Rodillo artesanal lo hace famoso
Apoyando su bici en una llanta de carro y colgada en cuerdas, rueda sin salir de casa.
El secreto para resolver y conseguir las cosas está en las ganas que le pongas a la vida, así muchas veces tengas por delante infinidad de obstáculos”.
Esa fue la respuesta de Nelson Johan Millán Suárez cuando se le preguntó de dónde había nacido su idea de entrenar en casa con el mismo caballito de carbono con el que rueda normalmente por el departamento de Norte de Santander.
Desesperado por no lograr ejercitarse en carretera, debido a la prevención de contagio por coronavirus, el ciclista de 19 años, con una recursividad admirable, se “inventó” un rodillo casero.
En el patio de su vivienda, y de la manera como cuelga la cicla para lavarla tres veces en semana, se las arregló para montarse en ella y así conseguir pedalear por buen rato.
Eso sí, la rueda delantera la puso sobre una llanta ya usada y olvidada en el solar de su casa de un viejo Renault 4. Y para hallar firmeza y que la cicla quedara centrada, puso luego dos cuerdas de cáñamo, amarradas desde el techo, para que sostuvieran cada costado del cuadro, donde van las puntillas. Las otras dos, en ese mismo lugar, pero pegadas en dos tubos, de ambos lados. Todo este “ensamble” le permitiría a la rueda de atrás quedar suspendida en el aire.
“Si bien en este ejercicio no hago mucha fricción ni tampoco fuerza, sí hay que tener equilibrio. Me estoy entrenando unas cuatro veces al día, por espacio de 30 minutos. Lo hago por sudar, porque el ciclismo me hace demasiada falta y ante esta crisis que estamos pasando es mejor cuidarse y no salir”.
Su inventiva la compartió por medio de un video en redes sociales y con la etiqueta #QuedateEnTuCasa. Y, sin imaginarlo, se volvió tendencia. Su popularidad es tan alta que, al día de ayer, ya tenía, como asegura, más de 60 mil reproducciones.
Quiere ser famoso corriendo
“Mucha gente me ha escrito a felicitarme. De hecho el periodista César Augusto Londoño me regaló un rodillo para que entrenara, lo cual agradezco porque uno de dónde va a sacar dinero para comprar algo tan caro, a duras penas puedo asistir a las carreras y eso cuando me colaboran”, dice. “Hasta un entrenador de Antioquia me contactó y quiere que siga mi etapa de formación con él. Si eso se da sería otra bendición de Dios”, comenta Nelson, hijo de un taxista de Cúcuta que lleva su mismo nombre y de María Auxiliadora Suárez, quien en este momento labora en oficios varios en Venezuela.
Con esa misma bici, Nelson Johan, habitante del municipio de Villa del Rosario, en
Cúcuta, hace parte de los seis mejores ciclistas de su departamento. Tras ser protagonista en varios chequeos, se había ganado el derecho a competir en las vueltas al Tolima (18-22 de marzo) y de Anapoi
ma (25-27 de este mismo mes), en las que esperaba obtener la clasificación a la Vuelta de la Juventud (4-10 de mayo).
“Es bonito ser fuente de inspiración para otros, de verdad que ni he podido dormir, por la felicidad que me invade, al saber que me están colaborando y que se me pueden abrir puertas luego de que se mostrara esa grabación por las redes”, apunta.
Y agrega que “algunos me dicen que ya soy famoso, pero tengo los pies en la tierra. Yo sí quiero ser reconocido, pero comiéndome la carretera, estando en un buen equipo, corriendo a nivel nacional, creciendo profesionalmente”, cuenta el corredor, de 60 kilos de peso, 1.75 metros de estatura y quien se defiende en el plan como en las subidas largas. Si ya demostró su talento al arreglárselas para entrenar en medio del aislamiento, sobre el asfalto también debe ser un virtuoso. Con su inteligencia, Nelson es ejemplo de superación