Encontraron una extraña especie de anfibio
ANTONIO JOSÉ PAZ CARDONA - MONGABAY LATAM
Parecen serpientes, pero no están cubiertas por escamas, y parecen gusanos pero son vertebrados. Las cecilias pertenecen a uno de los tres grandes grupos de anfibios que existen –los otros dos son las salamandras y las ranas–, pero es quizá uno de los menos explorados y con menos especies descritas. Es muy difícil encontrar una.
Por eso la gran emoción de los científicos colombianos que integraron la expedición al departamento de Santander en Colombia (Santander BIO), sobre todo cuando el grupo de herpetólogos, enca
bezado por el biólogo Andrés
Acosta, volvió de campo con nueve cecilias vivas. La sorpresa fue mayor cuando, una vez terminada la expedición, comenzaron los análisis morfológicos y genéticos que determinaron que se trataba de una nueva especie para la ciencia (Caecilia pulchraserrana). Los resultados fueron publicados en la revista científica ZooKeys en
el artículo A new species of Caecilia (Gymnophiona, Caeciliidae) from the Magdalena valley region of Colombia.
Las cecilias son animales tan difíciles de encontrar y poco estudiados que, según dice Acosta, desde 1968 no se descubría una nueva especie en Colombia. El investigador –un apasionado por los anfibios y quien escribió la lista de ranas, salamandras y caecilias de Colombia en 2000– asegura que en el país existen 837 especies de anfibios, de las cuales 778 son ranas, 26 salamandras y 33 cecilias.
Estas últimas son animales que viven debajo de la tierra y, como dice el biólogo Mauricio
Torres, coordinador de Santander BIO, las especies fosoriales –que viven en el suelo– son casi invisibles. “La vida fosorial es un misterio. Usted ve que se conocen plantas y árboles, pero casi nadie sabe qué pasa abajo, ni siquiera con las raíces de los árboles. Estudiar la vida en el suelo es muy complicado y delicado, toca excavar, se pueden dar derrumbes”.
Las culebras ciegas
Las cecilias neotropicales –también conocidas popularmente como lombrices capitanas o culebras ciegas– comprenden actualmente 34 especies, “18 se encuentran en Colombia, de las cuales ocho son endémicas de este país. Siete especies se encuentran en la región del valle del Magdalena en Colombia”, dice el artículo científico.
La nueva especie fue descubierta en los bosques húmedos tropicales de la Serranía de los Yariguíes, zona rural del municipio de El Carmen de Chucurí, en la vereda La Belleza. “Recolectamos varios especímenes de una pequeña Caecilia que carece de ranuras anulares secundarias y bolsas de escamas dérmicas, lo que sugiere que corresponden a [la especie] C. degenerata o C. corpulenta.
Sin embargo, un bajo número de surcos anulares primarios y una combinación de caracteres morfométricos indican en cambio que estos especímenes pertenecen a una nueva especie, que describimos aquí”, se lee en el documento.
Los biólogos Andrés Acosta y Mauricio Torres aseguran que, por lo general, el avistamiento de una cecilia era un caso fortuito, un evento de suerte. Sin embargo, décadas de experiencia trabajando con anfibios, permitieron que Acosta identificara algunos elementos clave que lo llevan a lugares donde es muy probable que habiten cecilias.
“Son muy poco conocidas, no solo en Colombia sino en el mundo. Hacia finales de los noventa empezó un trabajo arduo de buscarlas en campo, de que no fuera un encuentro fortuito, como ocurría antes”, le dice a Mongabay Latam.
Acosta aprovechó el conocimiento del territorio que tenían las comunidades locales. Mostraba fotos de las cecilias y preguntaba si en algún lugar habían visto animales como esos. “La gente empezó a hablar de la lombriz capitana, la culebra ciega, la motola y a sacar una serie de nombres que nos permitieron identificar en campo a ese grupo de organismos. Fuimos depurando sitios y ese mismo principio se aplicó a la expedición de Santander”, cuenta.
El equipo de investigadores del Instituto Humboldt que viajó hasta El Carmen de Chucurí sabía que la logística era complicada. Aun así, decidieron ir hasta una de las zonas más apartadas, donde hay muy pocos datos científicos sobre biodiversidad. Ya en terreno varias personas locales les sirvieron como guías, les ayudaron a pescar, a poner cámaras trampa, trampas para los insectos, entre otras actividades. Miguel Barbosa fue uno de los guías comunitarios que acompañó al herpetólogo Andrés Acosta en su búsqueda de anfibios. “Después de mostrarle las fotos me llevó a un lugar al lado de una quebrada. Empezamos a excavar y encontramos cinco ejemplares de unas cecilias pequeñas. Luego fuimos a otra parte del río, con condiciones parecidas, y ahí encontramos otras cuatro. Luego de dos horas de excavar ya teníamos nueve individuos, entre ellos dos juveniles”, dice
En una expedición en el departamento de Santander se descubrió una nueva especie de cecilia. Fue un arduo recorrido.