Regular las redes: nuevo blanco de Trump
Las verificaciones de noticias falsas de Twtitter llevaron a que la empresa etiquetara como “contenido engañoso” una publicación de Donald Trump.
Analizamos andanada del presidente de EE. UU. contra Twitter luego de que le etiquetara “como engañoso” uno de sus trinos.
1 42 tuits en un día. Ese es el récord de publicaciones que ha hecho el presidente de Estados Unidos, Donald Trump, en un día, el 23 de enero, justo cuando comenzaron los alegatos del Partido Demócrata en el juicio político en su contra, en enero. Pero ese, el mandatario tuitero que despierta a América con frases de 140 caracteres, levantó a su país ayer con una amenaza contra la herramienta a la que le debe su Presidencia: regular o cerrar las redes sociales.
Su nueva cruzada sale de las bases más conservadoras de los republicanos, convencidos de que son víctimas de las redes que comenzaron a vigilar las publicaciones con información dudosa. Con las leyes antidiscriminación, los contenidos extremos que ataquen a comunidades vulnerables como los afros o los LGTBI pierden campo en el país.
Aunque todos los días escribe mensajes con mayúsculas y signos de exclamación contra lo que ha llamado el Obamagate, los demócratas, Irán, los medios de comunicación, la cuarentena y hasta la Organización Mundial de la
Salud, pero esta semana hubo dos publicaciones que se salieron del rango de tolerancia de Twitter.
La rabieta del pasado martes comenzó por una decisión de California, uno de los estados más poblados, donde el gobernador prepara la infraestructura para el escenario eventual en que las votaciones de los comicios de noviembre sean virtuales.
A Trump no le convence la idea, entonces el martes tuiteó diciendo que el voto electrónico puede ser fraudulento. La respuesta de Twitter fue marcar sus dos publicaciones al respecto, guardadas en un hilo, como contenido dudoso, una estrategia que la red comenzó a utilizar para combatir las noticias falsas en tiempos de pandemia. Esto hace que junto a la publicación aparezca un botón con un signo de exclamación que invita a los usuarios a leer más información sobre el trino.
Y ayer miércoles, en respuesta, atacó a Twitter. “Los republicanos sienten que las plataformas de redes sociales silencian totalmente las voces conservadoras. Las regularemos fuertemente o las cerraremos antes de que podamos
permitir que esto suceda. Vimos lo que intentaron hacer y fracasaron en 2016”, aseguró el mandatario.
Las redes y el estilo Trump
Trump está atacando la infraestructura que le permitió llegar al poder. Las elecciones de 2016, en las que ganó la presidencia, estuvieron marcadas por participación de Cambridge Analytica en su equipo de campaña, empresa que habría usado la información de Facebook para perfilar a los potenciales votantes del Partido Republicano.
Aún estando en la Casa Blanca, las redes siguen siendo su base. “Son su principal herramienta porque, salvo Fox News, él no tiene mayores aliados en los medios de comunicación. Al contrario, ha tenido grandes problemas con CNN y New York Times. Es gracias a las plataformas digitales que puede difundir su mensaje”, asegura el director del programa de Ciencias Políticas de la Universidad de la Sabana, Cristian Rojas.
Lo que hace con sus ataques a Twitter, dice Rojas, es movilizar a los votantes conservadores que están en contra de las limitaciones que se están presentando en las redes para los contenidos con pensamientos extremos que pueden terminar desinformando. Pero Trump no es el único presidente al que las plataformas vigilan por compartir información engañosa: Jair Bolsonaro y Nicolás Maduro también están en la lista.
Presidentes y “fake news”
El analista de cultura digital de la Universidad Javeriana, Mario Morales, indica que las redes son un vehículo clave para políticos como Trump porque son emocionales, están funda
mentadas en el principio de autoridad del líder de opinión al que la gente sigue y no tienen posibilidad de contrastación. “Tienen dos factores clave: las creencias y los prejuicios. Exacerbar esas emociones es un arma colectiva que usa el mandatario, teniendo como fundamento el americanismo”, apunta
Para Morales, Trump no es el único presidente que las aprovecha en ese sentido. Nayib Bukele, de El Salvador, dice, es el líder de los políticos de la lengua castellana en el uso de estas. Al principio de su mandato incluso pedía tintos por Twitter. Otros como Bolsonaro en Brasil también están en la mira, pero por los contenidos dudosos que comparten al punto que su hijo Carlos es investigado por la Policía Federal señalado de ser el líder de una banda dedicada a crear noticias falsas en contra de los magistrados del Supremo Tribunal Federal.
A Bolsonaro también le han marcado publicaciones dudosas en redes. Aunque de una tendencia política diferente, Maduro en Venezuela también es uno de esos políticos que las redes vigilan por difundir información dudosa. Esos casos, juntos, llevan a un escenario preocupante en la era digital: ¿son los presidentes los que desinforman a sus ciudadanos?