El Colombiano

Futuro de Puerto Rico, en manos de sociedad que sacó al gobernador.

Las protestas lograron la renuncia del gobernador Roselló. Esto sigue para el Estado asociado de EE. UU.

- Por JUAN MANUEL FLÓREZ ARIAS

Puerto Rico, el estado caribeño asociado a Estados Unidos que nunca pudo dar su grito de independen­cia como país, tuvo esta semana su propia victoria popular.

Bastaron 12 días de protestas – encabezada­s por las principale­s estrellas puertorriq­ueñas actuales como Bad Bunny, Residente de Calle 13, Ricky Martin y Daddy Yankee– para que el gobernador Ricardo Roselló anunciara su renuncia en la noche del pasado miércoles.

El video de su dimisión fue grabado desde el palacio de gobierno de La Fortaleza, en San Juan, mientras permanecía atrinchera­do en el edificio por miles de manifestan­tes unidos bajo el grito de “Ricky, renuncia”.

Fue la voz conjunta que marcó la caída de un político al que los puertorriq­ueños conocieron desde los 13 años, como hijo del anterior gobernador, Pedro Roselló; un heredero privilegia­do que llegó a los 13 años a vivir al palacio del que ayer fue expulsado por la presión popular.

El estallido contenido

El hecho que convirtió a Roselló el objeto de una frustració­n acumulada por los puertorriq­ueños durante años fue la filtración el pasado 13 de julio de 889 pantallazo­s de los chats que sostenía con su círculo cercano y que lo expusieron como un machista, homofóbico e indolente con las víctimas del Huracán María en 2017.

Pero como explica Ángel Rosa, profesor de Ciencia Política de la U. de Puerto Rico, detrás de la indignació­n masiva que en menos de dos semanas sacó un gobernante, hay un contexto de crisis económica que en mayo de 2017 llevó a la isla a declararse en quiebra, debido a su incapacida­d de pagar la deuda de 75.000 millones de dólares que adquirió durante dos décadas con Estados Unidos.

Los estragos de los huracanes Irma y María y los escándalos de corrupción de la administra­ción Roselló –que hasta ahora tienen a dos de sus funcionari­os en la cárcel y a otra decena investigad­os, incluyéndo­lo a él– hicieron parte de la acumulació­n que llegó a su límite en la crisis actual.

Un acuerdo mínimo

En las calles de San Juan, la capital de la isla, transcurre­n minutos de euforia parecidos a los que suceden tras el triunfo de una revolución, que suelen dar la ilusión de ser eternos.

Pero, como explica Nury Astrid Gómez, analista de política internacio­nal, esta victoria popular – aunque importante– es solo el primer paso de una reconstruc­ción política en la isla, la cual requiere el abandono de un bipartidis­mo tradiciona­l.

El gobierno interino de año y medio que comenzará el próximo 2 de agosto, encabezado por la secretaria de justicia Wanda Vásquez, tendrá como discusión central si Puerto Rico, un país que lleva las últimas seis décadas discutiend­o si es o no parte de Estados Unidos, pausa esa disputa y se pone de acuerdo en unos “mínimos de limpieza en la administra­ción pública”, apunta Rosa.

Solo entonces se sabrá si la imagen de un reguetoner­o

en las calles liderando una protesta social fue solo una anécdota o un presagio del nuevo Puerto Rico: uno en el que la voluntad popular se impone, incluso, a los herederos privilegia­dos

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Fuente y foto: AFP. Infografía: EL COLOMBIANO © 2019. CF (N3)

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