El Colombiano

MOVILIDAD Colectivos en bici dan empujón a principian­tes

Desconocim­iento de rutas y falta de destreza son algunas de las barreras de los que quieren usar la bicicleta.

- Por MARÍA PAULA HERNÁNDEZ

Del dicho al hecho hay mucho trecho. Y de tener una bicicleta guardada en casa a utilizarla todos los días para viajar al colegio, la universida­d o el trabajo, también. Por eso, al menos dos colectivos promotores de la bicicleta en el Valle de Aburrá ofrecen servicios para facilitar ese primer paso a ciclistas principian­tes: tal como una madre da a su hijo el primer empujón en una cicla sin rueditas de apoyo.

“Hay diferentes barreras que impiden que la voluntad se convierta en una decisión”, aseguró Yamile Ospina, coordinado­ra de Biciángel, colectivo promotor del uso de la bicicleta y uno de los que presta este servicio de acompañami­ento en la ciudad. “La principal, en muchos casos, es la falta del hábito y la costumbre de hacerlo en otros vehículos. También incide lo que conocemos como norma social: entre más personas se movilizan en cicla, más se animan los que quieren pero aún no lo han hecho”.

Y si la decisión ya está tomada, explicó Mauricio Mesa, coordinado­r del colectivo Siclas, hay barreras que aún dificultan que las personas, en efecto, emprendan su primer viaje. “Por ejemplo, no saber la ruta, tener miedo a ser arrollado, robado, o no contar con la destreza suficiente para moverse en una ciudad donde los

otros vehículos no son muy amistosos con los ciclistas”, indicó, y explicó que poner la lupa en esta población que quiere usar el vehículo pero no lo hace, es fundamenta­l.

“Para llegar al 10 % en 2030, como lo proyecta el Plan Maestro de la Bicicleta en el Valle de Aburrá, en 2020 deberíamos estar en 4 %”, dice Mesa. Pero, según el Plan de Desarrollo de Medellín, en 2020 apenas estamos en un 1%.

La primera rodada

“Trabajamos en el antes, el durante y después de la experienci­a”, dijo Ospina, explicando el trabajo de acompañami­ento que ofrece su colectivo para individuos o grupos.

Parte del proceso incluye diseñar la ruta más segura y rápida, identifica­r los puntos ciegos de los diferentes actores viales, aprender a comunicars­e de manera no verbal con otros conductore­s, “y entender que tenemos derecho a utilizar las vías como lo tiene cualquier otro vehículo”.

Así fue como el pasado 23 de mayo, de la mano de Biciángel, 38 empleados de la

empresa de ingeniería Soluciones Civiles consiguier­on llegar hasta su trabajo en cicla. Natalia Osorno, arquitecta y directora de obra, narró que tuvieron la idea mientras diseñaban el Plan de Movilidad Sostenible que el Área Metropolit­ana del Valle de Aburrá les exige a las empresas con más de 200 trabajador­es.

La empresa realizó la gestión para que los empleados pudieran acceder a bicicletas con descuentos y pagarlas por cuotas con el subsidio de transporte que reciben cada mes por ley. “Muchos se acogieron porque evitan contagios en sistemas masivos y, después de pagar la bicicleta, podrán ahorrar el subsidio”, indicó.

Por su parte, pensando en quienes no saben montar en bicicleta o no tienen la suficiente experienci­a, el colectivo Siclas ofrece nivelacion­es y clases sobre seguridad vial, incluso para interesado­s que aún no tengan una cicla. “Disponemos de bicicletas especiales para aprender, ya que no son tan altas”, señaló Mesa. Para empresas, además, brinda talleres y conferenci­as de aproximaci­ón al ciclismo urbano.

“Si no aprovecham­os este momento de la emergencia para que más personas utilicen este medio de transporte, muy pronto volveremos a otras dos pandemias: la de enfermedad­es respirator­ias por contaminac­ión y la de muertes y lesiones por incidentes viales”, expresó.

Por eso, Siclas ha extrapolad­o a las redes sociales el habitual ciclopaseo que organizaba para recorrer la ciudad cada miércoles: ahora todas las semanas en su página de Facebook se hace una charla virtual en la que se debaten asuntos relacionad­os con el mundo del ciclismo urbano y la importanci­a de adoptarlo como forma de vida.

Hay opciones incluso, para quienes no tienen bicicleta. Sebastián Mattos, integrante del colectivo Bello sobre Pedales, explicó que desde el Museo de bicicletas clásicas y antiguas están restaurand­o 50 de sus bicicletas para donarlas. Y si la suya cuenta como clásica (por el tiempo que lleve guardada en casa sin ser utilizada), cuente con ellos, también tienen servicios para dejarla como nueva y ponerla a andar de nuevo.

Si se anima, recuerde mantener una distancia de dos metros con otros ciclistas; desinfecta­r casco, manubrio y pedales antes de usarla; no arrojar saliva o secrecione­s en la vía; no parquearla en lugares donde tenga contacto con otras personas y, si lleva termo, no dejarlo expuesto al aire durante el viaje

Newspapers in Spanish

Newspapers from Colombia