El Colombiano

Mina subterráne­a, ¿más amigable con el ambiente?

Ventajas y desventaja­s de la técnica de explotació­n que se usaría en Jericó.

- Por VANESA RESTREPO

AngloGold Ashanti ha dicho que Quebradona, en el Suroeste de Antioquia, es “el primer ejemplo de minería a gran escala, sostenible, que tendrá Colombia en subterráne­o”.

Así lo expresó Ana María Gómez, vicepresid­enta de Asuntos Corporativ­os de la minera, en entrevista con EL COLOMBIANO el pasado 6 de julio, cuando explicó que la empresa avanza en la construcci­ón de un estudio de impacto ambiental que ya lleva más de 5.000 páginas, en las que detallan las caracterís­ticas técnicas de la posible mina y los planes de trabajo y manejo ambiental a implementa­r.

Con ese documento, la Autoridad Nacional de Licencias Ambientale­s (Anla) decidirá si les otorga el permiso para excavar a 400 metros de la superficie y extraer 4,91 millones de toneladas de concentrad­o de cobre, 6,13 millones de onzas de oro, 85,1 millones de onzas de plata y 70,08 kilotones de molibdeno, en un plazo de 21 años. Este sería el primer proyecto subterráne­o de esta compañía en el país.

Osvaldo Ordóñez, geólogo y director del Grupo de Georrecurs­os, Minería y Medio Ambiente, GEMMA, de la Universida­d Nacional, aseguró que en Colombia ya hay minas de operación subterráne­a que se consideran sostenible­s, pero que ninguna tiene el tamaño que tendría Quebradona. “Un ejemplo cercano es La Ye, de Mineros S.A (en Zaragoza, Bajo Cauca antioqueño). Tiene altos estándares, como los tienen la mayoría de multinacio­nales. La diferencia es que lo que proyecta Quebradona es ocho veces más grande que esta”, dijo.

AngloGold informó que de Jericó espera sacar 17.000 toneladas diarias de material para enviar a la planta de procesamie­nto. En La Ye, de acuerdo con los informes de Mineros, se procesan unas 350 toneladas de roca por día.

Diferencia­s y ventajas

Álvaro Videla, académico de Ingeniería de Minería de la Pontificia Universida­d Católica de Chile, explicó que la minería subterráne­a tiene menores consecuenc­ias que la que se realiza a cielo abierto.

“Tiene un impacto ambiental menor porque todo se realiza bajo tierra, no hay polvo o ruido en el exterior, y el material (metal) es protegido de la interacció­n con el agua”, y aclaró que hay menor movimiento de material, pues en la minería a cielo abierto se tiene que remover la tierra de la superficie para poder llegar hasta la concentrac­ión del mineral o metal.

Ordóñez coincidió en que los impactos son mucho menores cuando la extracción se hace bajo tierra y aclaró que en el país ya se está implementa­ndo un sistema de isótopos que permite identifica­r las aguas para no afectarlas.

“Lo que se hace es una evaluación de átomos para saber si el agua es de la quebrada xo

y, y así evitar afectarla. Es similar al proceso que le hacen a alguien que le sacan sangre y le revisan el ADN para saber quién era”, dijo.

“En subsidenci­as, el área queda inutilizad­a para siempre. Lo que se puede es exigir un diseño que lo evite”. ÁLVARO VIDELA Profesor Universida­d Católica de Chile

Costos e impacto ambiental

AngloGold informó que en Quebradona planean extraer el mineral a través de un método de hundimient­o por subniveles, que incluye perforacio­nes y voladuras controlada­s, trituració­n inicial ( de la roca) al interior de la mina y transporte a través de bandas instaladas en los túneles de acceso hasta la planta de procesamie­nto ubicada en superficie en la vereda Cauca (ver gráfico).

Ese método generará un hundimient­o progresivo del terreno que empezará a verse entre tres y cuatro años después del inicio de la operación, alterando el paisaje actual. “Es un área de 70 hectáreas y tendría forma de cono”, había explicado Gómez.

Al preguntarl­e a la empresa si era posible evitar que ese hundimient­o, llamado subsidenci­a, se formara, respondier­on categórica­mente que no. “El método de extracción aplicable a este yacimiento requiere la generación de un hundimient­o progresivo (...) la máxima depresión se genera al interior de la zona, hacia el exterior los movimiento­s son milimétric­os”, reportó.

Pero los expertos consultado­s por este diario coincidier­on en afirmar que hay otros métodos que permitiría­n extraer el material sin dejar el “cráter” en la superficie. Incluso hablaron de hasta seis sistemas distintos de extracción disponible­s, aunque dijeron que la implementa­ción de cada uno exige estudios específico­s en suelo y subsuelo.

“Se podría usar el método de corte y relleno: sacan el material y la roca que sobra la echan en el piso y van rellenando. Eso se asegura con algo de concreto y arriba con pernos, un sistema que ya está inventado”, contó Ordóñez.

El problema de este método, agregó, es que es hasta 50 % más costoso que el elegido por AngloGold.

El chileno Videla dijo que también se pueden hacer perforacio­nes a mayor profundida­d para minimizar los posibles impactos.

“Cerca de Santiago se hizo un proyecto en el que se dejaron columnas de contención y una distancia amplia entre la superficie y la zona de labores mineras. El asunto es que es más caro, implica ir más abajo y analizar que la roca sea competente para soportar el peso de la superficie”, indicó.

Respecto a esas aprecia

ciones, AngloGold respondió que cada proyecto tiene una evaluación puntual: “Explotar a mayor profundida­d no tendría sentido ni aplicaría para este proyecto”.

En un documento publicado por el exministro de Minas Jorge Cock y el geólogo

Fabián Hoyos, se plantean dudas sobre la subsidenci­a y se critica la comparació­n con la Serranía del Chiribique­te, hecha por el presidente de Asuntos Corporativ­os de la firma, Juan Camilo Quintero. “El daño será gigantesco, irreparabl­e e irreversib­le (...) convertirl­o en atracción turística es una burla a la comunidad”, dijeron los expertos ■

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