El Colombiano

EL INSTITUTO COLOMBO-ALEMÁN PARA LA PAZ (CAPAZ)

- Por FRANCISCO CORTÉS RODAS franciscoc­ortes2007@gmail.com

Es común pensar la paz y la justicia como valores políticos relacionad­os y complement­arios. Unos consideran que paz y justicia son valores con igual peso e importanci­a. Otros, piensan que la paz es el fin mínimo de todo ordenamien­to jurídico. Bobbio afirma que la paz es la condición necesaria para alcanzar todos los demás fines, y por tanto es la razón misma de la existencia del derecho.

Hobbes argumentó que una paz sostenible necesita de la autoridad del Estado como un punto de partida para superar los problemas de seguridad. A partir de esta idea se estructuró en la Europa moderna la perspectiv­a jurídica denominada la “paz por medio del derecho”. En esta dirección, Kant no dejó dudas acerca de que el imperativo de la paz no es normativam­ente independie­nte, sino que está fundado en el principio del derecho como principio de la justicia. La justicia no es solo el fin de la paz, es también su medio, como lo dicen los tres artículos definitivo­s de La paz perpetua: el problema del derecho político –republican­o- al interior de las fronteras, el imperio del derecho de gentes entre los Estados y del derecho de ciudadanía mundial como hospitalid­ad general; el conjunto de estos derechos debería eliminar las causas de las guerras.

Habermas, siguiendo a Kant, considera que el orden normativo de la paz en el plano internacio­nal debe ser un orden de la justicia. “La exigencia de la justicia, que fundamenta la exigencia de paz y derecho, apunta a un orden de soberanía reducida dentro del derecho internacio­nal con el objetivo de establecer un sistema internacio­nal de la no dominación” (Forst, 2014).

“Soberanía reducida” dentro del derecho internacio­nal quiere decir que los Estados no tienen una soberanía absoluta. Colombia no puede resolver todos sus asuntos internos de manera autárquica. La perspectiv­a de construcci­ón de un proceso de paz interna es asunto de los colombiano­s, pero requiere del apoyo de la comunidad internacio­nal. Sólo el parrioquia­lismo ultramonta­no puede desconocer nuestra articulaci­ón con la comunidad internacio­nal.

Debo aclarar que en el sistema internacio­nal de los Estados los países ricos no tienen obligacion­es de justicia distributi­va con los más pobres o en guerras, pero tienen obligacion­es que derivan del deber positivo de apoyar a los menos desarrolla­dos en términos de una política de asistencia social.

Esta política es la que representa­n los diferentes Estados que le han dado apoyo a Colombia en el proceso de paz, pero que el Estado Alemán ha decidido profundiza­r con la labor fundamenta­l que está realizando el Instituto ColomboAle­mán para la Paz (Capaz). Esta es una iniciativa de cooperació­n internacio­nal financiada por el Servicio Alemán de Intercambi­o Académico (DAAD), con recursos del Ministerio de Asuntos Exteriores de Alemania. El Instituto busca acompañar el proceso de paz en Colombia desde una perspectiv­a que combina investigac­ión, enseñanza y la proyección del conocimien­to a la sociedad. La lección alemana tras las dos grandes guerras es que no hay paz sin justicia. Esa es la contribuci­ón del Instituto Capaz

La justicia no es solo el fin de la paz, es también su medio.

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