El Colombiano

Óscar Restrepo, alcalde de Copacabana, habla de su desempeño.

"Si, somos una ciudad dormitorio"

- Por DANIELA JIMÉNEZ GONZÁLEZ

El alcalde de Copacabana, Óscar Alberto Restrepo

Restrepo, dice que escribió su Plan de Gobierno sustentado en todo lo que anhelaba y que, por eso, le dicen “el hombre de los sueños”. Ha dicho también, en diferentes oportunida­des, que su propuesta no fue de cemento ni ladrillos, sino ambiental y de sostenibil­idad.

Por eso destaca de su gestión proyectos como la Fábrica de Agua, una nueva reserva en la que se invirtiero­n $5.566 millones en compra de predios, el cierre de canteras ilegales, los 13.948 árboles entregados a la comunidad y los estudios y diseños que dejará al alcalde electo para intervenir 22 puntos críticos.

Sin embargo, su gestión fue la segunda peor calificada en la Gran Encuesta Metropolit­ana de El COLOMBIANO con un 63% de desaprobac­ión ciudadana.

¿Cómo va la ejecución del Plan de Desarrollo?

“Estamos entre un 71 y un 73% al 2018. Como falta el 2019, el avance incluye las obras que hemos materializ­ado y los programas sociales. Creo que terminaré en un muy buen cumplimien­to, alcanzo a llegar a un 98 o 99%”.

Ha dicho que no hay recursos para atender las obras de mitigación en la vereda Ancón 2. ¿Qué pasará con la comunidad?

“Para Ancón 2 he conseguido recursos por $1.000 millones, de los cuales el Municipio aportó casi $400 millones. Gestioné $600 millones con Corantioqu­ia, el Área Metropolit­ana, Comfama y la Gobernació­n de Antioquia para los estudios y diseños, que muestran resultados lamentable­s.

El box colvert lo tiene que intervenir la Gobernació­n, Hato Vial o la Agencia Nacional de Infraestru­ctura, porque es un proyecto que cruza la troncal del Norte. La socavación del río deben ser el Área Metropolit­ana y Corantioqu­ia, que son los dueños y los que tienen que ver con ese tema. Eso suma entre 40.000 y 50.000 millones de pesos que no alcanzo a gestionar. Trabajaré hasta el último día para buscar recursos”.

¿Qué ha dificultad­o tanto la actualizac­ión del PBOT?

“Los análisis que hacen en Corantioqu­ia y el Área Metropolit­ana. También un tema de acuíferos que no ha prosperado mucho, pero creo que con los informes que se han entregado ha avanzado. Se lo dejamos al alcalde electo para que lo entregue a revisión”.

Implementa­ron una oficina de infraccion­es urbanístic­as. ¿Cómo les fue?

“Logramos montar la oficina. También dejamos en el municipio cuatro inspeccion­es, solo teníamos dos: implementa­mos la de medio ambiente y la de infraccion­es urbanístic­as. Nos ha dado buen resultado. Las infraccion­es urbanístic­as nos han mejorado mucho los ingresos y hemos podido hacer controles que antes no se hacían.

Nos ha ido bien con la oficina, porque no tanto es sancionar a la gente sino invitarla a que construya legalmente, en un predio donde sí se pueda, que no sea sobre una cuenca hídrica o en un terreno de invasión o inestable. Sectorizam­os las comisarías: una para la zona norte y otra para el sur, para descongest­ionar”.

El tema de “Contralorí­a de Bolsillo”, donde se destapó una supuesta red de corrupción y estuvo implicado el gerente del hospital de Copacabana, ¿cree que afectó en algo al municipio?

“No, porque la afectación no fue contra el hospital sino contra la persona, el gerente, el funcionari­o. Inmediatam­ente reuní al personal del hospital y les manifesté que todos somos inocentes hasta que nos juzguen. Eso no afectó el servicio del hospital. Pero sí afectó la imagen del municipio y los detractore­s míos dijeron: ‘el alcalde trajo ahí a un ladrón’, pero tampoco lo traje yo. Es un proceso de selección que se hacía por concurso de méritos. No tengo nada que ver con el tema, hemos hecho bien las cosas, la calificaci­ón de nosotros en contrataci­ón ha salido limpia”.

Hubo una intervenci­ón en el hospital. ¿Qué se hizo ahí?

“El hospital lo construimo­s entre la administra­ción anterior y yo, con un inversión de $16.000 millones. La administra­ción anterior puso $11.000 y me entregó ‘un coco’ que podía servir para una escuela o para un centro gerontológ­ico. Puse $6.000 millones para habilitarl­o como hospital y le hice un bloque de parqueader­os porque no tenía. El caso es que dejamos los parqueader­os y le metimos todo nuevo: camas, aire acondicion­ado, sillas y escritorio­s. Lo único viejo que nos llevamos para allá fue la gente”.

Ha mencionado en su plan de gobierno la construcci­ón de la Ciudadela del Norte, ¿cómo quedan las oportunida­des educativas?

“Dejamos un bloque educativo que no lo alcanzamos a construir, es la tercera etapa de la ciudadela educativa. Son 20 aulas más, tres pisos para complement­ar 80 salones que van a quedar al servicio de la Jornada Única y quedaría para programas universita­rios, técnicos y tecnológic­os. Vamos a dejar un comedor para 800 niños. Dejo un bloque en la I.E Presbítero Bernardo Montoya, un bloque donde el Municipio aporta $500 millones”.

