No arderá
Al mundo con el espíritu del deporte.
De todos modos, una vez preservada la integridad de las delegaciones y la competencia misma, resulta secundario las formas para llegar al desenlace de ayer.
La promesa de Abe
Disfrazado de Mario Bros, el poderoso primer ministro de Japón, Shinzo Abe, prometía bajo la lluvia carioca en el cierre de Río-2016, ofrecerle al mundo los mejores Juegos Olímpicos de la historia para el entonces lejano 2020.
Ayer, Abe se dirigió ante el pueblo japonés para confirmar el aplazamiento y renovó su promesa ante el mundo: “Los Juegos Olímpicos de Tokio deben ser una celebración de la humanidad que habrá triunfado ante esta crisis sin precedentes del coronavirus”.
Japón y el movimiento olímpico tendrán un año para superar el aluvión de problemas logísticos, deportivos y económicos, pero es seguro que las justas serán mejores que lo que serían este verano, en el que ni siquiera estaba garantizado el muestreo de dopaje en las competiciones de clasificación.
Si lo logra, nadie podrá debatirle el honor de que hicieron los mejores Juegos de la historia, Por lo pronto, muchas son las sabias reflexiones, como la del español Fernando Alarza, cuarto en el pasado Mundial de triatlón, tercero en el de 2016 y subcampeón de Europa en 2018, quien manifestó a EFE que “los Juegos son una gran fiesta de todo el planeta; y el planeta ahora no está para fiestas”