El cultivo de nuevas competencias laborales
Virtuales o presenciales, en periodos cortos y del tema que más lo apasione o necesite… Esto es parte de la dinámica flexible que permiten los diplomados, programas que no superan las 159 horas de formación y en los que se abordan temas muy puntuales sobre una rama del conocimiento, que suman para adquirir o fortalecer competencias específicas.
Esas facilidades son las que destaca Luis Fernando Rendón Cortés, director de Educación Para Toda la Vida de la Universidad Eafit, quien considera que lo clave a la hora de optar por un diplomado es decidir cuál es el que más le conviene, pues como afirma: “El momento podríamos decir que es cualquiera: cuando surge una necesidad de tener conocimientos profundos acerca de algo”. Este tipo de estudio tiene como fin fortalecer o crear competencias específicas, “es una profundidad normal para desempeñar un cargo que requiera esos conocimientos, para ejercer una especialidad o responder por algo que requiera ese tipo de funciones”.
Esta oferta está disponible en la mayoría de las instituciones de educación superior y pasa por cualquiera de las áreas del saber: las humanas, ingenieriles, de salud, legales.
“Los requisitos son los que establezca cada una de las instituciones de educación superior que la ofrezca. Es importante entender que los diplomados no conducen a título profesional como un pregrado o un posgrado, por eso no hay unos requisitos de ley que digan qué personas pueden estar en este”, explica el jefe de Formación Continua de la Universidad Pontificia Bolivariana (UPB), sede Medellín, Juan Carlos Pérez Pérez.
Aprendizaje y actualización
Al ser un programa de corta duración se vuelve más atractivo pues, como coinciden en asegurar los directores de formación continua de las universidades, la tendencia hoy es buscar procesos de formación cortos, que no impliquen una dedicación de años.
La importancia de los diplomados se centra en que construyen una ruta de aprendizaje y actualización del saber, según lo detalla Gloria Estella Pérez Avendaño, vicerrectora Académica (e) de la Universidad de San Buenaventura seccional Medellín. Además destaca que dependen mucho de las necesidades del contexto de las empresas. “Permite actualizarse, por ejemplo, en temas de legislación, derecho, educación, para tener vigentes las competencias laborales que va exigiendo el mercado”, agrega.
Y junto a los diplomados, la oferta de las instituciones se articula a los programas de educación continua donde también se suman cursos cortos, seminarios, talleres y semilleros, “que buscan complementar los procesos de formación de pregrado y posgrado, y contribuir al desarrollo territorial y el mejoramiento de la calidad de vida de la comunidad, promoviendo que las personas influyan en su círculo social haciendo uso de nuevas competencias que parten de la actualización permanente en el saber y el hacer”, compartieron voceros de la Universidad de Antioquia.
Cursos cortos
La duración de los diplomados es un aliciente para aquellos que prefieren dedicar poco tiempo a procesos de formación, además, la oferta es amplia, pues, dice Rendón Cortés, hay tantos como, áreas, oficios, intereses y conocimientos, “depende de la persona”.
Agrega el directivo de Eafit que esta modalidad de cursos cortos busca darle una respuesta a la gente que prefiere hacer estudios de poca duración, “la gente empieza a ser más práctica y empieza a pasar de procesos largos de aprendizaje a procesos cortos , pero que son mucho más frecuentes. Ellos van a venir a la universidad muchas más veces, por tiempos más cortos, durante su vida, para poder ir mitigando los nuevos desarrollos que hay, poder aprender de ellos rápidamente y volver al trabajo a desempeñar aquello que tienen que hacer en cada una de las áreas”