BUEN TRABAJO EN EQUIPO DE CONTRALORÍA, FISCALÍA Y PROCURADURÍA
La Fiscalía, pendiente del terreno penal. La Procuraduría, atenta a lo disciplinario. Y la Contraloría, con el músculo para embargar y reintegrar el dinero público mal manejado.
Se trata de un trabajo conjunto, coordinado, del que hasta ahora no había antecedentes. Que debe perdurar, porque, como se ha advertido, debe lograr un efecto moralizador, de ética en la cultura administrativa del erario, que no solo ataque la corrupción en tiempos de pandemia sino que la combata como uno de los peores males que ha tenido la democracia colombiana.
Hay hallazgos de empresas de papel contratando con alcaldías de Tolima y Cundinamarca. Sobrecostos en mercados, con precios imposibles. El pago de fiestas populares en Arauca que, aunque ya canceladas por la emergencia sanitaria, se contrataron.
También contratos millonarios para la adquisición de tapabocas en dependencias de las Fuerzas Armadas, que dejaron boquiabiertos a los investigadores por los sobrecostos.
Esta triada permitió trazabilidad e información compartida para establecer irregularidades en 26 gobernaciones de las 32 del país, y en 272 alcaldías a lo largo y ancho del territorio nacional.
Están en marcha investigaciones disciplinarias y órdenes de captura, que por supuesto abrirán causas que respeten el debido proceso, pero que pongan mano dura a una corrupción que no se detiene ni en medio de la austeridad y las crisis de la covid-19 ■