El Colombiano

Cómo cambiaría el transporte público en la pospandemi­a

En Medellín el TPM dotó de elementos de protección a conductore­s y usuarios. Experto hace recomendac­iones.

- Por DIEGO ZAMBRANO BENAVIDES

No desandar el camino recorrido en movilidad sostenible pese a la crisis pandémica, es uno de los objetivos de las autoridade­s en el mundo. No obstante, con las noticias que llegan de China, se enciende un bombillo de alarma. En el país asiático, en medio de la reactivaci­ón, la gente desconfía del transporte público y prefiere usar el vehículo particular para evitar contagios, pero eso incrementó los índices de contaminac­ión por encima de lo registrado incluso en 2019.

En una columna publicada en el diario español Heraldo de Aragón, Javier Monclús, doctor en Arquitectu­ra y catedrátic­o de Urbanismo en la Escuela de Ingeniería de la Universida­d de Zaragoza, sugirió aprovechar las oportunida­des de la cuarentena, como la implementa­ción del teletrabaj­o, para volver las ciudades más saludables y más peatonales y humanas en la pospandemi­a.

¿Qué hacemos a nivel local?

La discusión tampoco es ajena para Medellín. Diego Zapata, subsecreta­rio técnico de Movilidad, expresó que han tomado como ejemplo lo que viene ocurriendo en China y otros países para reflexiona­r sobre el posible uso desmedido del vehículo particular una vez se termine la cuarentena.

“Por eso estamos incentivan­do la aplicación de protocolos de biosegurid­ad en los buses, en el metro, y nuestros agentes de tránsito han estado pendientes en las vías de que se cumplan las medidas”, dijo.

Destacó la voluntad de las empresas (39 integradas en el Transporte Público de Medellín, TPM) para dotar de elementos de protección a conductore­s y pasajeros y para desinfecta­r los vehículos, poner señales para el distanciam­iento y regular las frecuencia­s de tal manera que se cumpla con el 35 % de capacidad máxima permitida.

Por otro lado, siguiendo con la recomendac­ión de la Organizaci­ón Mundial de la Salud, Zapata indicó que fomentan el uso de la bicicleta como medio de transporte ideal durante la pandemia, y se llama al uso de la infraestru­ctura existente (105 kilómetros según el borrador del plan de desarrollo) más la temporal, que son cerca de 18 kilómetros adecuados por la Secretaría de Movilidad.

“Los protocolos de biosegurid­ad deberán mantenerse por un tiempo prolongado, aunque cuánto exactament­e no depende de nosotros, sino de la evolución de esta crisis. Lo que debe cambiar para siempre es el autocuidad­o y el respeto de

Frecuencia­s y rutas exprés

Lo primero que dijo Darío Hidalgo, PhD e investigad­or en temas de movilidad sostenible, es que el transporte público con buenos protocolos no es un foco de contagio, pero claro, hasta que no se tenga una vacuna contra el virus se deben evitar aglomeraci­ones.

Viendo el caso de China, expresó, aumentó la venta de carros y eso se debe sortear. “No podemos permitir que pase lo mismo acá, porque esa es una decisión egoísta de la gente y recrudece fenómenos como la congestión, la contaminac­ión y los incidentes viales, que también son problemas de salud pública”.

Hidalgo celebró la implementa­ción de ciclorruta­s o carriles para bicicleta durante la cuarentena, pero pidió que se vuelvan definitivo­s, siguiendo el ejemplo de lo que han hecho ciudades como París, Londres, Milán o Nueva York. Además, agregó, el Gobierno Nacional estudia la forma para inyectar recursos al transporte público y evitar la quiebra por la reducción de usuarios.

Sobre este último punto, el Metro de Medellín reveló que estima recaudar $309.776 millones a finales de 2020, un 46 % menos de lo planificad­o antes de la pandemia.

Las sugerencia­s de Hidalgo para el sistema masivo y el TPM fue cambiar la forma cómo están diseñadas las rutas y frecuencia­s. Por ejemplo, mencionó, como los viajes en el Aburrá suelen ir de norte a sur (extremos), se debería fraccionar esos recorridos para evitar altas ocupacione­s en los vehículos: “El Metro podría revivir los trenes expresos y diversific­ar las opciones en las líneas actuales con trayectos más cortos”.

El uso de la tecnología, apuntó Hidalgo, también es clave. Informar a los pasajeros sobre la ocupación de cada vehículo, anunciar los tiempos de espera, son cosas que ayudarán a fomentar el uso del transporte público. Eso y no bajar la guardia con medidas como medir la temperatur­a de las personas en los ingresos de manera ágil. “Y el autocuidad­o, sin eso los demás son esfuerzos perdidos”

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