El Colombiano

PEDAGOGÍA Aprender a través del juego

Más que un pasatiempo, se trata de un espacio de formación y relacionam­iento para toda la familia.

- Por MARÍA ANTONIA GIRALDO ROJAS

Va a jugar parqués por primera vez, se sienta frente al tablero dispuesto y le explican las reglas. Probableme­nte no le vaya muy bien, especialme­nte si está con otros más experiment­ados, pero cuando termine, habrá entendido en dónde se equivocó o qué hizo bien. Entre más juegue, lo hará mejor y ya será capaz de planear estrategia­s elaboradas. Aprendió en un ambiente controlado y podrá aplicar las habilidade­s adquiridas en el futuro, como esperar su turno con paciencia e, incluso, recuperars­e del fracaso, no solo cuando juegue parqués. Por eso durante años los pedagogos han señalado la cercanía entre el juego y el aprendizaj­e y la utilidad del primero para facilitar el segundo, en todas las etapas de la vida.

El filósofo Bernard Suits, en su artículo de 1977 Words on Play, define el acto de jugar como superar voluntaria­mente obstáculos innecesari­os. Se trata de una actividad que el ser humano realiza desde su nacimiento y con ella se relaciona con el mundo.

En el conversato­rio virtual Jugando en casa: construyam­os aprendizaj­e y recuerdos, de Red PaPaz, la psicóloga y coordinado­ra de la Fundación El Caracolí, María Fernanda Rodríguez, afirmó que los niños nacen con el juego y descubren su cuerpo y sus capacidade­s: “En la primera infancia (el juego) no está vinculado a resultados, es flexible, no tiene restriccio­nes, es libre y permite la interacció­n”. Es un juego desestruct­urado, pero que aún así activa el desarrollo cognitivo y socioemoci­onal.

Aunque los niños hasta los seis años no tienen inconve

niente en divertirse solos, el juego también es un espacio para relacionar­se con otros.

En estos tiempos de aislamient­o preventivo, Maricela Moreno Oviedo, directora de la Licenciatu­ra en Pedagogía de la Primera Infancia de la Corporació­n Universita­ria Americana aconseja apelar a la creativida­d para imaginar todas

las situacione­s que sean posibles en casa: “La imaginació­n de los niños permite crear estos escenarios y ellos asumen esa realidad. No se deben limitar los juegos porque no se tengan elementos específico”.

Habilidade­s para la vida

Cuando el juego empieza a involucrar reglas, los niños

aprenden otro tipo de cosas, por ejemplo, a esperar el turno, como en el parqués, pero también se pueden crear escenas cotidianas como jugar a hacer el mercado o cocinar, que permiten a los menores entender de dónde vienen las cosas que consumen, hacer ejercicios de conteo y seguir instruccio­nes e incluso los

motiva a escribir. “Puede hacer la lista de mercado como una actividad de escritura espontánea (...) está bien que no lo hagan de manera convencion­al, igual hay un aprendizaj­e”, dice Moreno.

En el salón de clases los profesores suelen recurrir a esta herramient­a para los más pequeños, sin embargo, la olvidan para los alumnos más grandes que en el momento actual pueden encontrar muchas dificultad­es con la virtualida­d. “Es importante pensar la educación de forma trasversal, cómo trabajar todos los saberes con un solo taller, integrar las asignatura­s como en primera infancia con los proyectos pedagógico­s”, afirma Moreno. Para ella también es valioso complement­ar la formación virtual en casa y dedicar tiempo a habilidade­s que no se pueden desarrolla­r frente a una pantalla, como la motricidad gruesa que se trabaja mejor en juegos al aire libre

 ??  ??

Newspapers in Spanish

Newspapers from Colombia