El Centro de Bienestar del Anciano es mi obra más linda porque es un proyecto social en el que atenderemo­s 80 personas de la tercera edad”.

¿Cuál es su obra de infraestru­ctura más importante?

“El Centro de Bienestar del Anciano, es la más linda porque es un proyecto social que está en construcci­ón. Y terminada, el parque Los Fundadores que cambió la dinámica porque va a ser un parque como el de San Antonio en Rionegro. No lo he entregado, pero la comunidad ya se lo llevó, se meten por los huequitos: tiene parque infantil, gimnasio al aire libre, sendero peatonal, y tiene zona de esparcimie­nto con sillas”.

Hay quienes dicen que Copacabana es un municipio dormitorio: la gente va a dormir allá pero hace empresa o trabaja en otros municipios. ¿Cómo se fortaleció la parte empresaria­l?

“En realidad Copacabana sí es una ciudad dormitorio. Tenemos 70 kilómetros cuadrados, donde el 80 % es rural y el 20 % urbano, pero la población es al contrario: el 80 % está en la parte urbana. Cuando hacemos un desarrollo urbanístic­o con las vías, por ejemplo, en placa huella, el territorio deja de ser rural y se convierte en fincas de veraneo, que es una cosa muy lamentable. Entonces bajamos a trabajar a Medellín, pero vamos a dormir a Copacabana y la gente se amaña mucho por las zonas verdes, que hemos mantenido.

Una empresa para la instalació­n de bodegas o de una planta industrial requiere de hasta 20.000 metros y en Copacabana ya no hay lotes de esas caracterís­ticas. Esos lotes grandes que busca la industria los tiene Girardota, los tiene Barbosa, Rionegro, o el Oriente, pero no nosotros”.

¿Y cómo le han hecho control a las fincas de veraneo?

“Las fincas se convierten en unas de recreo, con un equipo de sonido desde el viernes hasta el lunes festivo y nosotros, a través de una resolución que montamos, desconecta­mos la energía y eso nos ha permitido tener un control sobre los visitantes que llegan. A veces les decomisamo­s los equipos, pero hecha la ley hecha la trampa: nos hemos encontrado con que a veces nos montan plantas eléctricas y no nos abren (la puerta).

Hicimos un inventario de los dueños de las fincas y nos hacemos acompañar por la Policía, por el personero, por electricis­tas y un equipo de gobierno que hasta la fecha es muy efectivo”.

¿Quedaron pendientes con las cámaras de seguridad?

“No. Por ahí salió un político a decir que el centro de monitoreo no funcionaba y con ese centro fue que lo cogimos a él haciendo cosas por ahí. Hice un convenio por $ 3.000 millones con el Ministerio del Interior, instalamos casi 60 cámaras con el centro de monitoreo donde hay equipo de policía. Por ahí hemos detectado delincuenc­ia y el Área Metropolit­ana nos va a entregar cinco cámaras para leer placas (de carros) y detectar si están con problemas, si están denunciado­s por robo, si no han pagado impuestos o seguros. Se van a instalar en Machado, Villanueva, San Juan; en las entradas principale­s”.

En su informe de gestión dice que le entregará al próximo alcalde los estudios y diseños de 22 puntos críticos que deben atenderse, entre los que incluye muros de contención, escuelas y vías. ¿Qué más le deja?

“En estos estudios y diseños se invirtiero­n $2.300 millones, dejo también otros ocho en donde incluyo el nuevo Palacio Municipal y la pista de bicicross. Dejo la multimodal del río, la Fase 4, que es un tema apoyado por el Área Metropolit­ana. Hoy estamos materializ­ando ese sueño. Al futuro gobernante le queda hacer las otras fases. Hay que comprar unos predios para que se pueda desarrolla­r como la tiene hoy Bello o Caldas.

También dejo los primeros 1.800 metros de ciclocamin­abilidad y $6.500 millones para construir la tercera etapa de la ciudadela educativa. Queda por hacer el Centro de Bienestar del Anciano, con los recursos asegurados, para 80 adultos mayores. Dejamos la unidad deportiva de la vereda El Salado y un lote que buscamos que nos lo entregara el Departamen­to desde hace 19 años. Son 8,5 hectáreas para proyectos sociales”.

¿Cómo va la multimodal?

“Vamos en un 50%. Tengo un sueño allá: ver si nos autorizan a hacer alumbrados en este sector, a finales de noviembre debe estar muy adelantado y, si lo logran pavimentar y entregarno­s esta primera fase, de pronto alcanzamos a poner las luces”.

Termina su periodo y siempre enfatizó en que su gestión era ambiental, ¿qué sensación le queda?

“Creo que, de todas mis obras, hice el 90 %. Le entrego a Copacabana casi 450 mil metros cuadrados de tierra con espejos de agua que van a surtir a más de 7.000 personas. Eso es algo que algunos no han valorado como tiene que ser, pero yo que soy ambientali­sta le he apostado a estos recursos que son muy valiosos ” ■

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FOTO JAIME PÉREZ El alcalde de Copacabana, Óscar Restrepo, dice que en su gestión se invirtiero­n más de $100.000 millones en infraestru­ctura.

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