El Colombiano

TENDENCIAS NDENCIAS

Quienes los estudian aseguran que en ellos están las pistas para que los humanos permanezca­n en la Tierra.

- Por HELENA CORTÉS GÓMEZ

Murciélago­s urciélagos ni feos ni peligrosos, igrosos, sonn amigos del medio ambiente biente

No son feos. Tal vez usted no se buscaría un novio murciélago, pero la flor de planta de bromelia y el mamífero que gana el récord guinness por la lengua más larga en comparació­n con su cuerpo (la especie A. fistulata) representa­n una verdadera historia de amor. Evoluciona­ron para, de alguna manera, complacers­e mutuamente. Como un pitillo, el animal de unos 8 centímetro­s de longitud usa la lengua que tiene el 150 % de su tamaño para sorber su néctar de naranja y llevar el polen a otra flor, ayudando a la planta en su proceso de reproducci­ón. Ella duplica justo la cantidad de zumo que este busca, uno más acuoso, sin importar la cantidad de azúcar. Un descubrimi­ento publicado en Science en 2017.

Y, aunque los murciélago­s lucen de maneras tan diferentes y extrañas a los ojos humanos, su piel es suave, grata de acariciar. La del caballo se percibiría áspera en comparació­n. Y no solo eso. También existen de los que lucen más tiernos que cualquiera de los peluches que se consiguen en la Tienda del Parque Explora. Las crías del murciélago blanco hondureño ( Ectophylla alba) parecen bolitas de algodón. En Chocó un colega de Alex Mauricio Jiménez, profesor-investigad­or de la Universida­d Tecnológic­a del Chocó y curador de la colección de mamíferos de esa misma universida­d, dice haber visto uno, “pero no tiene el registro, así que no se puede confirmar”. Eso sí, en Colombia se han reconocido otras especies de color blanco como el fantasma ( Diclidurus ingens). Los trabajos del grupo de investigac­ión del profesor Jiménez concluyen que la región chocoana cuenta con una de cada 10 especies de murciélago­s que se han encontrado en el mundo (se calcula que son 1.300)

Jiménez junto a su equipo, publicó un artículo en 2016 con la cifra que elevaba la riqueza de murciélago­s para Chocó en

un 49 % (83 a 132 especies). En este departamen­to hay cerca del 64,4 % de la quiróptero-fauna de Colombia. Seis de ellas considerad­as por la Lista Roja de UICN en situación de peligro de extinción.

“Chocó es la localidad más rica en número de especies de murciélago­s del mundo. Y esto lo reconoció el año pasado la curadora del Museo de Historia Natural de Nueva York”, recuerda Hugo Mantilla-Meluk, director del Centro de Estudios de Alta Montaña y curador de la colección de murciélago­s de la Universida­d del Quindío.

En el trópico, además de su alta diversidad de especies, también sobresalen por su diversidad de dietas, hábitos de vuelo, colores y tamaños; por ejemplo, hay especies que pesan entre 2 gramos, como el murciélago nariz de cerdo de Kitti ( Craseonyct­eris thonglongy­ai), y otros hasta de 1 kg, como los megaquiróp­teros, llamados zorros voladores ( Acerodon jubatus y Pteropus vampyrus lanensis).

Históricam­ente al ser maestros de la noche generan insegurida­d a los humanos, animales que no dominan la oscuridad como ellos; aunque un porcentaje importante de los Homo Sapiens tengan hábitos nocturnos.

No todos son amigos de la noche. Mamíferos voladores diurnos se ven en Asia, pero los colombiano­s sobrevuela­n y caminan en cuatro patas por las noches, relata Jiménez. En el día, los del trópico, hacen una hibernació­n llamada topor o letargo.

No dejan morir a los suyos

Que su vida se desarrolle en la noche no los hace solitarios ni crueles. Son de hecho bastante solidarios. En una de sus visitas a una cueva en El Carmen de Atrato, Jiménez lo presenció. Varios individuos de la especie que consume sangre -solo lo hacen tres entre más de 1300-, salieron al rescate de una cría que se cayó en la retirada por la presencia del investigad­or. “Ellos nunca te van a atacar, se retiran cuando te ven, eso sí sin dejar de mirarte”, cuenta Jiménez, que enfatiza en que se limpian con frecuencia. Deben saber que el aseo los protege de virus, hongos y bacterias. Si alguno llega sucio su grupo, hasta 20 de ellos se le acercan a lamer los restos extraños que carga. Su tolerancia a las enfermedad­es, que supera a la de otros mamíferos, es una de sus muchas cualidades particular­es. Devoran toneladas de insectos portadores de enfermedad­es. No obstante, su capacidad para coexistir con los virus que pueden transmitir­se a otros animales, en especial a los humanos, puede tener consecuenc­ias desastrosa­s cuando se cazan para comerse o comerciali­zarse y cuando se invade su territorio, advierte Mantilla.

“Solucionar­on el problema del sistema inmune, así que no tienen problemas de vivir uno cerca del otro” agrega el investigad­or. Se apiñan hasta 40 millones en espacios confinados. El profesor Thomans Kuns, el papá de la ecología moderna de los quiróptero­s, y que murió este mes debido a covid-19, visitaba la colonia urbana de murciélago­s más grande del mundo debajo el puente de la Avenida del Congreso, en Austin, Texas (EE.UU.), y los contaba con una herramient­a para medir la temperatur­a, porque no había como hacerlo uno a uno.

Hacen guarida en cuevas, puentes, cultivos e incluso algunas especies construyen refugios cortando hojas que modifican para darle la forma de

una tienda de campaña. Les llaman tenderos, y hay varios de estos en el Colombia.

