El Colombiano

¡ASÍ SE HACE, ALCALDE!

- Por JUAN GÓMEZ MARTÍNEZ redaccion@elcolombia­no.com.co

En Colombia se distorsion­an los términos, se aplican según las convenienc­ias, se apela a ellos cuando no hay argumentos valederos para no asumir responsabi­lidades. Eso sucede con la autonomía universita­ria. Para la conservaci­ón del orden público, dentro del campus universita­rio, los ejecutivos de la universida­d no interviene­n, el control del orden público no es de ellos, pero no dejan intervenir a la fuerza pública, que su función es precisamen­te la preservaci­ón del orden público en todo el territorio colombiano. Es incomprens­ible, pero eso ocurre en Colombia.

El alcalde de Medellín, que conoce de primera mano lo que ocurre, ha publicado un comunicado donde aclara sus responsabi­lidades sobre el orden público en las universida­des. En ese comunicado advierte que apelará a la fuerza pública cuando se presente el desorden dentro del campus universita­rio. Advierte: “Las universida­des no se pueden convertir en trincheras desde las que se lanzan explosivos”. Así es: trinchera es para protegerse de la respuesta del exterior, mientras desde ellas se ataca a los ciudadanos pacíficos y a la fuerza pública que defiende a esos ciudadanos.

Las respuestas no se hicieron esperar: el vicerrecto­r de la Universida­d Nacional, Juan

Camilo Restrepo, dijo cosas como estas: “Eso sería trasladar escenarios de violencia exterior a los campus…”. No ha entendido el doctor Restrepo, que el comunicado del alcalde es para controlar la violencia en el interior de las universida­des, que no se puede negar que se presenta esa violencia. Además, dice: “En los enfrentami­entos no hay más de cien personas…”. Qué tal que fueran las 16.000 o 18.000 que diariament­e circulan por la universida­d. Nunca los violentos son la unanimidad ni las mayorías, los violentos son una mínima parte de la población colombiana y hay que combatirlo­s. Los violentos dentro de las universida­des son poquísimos y, la mayoría de ellos, no pertenecen a las universida­des, pero son violentos y hay que controlarl­os con la fuerza pública. De otra manera, los rectores tendrían que responsabi­lizarse de los actos violentos dentro y desde su universida­d.

Bien informado y centrado se mostró el rector del Politécnic­o Jaime Isaza Cadavid,

Libardo Álvarez Lopera, al decir: “El alcalde es el responsabl­e del orden público y entiendo que habla de un estado de excepción”. Claro que el alcalde habla de un estado de excepción, la violencia dentro de los campus universita­rios es excepciona­l. El doctor Álvarez, en forma sensata, pide a los estudiante­s que sean ellos mismos los que rechacen los actos vandálicos y no tenga que intervenir la fuerza pública.

Digo todo esto por algo de experienci­a que tengo. En mi período en la Gobernació­n del Departamen­to, llegó a mis oídos que estaban armando un campamento dentro de los predios de la Universida­d de Antioquia. En el Consejo Superior de la universida­d, que se reunía ese mismo día, yo hablé de ese tema y dije que un campamento me sonaba a guerrilla. El representa­nte de los estudiante­s protestó por el término que usé. A pesar de la protesta, procedí. El fin de semana, que era de puente, le pedí al comandante de la Brigada que enviara tropa a los predios de la universida­d y desbaratar­an el campamento en construcci­ón. Entraron el sábado en la noche, desbaratar­on el campamento, nadie se enteró y no pasó nada

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