Postergación amplía el periodo para la “lucha” tecnológica
Además de los deportistas hay otro grupo que respira aliviado por la postergación de los Juegos Olímpicos para 2021: los que integran las marcas deportivas diferentes a la estadounidense Nike.
¿Por qué? Pues resulta que aunque no es nueva la lucha tecnológica que tienen Nike, Puma y Adidas, entre otras firmas de implementación deportiva, para las justas que se realizarían en cuatro meses la empresa norteamericana había tomado una ventaja nunca antes vista, lo cual, en los últimos dos años, ha despertado malestar en el mundo del deporte.
Nike, que viste, entre muchos otros, al poderoso equipo olímpico estadounidense, presentó para las justas un arsenal de equipación que contiene, por ejemplo, una polémica línea de calzado con tecnología inédita y especializada para los 100 metros, 800 y maratones y carreras de largo aliento.
¿Por qué polémica? “Básicamente es un calzado que tiene una suela hecha con una composición de fibra de carbono y espuma que genera una sensación de propulsión y disminuye el riesgo de lesiones, pero es esa ayuda en la zancada lo que la convierte en un posible dopaje tecnológico, pues la mejora en el rendimiento es evidente, alrededor del 4 o 5%”, advierte Luis Mario Mejía, investigador y asesor de entidades como el Sena sobre proyectos de emprendimiento, innovación tecnológica y diseño industrial.
“Es decir, la zapatilla empuja el pie por así decirlo y lo ayuda a ganar terreno y optimizar el esfuerzo”, explica.
Esta ayuda se acentúa más en pruebas como la maratón, para la cual Nike diseñó unos tenis cuya suela tiene un grosor de 42 milímetros, cuando la Federación Internacional de
Atletismo ordena que este grosor no puede superar los 40 milímetros, y que en cualquier caso el avance tecnológico debe estar al alcance de la mayoría o será ilegal usarlo.
Nike modificó el grosor entre los límites permitidos. Aún así queda en el aire la duda sobre ventajas irregulares.
Lo cierto es que Puma y Adidas tendrán 12 meses para contrarrestar los avances de su competencia si quieren evitar que los atletas que visten Nike tomen ventaja en varias pruebas del certamen, principalmente en atletismo.
Para Mejía, es la oportunidad de que las firmas se acerquen a los avances realizados por Nike y se cierre una brecha que, de otra manera, considera que afecta el espíritu de la competencia deportiva.
Eso sí, el experto atesora en su conjunto las innovaciones en la indumentaria deportiva que verá el mundo en Tokio: camisetas, trajes y trusas de competencia.
“Veremos prendas elaboradas en un 100 por ciento con poliéster y nylon e hilos reciclados; con botellas, y, además, con diseño textil que emplea impresión 3D. Es la evidencia máxima, en el mejor de los escenarios, de la sostenibilidad que podemos lograr”, concluye