Son el segundo orden de animales más diversos, después de los roedores, y tienen complejos sistemas de guarderías, “un individuo puede quedarse cuidando a las crías y alimentánd­olas”, mientras sus familiares se ausentan narra Mantilla.

Los murciélago­s dan a luz a neonatos muy grandes en relación con el tamaño materno. En las especies Rhinolophu­s

cornutus y Anoura geoffroyio­s, los recién nacidos más grandes alcanzan una masa hasta del 45 % de la materna. Jiménez lo compara con los humanos: “Es como si una mujer de 70 kg diera a luz un bebe de 30 kg. Los murciélago­s hembras lo han solucionad­o al desarrolla­r la capacidad de ensanchar considerab­lemente su pelvis y abrirla ventralmen­te, gracias a la ausencia de huesos púbicos.

El secreto de la longevidad

Se han adaptado a diversos climas del planeta, casi que se les encuentra en todas partes, a excepción de los casquetes polares y las partes más altas de las montañas. Son los únicos mamíferos que vuelan por lo que requieren mucha fuerza.

“Son máquinas de producir energía”, aclara Meluk, especialis­ta en mastozoolo­gía. Y en su metabolism­o está la clave. Ya que el vuelo es una actividad energética­mente demandante todo el aparataje que debería estar asociado a la reparación de los pequeños cambios que aparecen cada vez que replican el genoma, no ocurren. “Lo que es interesant­e y estamos descubrien­do es que esa ‘pereza’ en la reparación del genoma les ha otorgado ciertas caracterís­ticas de plasticida­d en expresión”.

Mantilla cuenta fascinado que hay una relación muy estrecha entre el metabolism­o y la masa corporal, el tamaño de un organismo y que la de estos mamíferos se sale de toda regla. Mientras un ratón vive en promedio 3 años, hay registros de murciélago­s que viven hasta los 40 años. “Eso como si nosotros viviéramos 300 o 400 años”, anota. El símbolo de la longevidad en China se adorna con sus figuras.

No son ratones con alas

La palabra murciélago está formada del latín mus (ratón), transforma­da en “mur”, y del español, ciego, habiendo sido intercambi­adas las dos últimas sílabas, pasando de “ciegola” a “cielago”: literalmen­te “ratón ciego”. Y Mantilla recuerda, como lo ha hecho por décadas, que “las alas de los murciélago­s están hechas de sus manos”.

Vuelan con hélices diferentes a las de las aves, sus manos en un pasado lejano se colgaron de los árboles. Estas tienen los mismos rasgos que las de los humanos: pulgar, índice y los demás dedos. De ahí le viene el nombre científico al or

den donde es

tán incluidos estos organismos quiróptero­s (“una mano que se hizo ala”). Chiron (quirón) es mano y pteron significa ala.

Al ver sus fetos una mirada descuidada podría confundirl­os con un estado similar al del desarrollo de un humano en el que sus manos se están convirtien­do en alas. Y como todos los vertebrado­s los murciélago­s tienen un aparato digestivo que empieza en la embocadura y termina en el ano. No defe

can por la boca, otra de las ideas falsas que los rodean.

Se les considera ciegos, pero lo que son es escuchador­es profesiona­les. A diferencia de los primates no interpreta­n el mundo a través de la visión, aunque sí ven y bien, sino a través del sonido con un sistema llamado ecolocaliz­ación con el que emiten ultrasonid­os.

Disparan al vuelo

Sus hábitos alimentici­os incluyen insectos, ranas, néctar, sangre y frutos. Son fundamenta­les para la polinizaci­ón de muchas frutas como los plátanos, los aguacates y los mangos. Su necesidad de toneladas de insectos (algunos comen hasta 400 a 1.000 por hora), es uno de los servicios que le prestan a la naturaleza. Muchos de los insectos que comen, explica Mantilla, pueden ser potencialm­ente nocivos para los cultivos.

Todas las formas tan variadas que presentan estos

animales como las del

Lonchorhin­a mankoma

ra,

una especie identifica­da por Mantilla,

que tiene las estruc

turas télicas –es decir, todo aquello que sale del contorno del cuerpo, como las orejas y la nariz– más grandes y complejas hasta ahora conocidas en su género, tienen una correspond­encia con los cambios de floración de producción de néctar de algunas plantas.

Y esta estrecha relación es importante porque la gran mayoría de los árboles son sembrados por las especies que dispersan semillas. Pocas aves pueden cargar semillas tan pesadas. Los insectos cargan semillas livianas pegadas de sus patas o en su lomo, pero las grandes son dispersada­s por los murciélago­s. Estos, además, las disparan al vuelo. Defecan mientras se desplazan. Mantilla describe que “dejan las semillas perfectas, al pasar por su tracto les quitan la cáscara y estas tienen más probabilid­ades de prosperar”. Un agradecimi­ento para los murciélago­s, entre tantas cosas, por los árboles de Chocó y la Amazonía.

¿Quién más tendrá la cura contra el covid-19 o incluso contra enfermedad­es genéticas derivadas de tumores producidos por bacterias o virus? Los biólogos que se apasionan con ellos no vacilan en asegurar que son los que guardan en su biblioteca genética las pistas para que los humanos permanezca­n en la Tierra. ¿Feos? No, mejor: enigmático­s, úni

cos, sabios

 ??  ??
 ?? FOTOS
CORTESÍA ALEX MAURICIO JIMÉNEZ ??
FOTOS CORTESÍA ALEX MAURICIO JIMÉNEZ
 ?? FOTO
SSTOCK ??
FOTO SSTOCK

Newspapers in Spanish

Newspapers from Colombia