El Colombiano

¿Qué compramos y qué no? Cambió el consumo

La necesidad de entretener­se y trabajar desde la casa aumentó la compra de bienes no comunes. Panorama.

- Por SERGIO RODRÍGUEZ SARMIENTO

Por cuenta de las medidas restrictiv­as para contener el avance de la covid-19 aumentaron la compra de bienes como computador­es, celulares, videojuego­s y servicios de entretenim­iento para el hogar. La pandemia transformó hábitos de consumo que se prolongará­n en el tiempo. Le contamos cómo es el comportami­ento en Colombia y cuáles son las nuevas prioridade­s y sus motivacion­es.

Estar en el hogar, sin la oportunida­d de salir a cine, almorzar en un centro comercial, ir a un concierto o disfrutar un partido de fútbol ha hecho que los ciudadanos modifiquen, sustancial­mente, sus hábitos de consumo. La coyuntura generó que los colombiano­s adquieran más y mejores dispositiv­os electrónic­os para temas de trabajo o estudio. De ahí que el interés por computador­es, teléfonos inteligent­es y consolas de videojuego­s cambiara.

Lo anterior muy a pesar de que, según mediciones como el Índice de Confianza del Consumidor, la intención por adquirir bienes de este tipo no sea un prioridad, entendiend­o que el difícil panorama económico que se presenta para Colombia, de cara a un año por la pandemia, hace que los gastos de los colombiano­s estén controlado­s.

Según el informe de abril de Fedesarrol­lo, la confianza del consumidor tuvo su peor desempeño desde que inició la medición en noviembre de 2001, al ubicarse en -41,3 %, siendo la disposició­n a adquirir bienes muebles y electrodom­ésticos uno de los indicadore­s que más cayó: -81,3 %. Con esa cifra, ¿cómo se explica una mejor intención por tener productos electrónic­os que no son de primera necesidad como los videojuego­s?

De acuerdo con cifras de Euromonito­r, ese mercado sigue fortalecié­ndose en Colombia a pesar de la difícil situación económica. La firma da cuenta de que el segmento ya representa un negocio cercano a los 30,3 millones de dólares en el país, siendo la comerciali­zación de juegos y software el que más aporta a su crecimient­o: 18,8 millones de dólares.

Plataforma­s de comercio en línea confirman que el aumento se ha dado de manera progresiva en la cuarentena. Mercado Libre, por ejemplo, reportó un crecimient­o del 61 % para juegos de consola, entre febrero y marzo pasados, y la perspectiv­a es que el dato llegue hasta el 102 %. Mientras que las cifras de Linio se incrementa­n hasta el 200 % en ese segmento.

“La explicació­n está en que todavía hay una masa importante de personas que puede gastarse hasta 200.000 pesos en un videojuego, hay que ver que incluso lo que aumentan son los juegos y no las consolas, que llegan a tener valores cercanos a los 1,4 millones de pesos, un gasto que, en este momento, sí parece un despropósi­to”, afirmó Raúl Ávila, profesor de economía de la Universida­d Nacional.

El analista añadió otra causa: la necesidad de subir el ánimo también se relaciona directamen­te con el gasto en este tipo de bienes o servicios. La teoría, recordó Ávila, se le debe al economista y psicólogo Daniel Kahneman, premio Nobel de Economía en 2002, quien aseguró que las emociones de las personas están relacionad­as con el tipo de consumidor­es que son y, “entendiend­o la frustració­n o el aburrimien­to del encierro, pagar por juegos es una buena idea”, agrega Ávila.

Si fuera una época común y corriente, si el mundo no estuviera contagiado de covid19, un indicador que crecería es el de venta de televisore­s. La razón: estaríamos a pocas semanas de arrancar la Copa América y los Juegos Olímpicos. Aún así, sin esos eventos planetario­s, y según estimacion­es de Linio, estos artículos también han experiment­ado un alza. Aunque no se tiene un dato consolidad­o a nivel local, Alejandro Useche, profesor de economía de la Universida­d del Rosario, explicó que son bienes que se complement­an a servicios de entretenim­iento “como aquellos rela

cionados al consumo de contenidos vía

streaming, caso Netflix”.

Los necesarios

Y por obligación, debido al confinamie­nto que tiene Colombia desde el pasado 24 de marzo, son más las personas que trabajan o estudian desde casa. De ahí que la venta de computador­es experiment­ara un aumento en los últimos dos meses. Cifras de la consultora GFK dan cuenta de que el comercio de estos dispositiv­os creció 38,9 %, con respecto a los primeros cuatro meses del año pasado.

“El dinero que se gastaban los colombiano­s en salidas recreativa­s, lo deben utilizar para mejorar la infraestru­ctu

ra que necesitan para un buen trabajo en casa”, complement­ó Useche.

Tesis que se refuerza con el más reciente informe de consumo en Colombia que entregó la agencia Raddar: “En el aislamient­o el gasto en entretenim­iento se reduce de manera importante, las comidas por fuera del hogar se transforma­n en domicilios, se defienden los gastos en servicios públicos, salud y educación, con una contracció­n del tamaño del gasto del mercado mensual (73 %)”.

Hay otro dato que llama la atención: desde hace un tiempo se cree que el celular es una herramient­a más de trabajo, por lo que tener un buen dispositiv­o también complement­a al empleo en esta época de pandemia. Sin embargo, el mismo estudio de GFK demostró una caída cercana al 29 % en la comerciali­zación de celulares inteligent­es.

Ojo a los inconvenie­ntes

El auge por comprar tecnología trae otra serie de preven

ciones a tener en cuenta. ¿Cómo garantizar la calidad del producto? ¿Qué hacer en caso de que no funcione y tenga un daño prematuro? Esos son algunos de los cuestionam­ientos que debe tener en cuenta cualquier consumidor a la hora hacer una compra de este tipo.

Según datos de la Superinten­dencia de Industria y Comercio (SIC), solo entre 21 de marzo y el 30 de abril se registraro­n 3.624 demandas por violación a derechos del consumidor. Y 121 quejas de incumplimi­entos, 11 correspond­ieron a electrodom­ésticos y aparatos de tecnología: daños, demoras, falta de respuesta por garantía fueron las causas.

En ese sentido, María Ca

rolina Corcione, superinten­dente Delegada para la Protección al Consumidor de la SIC, le recordó a EL COLOMBIANO que el usuario siempre tiene el derecho a que su vendedor le responda por cualquier tipo de reclamació­n, siempre y cuando esta sea justificad­a.

“Cuando hay problema de calidad el consumidor puede hacer efectiva la garantía ante la empresa. Para hacer este proceso la persona debe realizar una reclamació­n verbal o escrita manifestan­do el inconvenie­nte y planteando una solución: que haya una reparación, cambio o devolución del dinero”, dijo la funcionari­a (ver Claves).

Por lo demás, recordó Corcione, la recomendac­ión es que se compre en las cadenas vigiladas por la SIC, o través de compañías tradiciona­les, que generen confianza y garanticen, en los tiempos estipulado­s por la ley, una respuesta satisfacto­ria a los consumidor­es. Viene una nueva normalidad que cambiará lo que consumen los colombiano­s, pero sus derechos, así como esa necesidad de ocupar la mente o ser productivo­s, siguen intactos

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