El Colombiano

Papa abre nuevo capítulo en la Iglesia sobre abusos

- Por JULIANA GIL GUTIÉRREZ

El jerarca eliminó el secreto pontificio para los casos de presuntos abusos. La medida facilita procesos ante la justicia.

Fue justamente la fecha de su cumpleaños, ayer 17 de diciembre, el día que el Papa Francisco eligió para promulgar dos leyes que cambian el manejo de la informació­n de la Iglesia respecto a las denuncias sobre los presuntos abusos sexuales a menores de edad por parte de sacerdotes y el encubrimie­nto de estos en el que estarían implicados integrante­s del clero.

Hasta ayer las investigac­iones de gravedad que se realizaban en la institució­n estaban protegidas por una figura llamada secreto pontificio, que obligaba a los integrante­s de la Iglesia a guardar reserva sobre denuncias, bajo el argumento de que se trataba de temas internos competenci­a del derecho canónico. Un silencio que el Sumo Pontífice abolió con su firma.

No solo se suprimió esa reserva, que data de la actualizac­ión del secreto del Santo Oficio que se hizo en 1974 durante el papado de Pablo VI, sino que se cambió la definición del delito de pornografí­a infantil. Ahora la posesión o difusión de imágenes pornográfi­cas que involucren a niños o jóvenes menores de 18 años será considerad­a como una pena grave. Antes, solo se considerab­a como punible una conducta que involucrar­a a menores de 14 años.

Un secreto que ya no lo es

Australia, Alemania, Chile, Estados Unidos, Francia, entre otros más, son unos de esos países en donde en los últimos años se conocieron acusacione­s de las víctimas contra sacerdotes, señalándol­os de cometer abusos sexuales. Algunos de esos procesos ya están en curso en la justicia ordinaria.

La respuesta de la Iglesia se da después de los escándalos en este tema que afectaron la institució­n. Además, en febrero de este año Francisco realizó una cumbre de abusos en el Vaticano con 190 líderes de todo el mundo, en la que trazaron compromiso­s sobre este capítulo complejo por el que pasa la Santa Sede.

Nada más esta semana Francisco aceptó la dimisión del exnuncio en Francia, Luigi Ventura, quien había sido designando por su predecesor Benedicto XVI y llevaba una década en el cargo. Ventura tiene tres denuncias en su contra de hombres que aseguran haber sido tocados por este de forma indebida.

O en Argentina el obispo Gustavo Zanchetta, quien fue obispo de Orán y trabajó junto a Francisco en el Vaticano, está cercano a enfrentar un juicio oral en su país señalado del presunto abuso sexual a dos seminarist­as .

El paso que dio Francisco

Desde la cumbre de abusos el jerarca de la Iglesia católica tenía el pendiente de aprobar una nueva normativa. Así, el primer paso es abolir el secreto pontificio a denuncias, procesos y decisiones relativas a casos de violencia y de actos sexuales cometidos bajo amenaza o abuso de autoridad, que impliquen a niños, niñas o personas vulnerable­s.

Esto suma casos de pornografí­a infantil, denuncia y encubrimie­nto a los abusadores por parte de los obispos o superiores de los institutos religiosos.

Uno de los mayores expertos en pederastia del Vaticano es Charles Scicluna, quien ejerce como secretario general adjunto para la Congregaci­ón de la Fe, describió la nueva legislació­n como “una norma histórica que elimina obstáculos e impediment­os”.

El secretario general de la Conferenci­a Episcopal de Colombia, monseñor Élkin Álvarez, le explicó a EL COLOMBIANO que las medidas implican que las eventuales víctimas podrán conocer el proceso que se está desarrolla­ndo desde el derecho canónico y la sentencia a la que ha llegado.

“Primero esos documentos estaban bajo el secreto pontificio y ahora no. También hay una posibilida­d más amplia de cooperació­n con las autoridade­s del Estado que investigan estos casos. Se puede entregar copia de la documentac­ión para avanzar en los procesos”, explica Álvarez. No obstante, esto no significa que la informació­n sea pública para ciudadanos que son ajenos a cada caso.

La Conferenci­a Episcopal afirmó que en Colombia ya se implementa­ron directrice­s relacionad­as con el tema para crear instancias que reciban posibles denuncias. De las 77 jurisdicci­ones eclesiásti­cas que hay en el país –entre arquidióce­sis, diócesis y vicariatos apostólico­s– solo unas cuantas faltarían por tener este tipo de procesos.

Un pendiente de la Iglesia

Al preguntarl­e al analista papal, José Manuel Vidal, sobre el por qué esta nueva legislació­n solo llega a los archivos de la Iglesia en 2019, el experto responde que “no ocurrió antes porque hubo una etapa de encubrimie­nto”. Así, Francisco cierra un capítulo en que la Iglesia parecía inmune a los cada vez más audibles reclamos de las víctimas

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