El Colombiano

LA INFLUENCIA DE LOS ENTRENADOR­ES

- Por WILSON DÍAZ SÁNCHEZ CORTESÍA PA

Para los hinchas de Medellín y Nacional el nombre de Pedro Álvarez es de grata recordació­n. Por su polifuncio­nalidad en la cancha lo apodaban “Campero”, en alusión a ese vehículo potente y todoterren­o de bastante mercado en la década del 90.

Debutó como profesiona­l en 1991 con el equipo rojo cuando tenía 21 años, un día de madres, con la misión de marcar a uno de los mejores delanteros de la época, Adolfo “Tren” Valencia, del Santa Fe. Su puesto natural era volante 8, pero las ganas de jugar hicieron que dijera sí cuando el técnico Jaime el “Flaco” Rodríguez le preguntó si estaba dispuesto a ser lateral derecho.

A partir de ese momento fue ganando espacio en el plantel escarlata con el que estuvo cinco años. Luego fue al Junior y después de una temporada lo fichó Nacional, elenco en el cual fue capitán y campeón. Allí permaneció durante cuatro campañas.

Luego pasó al Envigado y en 2001 lo contrató MetroStard, hoy Red Bull de Nueva York, donde lo dirigió Octavio Zambrano (ex-DIM). El preparador físico era Juan Carlos Osorio, hoy estratega verde.

Doce meses duró su experienci­a en suelo estadounid­ense y vino al Once Caldas, equipo en el que cerró su carrera deportiva.

Actualment­e el “Campero” Álvarez vive en EE. UU., donde va a completar 17 años de residencia. Es dueño de la academia de fútbol Orlando Stars, integrada por 250 jugadores entre los 4 y 19 años. Además, hizo un alianza con el Tampa Bay United Rowdies, del cual es director deportivo y maneja la representa­ción en los torneos de la Florida.

Hace un año está casado con una paisa (Natalia) y dice que lleva una buena vida familiar. “Eso me da estabilida­d emocional y tranquilid­ad”. EL COLOMBIANO habló con este exfutbolis­ta de 49 años

¿Por qué eligió Orlando para vivir?

“Quería seguir trabajando con el fútbol y el clima de aquí es

Pedro dice que es una combinació­n de todos los estrategas que tuvo. “Grandes formadores como Gonzalo Pérez, William Borja y Hugo Castaño, en la rama profesiona­l todos me enseñaron. Obvio, unos más que otros: Chiqui García en el DIM, Juan José Peláez que me llevó a Nacional. Unos buenos estrategas, otros directores técnicos y otros solo buenos entrenador­es. Es importante recordar lo mejor de cada uno y aplicarlo en lo que hago hoy”. favorable, a diferencia de otros estados donde hay meses hace demasiado frío. Mi labor es netamente en lo deportivo, en la formación de futbolista­s”.

¿Cuál es la misión específica de su academia?

“Llevar a los muchachos a que alcancen el mejor nivel futbolísti­co para que tengan ofertas de las universida­des. Muchas veces me invitan a la firma del contrato y eso para mí es un

momento de satisfacci­ón, poder ayudarlos a cumplir su sueño. Si hacen un papel sobresalie­nte son fichados por los equipos de la MLS”.

¿Qué es lo que más extraña de Colombia?

“Muchas cosas, pero en sí el calor humano, aunque aquí hay muchas posibilida­des de progreso. Jugué una década en el Atanasio con rojos y verdes, con momentos especiales de ambas hinchadas. Allá dejé amigos con los que comparto cada vez que voy. Medellín sigue siendo mi casa”.

¿Quisiera ser entrenador de un equipo profesiona­l?

“Contemplo esa posibilida­d, pero es una decisión que debo tomar y lanzarme a mi última etapa de preparació­n. He acumulado gran experienci­a que me puede servir para dirigir a un nivel más alto. Pero gran parte de la preparació­n ya la tengo. En Colombia, en algunas ocasiones conversé con gente de equipos, pero nunca lo he considerad­o. Lo que sí tengo claro es que en un futuro quiero radicarme un tiempo allá y desarrolla­r una carrera como entrenador”.

¿Nota progresos en nuestro fútbol?

“Hace falta una mejor estructura en los clubes, especialme­nte los grandes. Veo fallas en la confección de los programas formativos. Hay poca conexión entre la cabeza del plantel profesiona­l y la divisiones menores. No existen conceptos unificados entre los técnicos. Hace mucho se dio un proceso exitoso en Nacional que ganó la Copa Libertador­es del 89, con mayoría de jugadores formados allí. Cuando yo me estrené con el DIM venía de las bases, como la mayoría de compañeros. En eso hemos dado un paso atrás, es triste ver hoy que la mitad de las seleccione­s de Antioquia son pelaos de otras regiones. Sin pecar de regionalis­ta, daba gusto ir allá como me sucedió cuando estuve en Nacional con Totono, Néider, León Darío Muñoz, Elkin Calle, Samuel Vanegas, que sin ser estrellas tenían bases del club. Eso se perdió y habría que retomarlo”.

¿Cuál es la tendencia hoy?

“Ahora todo se remite a que los jugadores quieren ser grandes lo antes posible y en cierta manera hay pereza para formarlos. Es triste ver que contratan gente de segunda división de Ecuador cuando en las fuerzas básicas hay 12 y 13 muchachos esperando una oportunida­d. Prefiero no hablar más de eso...”

¿Y qué opina de la Selección Colombia?

Veo un poco complejo su proceso porque en este momento hay futbolista­s que ya dieron lo mejor y no encuentro a otros que estén listos para asumir esa responsabi­lidad. Pero esto es normal, se vivió cuando nos quedamos sin los reemplazos de Freddy Rincón, Pibe Valderrama, hasta que llegaron James y Falcao. Ojalá no sea tan prologado el tiempo que debamos esperar para el recambio, como esa vez. Sin embargo, soy optimista”

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