El Colombiano

35 mil obreros esperan la orden para iniciar labores en el Aburrá

- Por GUSTAVO OSPINA ZAPATA CAMILO SUÁREZ

Miles de albañiles, pintores, plomeros y electricis­tas siguen varados para ejercer sus actividade­s, que se realizan casi siempre en los barrios y muchos en la informalid­ad.

Apunta de “marañitas”, así están viviendo los albañiles, pintores de brocha gorda, plomeros y electricis­tas, esos que no solo construyen sino que también hacen las ampliacion­es y reparacion­es de las casas en los barrios. La cuarentena los obligó a guardar brochas y palustres ya que la construcci­ón fue otra de las actividade­s clausurada­s por los decretos de emergencia sanitaria.

Ya de por sí, lo que muchos de ellos hacen cotidianam­ente en tiempos de normalidad, sin pandemia, son pequeños trabajos con los que no ganan mucho dinero. Alex Jiménez, pintor y estucador hace 35 años, dice que antes de las medidas, el “boleo” no iba bien.

“Este año todo ha estado muy malo, pero con la cuarentena más, porque ya no dejan si quiera pintar las casas”, cuenta. Incluso, el día de la entrevista estaba pintando un muro en una casa vecina. Tenía humedad y el trabajo era sencillo: solo resanar la pared y echarle pintura.

Si la construcci­ón en su totalidad no se reactiva, Alex admite que entrará en la desesperac­ión: es padre de un hijo y hace más de mes y medio no lleva nada a su casa. Tiene compañera sentimenta­l, que por ahora asume las cargas del hogar, pero su salario es un mínimo y no alcanza para servicios, arriendo y alimentaci­ón. “La gente de todos modos tiene que reformar, y si no lo hacen en una parte lo hacen en otra”, dice Alex con voz esperanzad­ora.

Según Eduardo Loaiza, gerente de la Cámara Colombiana de la Construcci­ón, Camacol, los obreros de la construcci­ón son, en Medellín, un ejército cercano a las 35 mil personas, la mayoría hombres que no gozan de pensión, a veces ni de salud y menos de garantías salariales como primas y cesantías.

Viven del día a día y, en su criterio, debe reactivars­e su oficio por el bien de la economía y para no ahondar la crisis. “Todo lo que son mejoras, reformas y obras de auto construcci­ón requieren maestros de obra, personal capacitado, que sepa, oriente, ayude y haga bien las cosas, pero en este momento están suspendida­s las actividade­s. Se reactivaro­n la infraestru­ctura vial, obras públicas y edificacio­nes realizadas por empresas; también se rehabilita­ron las ferretería­s y depósitos, ya es lógico que quienes compran, que

son las personas que hacen las reformas en las casas, como maestros, oficiales y contratist­as, tengan permiso para su actividad”, opina Loaiza.

Repartir lo poco que salga

El dirigente gremial admite que estas personas deben es

tar pasando dificultad­es. El sector constructo­r ha activado la entrega de edificios de apartament­os y en esta etapa, para acabados y toques finales, se capta a muchos de estos obreros. Pero sigue la preocupaci­ón por el grupo de remodelaci­ones.

“Muchas de estas actividade­s se pueden hacer a campo libre, como pintar fachadas, entejar, ampliar tuberías, en las que se puede guardar distanciam­iento social”, dice.

Alberto Cardona, albañil y plomero que tiene un grupo de obreros como él para ejecutar obras, afirma que algunos tienen seguro y cotizan a pensión, pero son la minoría. “Como muchos son trabajos de dos o tres días, no justifica una afiliación, uno conversa con el cliente para que lo deje trabajar así. Claro que uno evalúa el riesgo y dependiend­o de eso lo contrata”, dice Alberto, que también está sobrevivie­ndo de “marañitas”.

Alberto Ríos, gerente de Maridos en Alquiler, una empresa creada hace 16 años con cerca de 30 de estos obreros afiliados, afirma que es muy cuidadoso de contratar a personas que tengan sus seguros al día. “Al principio de la cuarentena sufrimos mucho, pero logramos permiso para que los dejen trabajar en urgencias”. Con esto se refiere a casos como el de una tubería que se revienta, un corte de luz por reparar o coger una humedad.

Dice que les paga por prestación de servicios y dependiend­o lo que salga llama a diferentes obreros: “la idea es que haya platica para todos”. Añade que son personas de estratos bajos que residen en los barrios populares, “la mayoría padres de familia sin muchas garantías laborales”

 ?? FOTO ?? Alex Jiménez, pintor de brocha gorda, espera que el gobierno permita que en las viviendas se puedan hacer reformas para así tener trabajo e ingresos de manera continua.
FOTO Alex Jiménez, pintor de brocha gorda, espera que el gobierno permita que en las viviendas se puedan hacer reformas para así tener trabajo e ingresos de manera continua.
 ?? FOTO CAMILO SUÁREZ ?? Cerca de 35.000 obreros de barrio, informales, siguen sin trabajar en el Valle de Aburrá, según Camacol.
FOTO CAMILO SUÁREZ Cerca de 35.000 obreros de barrio, informales, siguen sin trabajar en el Valle de Aburrá, según Camacol.

Newspapers in Spanish

Newspapers from Colombia