Emprendimientos que nacen en el aula
Las investigaciones académicas no solo terminan en grandes libros de tesis, también generan negocios.
Aunque los posgrados se asumen como la piedra angular de la investigación puramente académica que empieza y termina en un salón de clases para luego publicar un artículo en revistas indexadas, muchos estudiantes logran trascender las paredes de las universidades con investigaciones que terminan en emprendimientos que irrumpen en el mercado con éxito y con el apoyo de entidades como Colciencias.
Uno de esos casos es el de Luis Carlos Carrillo, estudiante del doctorado en Ciencias Farmacéuticas y alimentarias de la Universidad de Antioquia, quien a sus 29 años ya puede decir que ha desarrollado dos proyectos de emprendimiento. El primero de ellos fue Artys Cosméticos, un proyecto que fue acompañado por el Parque del Emprendimiento hace varios años. Sin embargo, su mayor concentración ahora está en su nuevo emprendimiento: la compañía Bioingred que, con extractos naturales, busca dar soluciones en el mundo cosmético y farmacológico.
Activos con poder
La historia de Carrillo empieza cuando ingresa a un grupo de investigación en sustancias bioactivas que hace parte de la facultad de Ciencias Farmacéuticas y Alimentarias de la Universidad de Antioquia que buscaba evaluar la funcionalidad de las especies vegetales colombianas en el campo farmacéutico y alimentario, pues pese a la gran biodiversidad del país, la mayoría de medicamentos que se distribuyen en el país se importan.
“Me volví un apasionado del tema de los activos naturales para la industria alimentaria y cosmética. En la maestría arranqué a trabajar con una especie muy local que se llama el madroño y que tiene quince años de investigación en la universidad: mis dos tesis (una de maestría y otra de doctorado) y otras cuatro. Antes de que yo entrara a la investigación se habían realizado muchos avances sobre los componentes de la especie y se dieron cuenta que tenía atributos para prevención de enfermedades cardiovascular y neurodegenerativas como el Alzhéimer”, dijo Carrillo. Su pasión por los extractos de especies colombianas encontró un fetiche en el madroño, que no tenía ningún producto ligado a sus compuestos,
“Nos presentamos intentando escalar nuestro prototipo de laboratorio y ganamos, ahí empezó la historia empresarial”. LUIS CARLOS CARRILLO Estudiante de doctorado en la U de A.