trabajados y se pueda acceder a los beneficios para los temas de salud y un ahorro pensional, con el objetivo de reducir en algo las cifras de informalidad del campo”