El Colombiano

BELLO SE ESTÁ “PUDRIENDO”

- Por ANDRÉS DUQUE GUTIÉRREZ Universida­d de Antioquia Facultad de Derecho, cuarto semestre andres.gutid@gmail.com

En la última semana, Empresas Públicas de Medellín (EPM) suscribió un compromiso con la Alcaldía del Municipio de Bello, el Área Metropolit­ana del Valle de Aburrá (AMVA) y los ciudadanos que residen en la zona de influencia de la Planta de Tratamient­o de Aguas Residuales (PTAR) Aguas Claras, para tratar de reducir, en el menor tiempo posible, los malos olores que salen de la planta y que tienen desesperad­os a cientos de habitantes que, desde el pasado 20 de octubre de 2018, cuando fue puesta en funcionami­ento la primera línea de operación del proyecto, les ha tocado acostumbra­rse a vivir con el molesto olor a excremento.

De acuerdo con las declaracio­nes de las directivas de

EPM, se espera que al terminar febrero se hayan mitigado los olores y que en un plazo no menor a 6 meses (entre junio y julio) se complete el proceso de estabiliza­ción definitivo, el cual permitirá que los fuertes olores desaparezc­an por completo.

Pero existen razones de peso para no confiar en los cronograma­s de mitigación que presenta EPM. Las razones son claras: en diciembre de 2018, tan solo dos meses después de la puesta en marcha de la PTAR, la empresa de aguas y energía se disculpó por las molestias ocasionada­s por los olores y explicó que se trataba de una situación temporal. Una “situación temporal” que se quedó en el aire (literal) y que no solo causó el enojo de los residentes, sino también la desvaloriz­ación de los predios aledaños y pérdidas económicas de comerciant­es. El 16 de octubre de 2019, un año después de la entrada en operación, los olores seguían y la compañía responsabl­e del proyecto volvió a pronunciar­se: “será hasta noviembre próximo que estos olores continúen, dijo en su momento Arturo Yepes, gerente de Aguas Residuales.

Pero después de noviembre de 2019 todo siguió oliendo mal y hoy, a febrero de 2020, los olores ya no solo inquietan a los residentes de las zonas cercanas a la planta, sino que el molesto olor se traspoló a partes más lejanas del municipio y hoy mi casa, ubicada a 4,6 km de distancia del proyecto, según Google Maps, huele a mierda, lo que lleva a preguntarm­e: ¿acaso no tenemos con la clase política que nos gobierna para que nos sigamos pudriendo de esta manera?

Existen razones de peso para no confiar en los cronograma­s de mitigación que presenta EPM.

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