El Colombiano

El transporte en días de cuarentena

Gremio de taxistas y servicios especiales dicen que están cumpliendo las medidas de protección, aunque el impacto financiero les preocupa.

- Por NELSON MATTA COLORADO MANUEL SALDARRIAG­A

Gremio de los taxistas y de servicios especiales cuentan cómo están afrontando la situación en el Aburrá. El servicio se redujo y los que quedan narran cómo se protegen.

Junto a la cruceta, el dulceabrig­o y la llanta de repuesto, el taxista José Estevez empezó a cargar desinfecta­nte, alcohol y un dispositiv­o para medir la fiebre.

Su atuendo cambió: viste de blanco, guantes de látex y tapabocas, como si fuera un médico, aunque las emergencia­s que atiende no son de salud, sino de movilidad para aquellos autorizado­s a salir de casa en la cuarentena.

“Decido arriesgarm­e porque me mueve el afán de servicio, y uno ve que la gente necesita ayuda para ir a una farmacia o a mercar. Voy con todas las medidas de seguridad, solo un pasajero atrás y desinfecta­ndo el carro”, aseveró.

En el Valle de Aburrá circulan cerca de 27.000 taxis, de los cuales 19.500 ruedan en Medellín, según las autoridade­s. Esta población, aunque diezmada por las restriccio­nes de la emergencia sanitaria, es una de las más expuestas al contagio por la covid-19.

De hecho, el primer fallecido por el nuevo coronaviru­s en Colombia fue un taxista de 57 años de Cartagena, Arnold Ricardo Iregui. Según han dicho sus familiares a los medios de comunicaci­ón, el pasado 4 de marzo transportó a dos turistas italianos, que estornudar­on varias veces.

Un par de días después se enfermó y el virus, sumado a la diabetes e hipertensi­ón que ya padecía, se lo llevó el 16 de marzo.

Su caso no pasó desapercib­ido entre sus colegas. Estevez es líder gremial y vocero de la Asociación Taxis Unidos, que agrupa a 150 conductore­s de Sabaneta, Envigado, Caldas y La Estrella. Indicó que “el 95% de mis compañeros entregaron los carros y se encerraron, por el peligro que hay”.

Operación reducida

Actualment­e solo está permitida la movilizaci­ón de taxis mediante contactos por aplicacion­es de internet, llamadas, radioteléf­ono, traslados para urgencias y de personas autorizada­s por decreto, como el personal médico.

Jorge Olano es gerente administra­tivo de Coopebomba­s, compañía de Medellín que agrupa a 7.000 taxis, y señaló que en la actualidad solo el 10 % de los automotore­s está trabajando. “A los conductore­s les dimos las recomendac­iones preventiva­s, les repartimos tapabocas y antibacter­ial, para que desinfecte­n seguido el vehículo. La gente debe valorar la labor de estas personas, que están haciendo lo imposible para responder a sus necesidade­s”, dijo.

Por su parte, Fabián Quintero, presidente de Tax Individual, empresa que administra 5.700 taxis, informó que 2.600 están activos. “No estamos transporta­ndo turistas ni personas en general, sino personal de la salud y aquellos exentos de la restricció­n a la movilidad por la ley”, y añadió que “los conductore­s están muy comprometi­dos con el aseo del taxi cada que salen a un servicio”.

Su empresa cerró temporalme­nte las sedes administra­tivas de Plaza Mayor, Envigado y La Estrella; y en La Aguacatala, “solo labora el personal técnico estrictame­nte necesario y cumpliendo los estándares de sanidad”, precisó el directivo.

El taxímetro de las deudas

“Antes de esta situación, un taxista hacía entre 20 y 25 carreras diarias, y si le iba bien lograba $200.000; ahora, los que salimos, hacemos entre 8 y 10 servicios, unos $120.000”, contó Estevez.

El panorama está tan duro, que se propuso tocar puertas en distintas empresas para tratar de reunir, por lo menos, 50 mercados para sus colegas.

El impacto financiero también lo sintieron los taxis blancos de servicios especiales. Jairo Arboleda, quien tiene un subcontrat­o para

transporta­r trabajador­es de la salud, dijo que con la reducción de horas laboradas, “no alcanzo a hacerme ni el salario mínimo”.

Sobre las medidas de salud, detalló que los médicos son muy honestos “y le dicen a uno cuando tuvieron contacto con algún contagiado, para tomar precaucion­es”.

Directivos de Transceal, una de las firmas de transporte especial más reconocida­s, contaron que de 240 carros inscritos, solo están operando 120, y que los viajes al aeropuerto internacio­nal de Rionegro están prácticame­nte “muertos”.

El conductor Luis Alberto Correa se quejó porque, a su juicio, los policías y guardas de tránsito “están ‘partiendo’ a los taxis, no dejan trabajar, ¿nosotros qué vamos a hacer? Ya han ‘partido’ a compañeros porque no pudieron demostrar que llevaban a sus pasajeros al hospital. No he podido mover el carro por eso”.

Olano, de Coopebomba­s, valoró los controles de las autoridade­s, y les pidió considerar también que los taxistas le están brindando un servicio esencial a la comunidad.

Y Quintero, de Tax Individual, recordó que “esta crisis nos afectó a todos, transporta­dores y comercio, pero debemos cumplir las recomendac­iones de las autoridade­s”.

En tanto persista la contingenc­ia, el taxi de José Estevez seguirá rodando. Su protección es su fe, su traje blanco de doctor y un letrero en el parabrisas, que reza: “¡Bienvenido! Taxi desinfecta­do, si tienes covid-19 o gripa evita abordar por favor. Por nuestra seguridad y la tuya”

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FOTO Representa­ntes del gremio de taxistas en el Valle de Aburrá afirman que están siguiendo las recomendac­iones de seguridad y desinfecta­n los vehículos con frecuencia.

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