El Colombiano

SIN DUDA, UN ASESINATO

- Por JUAN GÓMEZ MARTÍNEZ redaccion@elcolombia­no.com.co

Las altas cortes –en particular la Constituci­onal– fijaron el plazo de hasta cuántas semanas de gestación se podía practicar el aborto sin que se convirtier­a en un asesinato. Supongo que de esas semanas en adelante ya se puede considerar homicidio.

Al niño, ya con nombre, Juan Sebastián, lo mataron. Siete meses de vida en el vientre de su madre, de siete meses muchos han nacido en forma natural y muchos otros por cesárea para salvar la vida de la madre o de la criatura que está mal colocada o tiene algún problema salvable con la cesárea. A Juan Sebastián lo mataron en el vientre de la madre, supongo que los que lo mataron, aun conservaba­n cierto sentido de la vida. Verlo llorando por fuera del vientre después de la cesárea era demasiado acusador para los que le pusieron una inyección en el corazón para no verlo vivo.

Pasadas las catorce o veintiuna semanas de embarazo – no recuerdo cuántas– según las altas cortes, no se puede matar a la criatura en el vientre de la madre o después de una cesárea. Este crimen se hizo a las 28 semanas. ¿Será otro crimen impune?

Todavía se discute cuándo empieza la vida. No tengo idea de eso, pero una experienci­a que viví me hace pensar que la vida empieza en el momento de la concepción. Considero que hay vida cuando hay movimiento­s autónomos. Movimiento­s que no dependen de otros. Una piedra no se mueve si no hay participac­ión de algo extraño, la piedra no es un ser vivo. Un vegetal tiene movimiento interno, la savia sube, el tronco crece, las ramas se desarrolla­n, aunque el árbol no se puede desplazar, sí tiene movimiento y es un ser vivo.

El hombre es un ser racional y eso lo diferencia de los animales que son irracional­es, pero tienen vida, se mueven solos, tienen autonomía para moverse. Son seres vivos.

Hace muchos años tuve la oportunida­d de visitar el laboratori­o de biología en la Universida­d de Antioquia. Un científico hacía experiment­os para la reproducci­ón de la sabaleta. Este es un pez que vive en muchos de los ríos colombiano­s. El científico nos mostró en un platillo un huevo de sabaleta que había extraído del animal hembra. Nos hizo ver ese huevo por el microscopi­o. Una pequeña esfera inerte, inmóvil. Le extrajo el semen a un macho y lo regó sobre el huevo en el platillo. Nos hizo nuevamente mirar por el microscopi­o. ¡Había vida, el interior del huevo se movía! Unos segundos después de fecundarlo, nos mostraba que era un ser vivo, tenía movimiento­s autónomos, no dependía de nadie ni de nada para moverse. Definitiva­mente la vida empieza en el momento de la concepción.

A los seres humanos los están asesinando, sea que tengan unos días de vida, unas semanas o meses. Lo más grave, es que es con autorizaci­ón de la justicia. El caso de Juan Sebastián sobrepasó los términos dados por la justicia, sin duda es un asesinato. La justicia debe proceder

Pienso que la vida empieza en el momento de la concepción. Considero que hay vida cuando hay movimiento­s autónomos.

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