Su determinación la llevó a la meta
Esa es la virtud que más destacan en Nicole Foronda que, a sus 12 años, es bicampeona mundial. Ya está en casa.
Elibeth Castro estaba tan ansiosa que, hasta su hija, Nicole Foronda Castro, a punto de disputar la final, tuvo que tranquilizarla. Así lo contó ayer tras regresar a Medellín convertida en bicampeona mundial de BMX.
“Ma, cálmese, todo va bien”, le decía Nicole cada vez que se bajaba de su bicicleta luego de clasificar primera en octavos, cuartos de final y semifinales.
Era la segunda vez que Elibeth acompañaba a su hija en un Mundial, el primero lejos de casa, en Zolder, pues ya había asistido al de Medellín-16.
Justo en esa localidad belga, su pequeña sumó el primer título internacional cuatro años atrás.
Con los nervios apoderándose de su ser, Elibeth despidió a su hija con una bendición tras ser llamada al partidor para disputar la final.
En medio de la premura y con el manubrio en las manos, Nicole le pidió a su mamá que no viera la carrera desde la tribuna, sino que la esperara en la meta. Un minuto después la jovencita cruzó primera.
“El speaker la llamó de última y cuando sonó el random, ella salió con toda. Luego, cuando la vi llegar, y con tanta ventaja, no me contuve y empecé a llorar”, comenta Elibeth.
“Estaba muy feliz y lloré igual que ella, pero luego le dije: mamá no llore más”, apunta NIcole.
Ese recuerdo compartido fue hace apenas una semana, cuando la corredora antioqueña se coronó bicampeona en el Mundial de BMX. Elibeth, quien se considera la mamá más orgullosa, lo cuenta mientras sostiene en sus manos el trofeo que adjudica a su hija como la mejor del mundo en 12 años, logro que celebran como si fuera la primera vez.
“Ella venía de ser subcampeona en tres mundiales (2016, 2017 y 2018) y para este iba muy fuerte mentalmente, muy segura, dobló sus entrenamientos porque sabía que tenía que dar el máximo para ganar y lo hizo”, cuenta la mamá, quien también agrega que gracias a la determinación que caracteriza a la menor hoy está logrando sus objetivos.
Hace cuatro años, antes de ganar su primer título, su abuela paterna, quien más la apoyaba, falleció, cuenta Elibeth, “no teníamos patrocinadores y habíamos decidido que dejara de practicar, pero ella, a pesar de ser tan chiquita, se nos plantó y nos dijo: ¿y es que acaso para ser campeón hay que tener plata?”. Eso marcó a Luis Guillermo, su papá, y a Elibeth, quienes al verla tan decidida, no dejaron de respaldarla.
Ahora con el apoyo del equipo W-Élite, el Team Medellín y otras empresas, Nicole sigue llegando a sus metas de primera