Jordi Savall y su insaciable conocimiento
En concierto, el español regresa al repertorio de la banda sonora de “Todas las mañanas del mundo”.
Una vez que Jordi Savall viajó a tocar a Colombia, a mediados de la década de los setenta, se topó con una posibilidad. En ese entonces, quien ahora es uno de los músicos e investigador de la música más reconocido en España, tocaba el violonchelo.
Le dio una oportunidad a la viola da gamba después de que el clavecinista colombiano Rafael Puyana se lo recomendó tras un recital. Le quedó sonando la idea, aunque no fue sencillo.
Para tocar la viola da gamba (popular desde el siglo XV hasta el XVIII) debía encontrar repertorio para el instrumento. Muchas de esas obras eran relativamente desconocidas y requerían una búsqueda exhaustiva, no solamente para hallar partituras, sino para saber interpretarlas de la manera correcta.
Poco a poco, Savall se fue acercando a las músicas antiguas, que es como se agrupa a piezas hechas entre el año 500 hasta 1600. Según él, un artista que se anime a tocar un instrumento como la viola da gamba tiene que aprender a ser un virtuoso, pero además un historiador y un científico. “Un historiador porque tiene que ver en qué contexto se tocó una pieza y un científico porque debe estudiar cómo se tocaba, como se fraseaba o se respiraba”.
El español está de vuelta en Colombia, un país que ha pisado decenas de veces y le trae buenos recuerdos. Estará presentándose este martes en la noche en el Teatro Metropolitano a las 8:00 p.m.
Interpretará obras de JeanBaptiste Lully y François Couperin, que hicieron parte de la banda sonora de Todas las mañanas del mundo, película de Alain Corneau (1991), que puso en los oídos del mundo piezas de compositores del Gran Siglo Francés (entre el barroco y el clasicismo).
Un recorrido
Es un programa de músicas barrocas e introduce al público al mundo de la viola da gamba. “Es una época maravillosa en la que hay músicas más extrovertidas como las folías de España y las más íntimas”, destaca.
Es un periodo en el que
hay mucha improvisación “y se caracteriza por los contrastes de la expresión, desde las más melancólicas hasta las más vivas y danzantes”.
Su historia es una de décadas de estudio, con juicio, para entender la interpretación de cada pieza. “Pasaba meses en la Biblioteca Nacional de París, en la de Bruselas y en el British Museum recopilando microfilms, tratados y correspondencias para entender como se interpretaba una obra”.
Hace 28 años, con mucho estudio encima, Savall se entregó a darle vida a la banda sonora de esa película de Corneau y los resultados lo impresionaron gratamente. “Cambió el curso de la historia”, siente.
“Era un instrumento muy íntimo y para un grupo muy elitista – apunta – Pero a partir de esta película, esta música se volvió popular, estuvimos durante meses en el top 10. Estaban Michael Jackson, Todas las mañanas del mundo y Queen”.
Retomó estas piezas y las presenta donde alguna vez se topó con un consejo que transformaría por completo su historia musical