CREATIVIDAD PARA EJERCER LABORES TAN COTIDIANAS COMO EL CORTE DE PELO EN ÉPOCAS DE PANDEMIA. TURÍN, ITALIA.
El covid-19 puso en evidencia tres grandes males de la sociedad actual: La desigualdad, la inequidad y el quebrantamiento de la dignidad, que son el resultado del comportamiento social y la organización jurídica y política, es decir, el modelo de Estado.
Sin embargo, cualquier reforma estructural debe partir de la revisión de los principios en que se funda el orden social, de acuerdo con el preámbulo y los artículos iniciales de la Constitución. En ellos se dispone que aquel se fundamenta en el respeto de la dignidad humana, en el trabajo y la solidaridad de las personas y en la prevalencia del interés general; de manera que las instituciones estén para servir la comunidad, promover la prosperidad general y garantizar la efectividad de los principios, derechos y deberes consagrados en la Constitución, facilitar la participación de todos en las decisiones que los afectan y en la vida económica, política, administrativa y cultural de la Nación, y asegurar la convivencia pacífica y la vigencia de un orden político, económico y social justo.
Para determinar si la organización política realiza los principios y valores necesarios para una justa convivencia, hay que examinar las distintas tareas que desarrolla el Estado, la forma en que lo hace y la manera como atiende los derechos y necesidades de la comunidad. Los estudiosos del tema consideran que todo lo que hace un Estado, cualquier Estado, independiente de su ideología y orientación administrativa, se puede agrupar en seis grandes cometidos: 1. Darse su organización fundamental, es decir, constituirse como Estado. 2. Obtener el reconocimiento externo y regular
Ahora bien, el Estado para cumplir alguna tarea que haga parte de uno de estos cometidos, debe agotar un procedimiento que está integrado por etapas, cada una de las cuales constituye una función pública. (constituyente, legislativa, administrativa, judicial, ministerio público, control fiscal, electoral y banca central). Las funciones públicas deben estructurarse y actuar con el propósito de realizar los principios, derechos y valores necesarios para alcanzar un orden económico, social y político justo. Lo importante consiste en indagar si en la forma como se conciben y desarrollan las funciones del Estado, realmente cumplen con los propósitos de bienestar y participación general que deben perseguir dentro del esquema del Estado Social de derecho, democrático y participativo; o qué parte del modelo hay que revisar para la defensa de la equidad, igualdad y dignidad, cuya ausencia hizo crisis con la pandemia. (Sigue)