Manejo e impacto de las grandes obras en Antioquia
Los retos en materia económica se vislumbran desde el plano de las finanzas territoriales y desde el fortalecimiento de sectores económicos que son fundamentales para el departamento y el apoyo de otros que son promisorios. En materia de finanzas territoriales, el proyecto de Hidroituango generará un impacto fiscal importante dado que se tendrá que enfrentar una reducción drástica en los ingresos estimados para los próximos años fruto de la operación del proyecto, la cual se ha retrasado; también se deberá asumir los mayores costos derivados de la contingencia presentada en el año 2018. Un impacto
directo de esta situación, se da sobre el proyecto de rehabilitación del tramo ferroviario del antiguo Ferrocarril de Antioquia (entre la Pintada y Puerto Berrío), la cual se planeaba hacer con los recursos provenientes de la operación de Hidroituango. En este sentido, se da un retraso sensible en el mejoramiento de este sistema de transporte hacia el río Magdalena, lo cual resta competitividad a sectores productivos que necesitan sacar sus productos por medios que permitan reducir su estructura de costos. Para compensar dicha situación, se debe pensar en mejorar las vías y la conectividad en el occidente del departamento, pensando en la conexión con las concesiones Mar 1 y Mar 2, y en el túnel del Toyo, el cual conectará el Valle de Aburrá y el occidente con el golfo de Urabá; allí se desarrollan dos proyectos portuarios importantes (Puerto Antioquia y Pisisí). Un sector que debe captar la atención prioritaria del próximo gobierno departamental, es el minero. La exportación de oro es uno de los renglones más representativos en cuanto a exportaciones del departamento, pero que también presenta mayores problemas ambientales y de seguridad. Se debe seguir acompañando al pequeño minero.