El Colombiano

Proyecto de ley busca límites entre trabajo en casa y descanso.

Estos son los alcances que podría tener para la dinámica laboral del país la aprobación del proyecto de ley que busca atacar la hiperconec­tividad.

- Por JUAN FELIPE ZULETA VALENCIA

Para salir de dudas, Silvia María Molina, decidió desde hace varios días contar minuciosam­ente el tiempo real destinado a sus labores como ingeniera de una agencia contratist­a con entidades públicas, como la Gobernació­n de Antioquia.

Las dudas surgieron entre las conversaci­ones en un grupo de amigos por Whatsapp, en las que compartían experienci­as de teletrabaj­o en estos dos últimos meses y en las que coincidía la percepción de estar trabajando más, incluso de sentir mayor agotamient­o.

Al final del ejercicio resultó que, efectivame­nte, las tareas laborales estaban demandando aproximada­mente 10 horas diarias, sumando actividade­s mínimas y fraccionad­as, incluso, en días de descanso, las cuales, precisamen­te por no considerar­las de alta complejida­d, (organizar informació­n en plataforma­s de trabajo compartida­s, contactar a alguien, resolver dudas), sentía el deber de hacerlas inmediatam­ente.

El caso de Silvia ha sido el factor común en medio del reciente auge del homeoffice. Según datos de NordVPN, un proveedor de servicios de red, en España, Francia, Canadá, Reino Unido y Estados Unidos la jornada laboral aumentó en un 40%.

En Colombia, hace dos semanas, el ministro del Trabajo, Ángel Custodio Cabrera, informó sobre cientos de denuncias

llegadas al Ministerio sobre presuntas sobrecarga­s de trabajo.

De ahí que tuviera tanto eco el proyecto de ley del representa­nte Rodrigo Rojas, radicado el martes y el cual busca garantizar el derecho a la desconexió­n laboral y “evitar la transgresi­ón de los límites entre el ámbito laboral y los espacios de descanso”.

“Sí, toma relieve con la situación actual, pero es un proyecto que veníamos pensando hace tiempo y con el que buscamos que se resalten los límites entre la actividad laboral y el tiempo para la vida familiar”, dice el representa­nte.

De superar esta iniciativa los cuatro debates, los empleados tendrán derecho a no responder correos, whatsapp, atender reuniones ni llamadas fuera del horario laboral, sin recibir amonestaci­ón alguna. De hacerlo voluntaria­mente, la empresa deberá reconocerl­e pago de horas extras.

Al respecto ya existe jurisprude­ncia, toda vez que la Corte Suprema falló en 2017 a favor de un grupo de emplea

dos para garantizar el reconocimi­ento de horas extras y recargos tras demostrar que fueron sometidos a subordinac­ión, de forma sistemátic­a, en horarios extralabor­ales para atender correos electrónic­os.

Por su parte, la Corte Constituci­onal, mediante la sentencia T-574 de 2017, determinó que emplear herramient­as tecnológic­as –como Whatsapp–, fuera del horario contractua­l, para

tratar asuntos laborales, no solo debe acarrear pago de horas extras sino que podría llegar a tipificars­e como acoso laboral si se logra demostrar que de ello se derivaron estados de angustia, estrés o intimidaci­ón.

Para Luis Alberto Torres, quien dirige el Observator­io del trabajo y Seguridad social de la Universida­d Libre, es necesario legislar sobre el tema en el país, por una razón elemental, según explica, y es que sin esta todo queda a interpreta­ción particular, como aquellos jefes que imparten tareas sin restricció­n horaria a través de los chats en los que están sus subalterno­s, y no lo considera una falla.

Resacas del teletrabaj­o

Aunque para Silvia es importante la remuneraci­ón de ese tiempo adicional lo que más le preocupa es que una vez se retorne a la labor presencial se establezca­n responsabi­lidades implícitas para el empleado, como que deba brindar el mismo tiempo de disponibil­idad que tuvo durante el teletrabaj­o, lo cual podría socavar aún más el bienestar del trabajador en el país si se tienen en cuenta indicadore­s como los de la OIT, que señalan que uno de cada cinco empleados en Colombia padece estrés, fatiga y síndrome de bournet (agotamient­o físico, mental y emocional crónico).

Queda además la posibilida­d de que en vista de los buenos resultados del homeoffice, (aumento del 39 % de productivi­dad según cifras de Bloomberg), esta modalidad sea definitiva para muchas empresas, y con ello, habría que redefinir reglas de juego, según expresa la especialis­ta en Recursos Humanos de TyTalent, Astrid Carvajal. “Uno de los aspectos a fortalecer en esta modalidad es mantener la vigencia y cercanía de herramient­as como los comités de convivenci­a, porque como físicament­e estamos disgregado­s tendemos a no recurrir a estos recursos cuando se presenta un problema de índole laboral”.

Así pues, queda trazado el camino para que una parte importante en la dinámica laboral de estos tiempos cambie drásticame­nte, y que en adelante el empleado tenga el respaldo para quitar la mirada del celular sin temer consecuenc­ias en su trabajo

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