Más guerreras entran a la jaula
Jéssica Montoya y Lina Narváez combatirán hoy en la Expofitness Fight Night. Ambas van tras los logros que alcanzaron Sabina Mazo y Alejandra Lara.
De a poco las mujeres se han venido consolidando en un deporte que antes solo era considerado para los hombres por su rudeza. Sin embargo, cada vez más las artes marciales mixtas cautivan al género femenino.
Muestra de ello, han sido los logros a nivel internacio
nal de Sabina Mazo y Alejandra “Azul” Lara.
Esta noche (7: 00 p.m.) se realizará la velada Fight Night de Expofitness en Plaza Mayor y en ella se enfrentarán dos antioqueñas: Jéssica Montoya y Lina Narváez.
Jéssica tiene 28 años y cuenta que las artes marciales mixtas siempre le llamaron la atención. “Fue amor a primera vista, mi hermano menor estaba buscando videos de nocaut y llegamos por accidente a unas peleas, y recuerdo que vi a una deportista llamada Miesha Tate (excampeona de la UFC -Ultimate Fighting Championship-). Después de eso empece a buscar dónde podía entrenar en Medellín”.
Sin embargo, como en Colombia era un deporte que apenas tomaba impulso, le resultó difícil. “No había mujeres con quienes competir, llegué a considerar irme del país pero por motivos económicos terminé metiéndome a trabajar en una estación de gasolina”, cuenta.
El año pasado todo cambió en la vida de Jéssica. “El 20 de marzo recibí una llamada de quien fue mi entrenador en el 2014, invitándome al equipo de competencia de MMA Colombia bajo la condición de que debía nivelarme en tres meses. Ahí empezaron mis sueños profesionales”.
Hoy tiene claras sus aspiraciones. “Poner en alto el nombre de mi país y, sobre todo, mi región, por eso me dicen ‘La Paisa’ y lo llevo en mi nombre de luchadora. Me encantaría llegar a las grandes ligas, lograr pelear en Bellator (segunda empresa que promueve esta disciplina) o en la UFC”.
Lina, por su parte, tiene 22 años y también es de Medellín. Su historia con el deporte empezó en su niñez. “A los 8 años me fui a vivir a Santa Elena y desde esa edad entrené judo, lo hice por 8 años”.
Después, le llamó la atención el sambo, un arte marcial practicado por los militares de la revolución bolchevique - rusa- en la primera Guerra Mundial (1914-1918) y una forma de luchar en la que no hay que recurrir a las armas.
En esa disciplina fue campeona nacional. “Lo entrené tres años, me retiré y comencé a practicar boxeo, en el que llevo varios años”, revela. Ahora incursiona en el tema de las artes marciales mixtas.
Jéssica y Lina siguen los pasos de Sabina y Aleja en un deporte de “guerreras”