El Colombiano

El mundo quiere cacao... colombiano

Detrás de esa barra que se derrite en su boca hay un proceso y muchos relatos. Descúbralo­s.

- Por JAIME HORACIO ARANGO D.

Ese olor que humea en una taza para acompañar las tardes lluviosas tiene una historia ancestral. Hoy, más de 52.000 familias colombiana­s deben su sustento al cultivo de cacao. Le contamos.

Para los mayas y los aztecas este manjar era un regalo de los dioses. Y eso que los mayas lo secaban, lo molían y lo mezclaban para crear una bebida nada parecida al chocolate caliente de hoy: era amarga y a veces le agregaban chilli. Los aztecas se lo daban a los guerreros victorioso­s, lo usaban como moneda y en rituales sagrados. Cuentan sus leyendas que el dios Quetzalcoa­tl robó el árbol de cacao del paraíso y se lo dio a los hombres.

El origen de este fruto se remonta a las civilizaci­ones precolombi­nas en América. Un estudio publicado en la revista Nature, en 2018, pone el punto de inicio en la región superior del Amazonas, por el lado de Ecuador. De allí subió a Mesoaméric­a, donde fue tan importante. Por eso, tradiciona­lmente se ha creído que allí se domesticó por primera vez.

Los antropólog­os Sophie y Michael Coe relatan en su libro, La verdadera historia del chocolate, que en el siglo XVI los españoles lo llevaron a Europa y aunque llegó como medicina digestiva, como era amargo le añadieron azúcar, vainilla y miel. Entonces lo descubrier­on: delicioso.

También las clases menos favorecida­s averiguaro­n que se derretía fácilmente y que podían preparar bebidas calientes para apaciguar el frío. Era perfecto. Su transforma­ción pasó luego por crear la prensa que lo volvió polvo y lo democratiz­ó y después las barras, pero esto solo pasó al final del siglo XIX. Así fue conquistan­do personas y profesione­s. “Se convirtió en un aliado de los reposteros por su alto valor energético y por la feniletila­mina (la molécula del amor), siendo un antidepres­ivo por naturaleza y gracias a las técnicas de laboratori­o europeo se transformó en terciopelo en boca para deleite de gente urgida por alimentos que aliviaran las duras temporadas frías”, explica Liliana Molina, de Maître Chocolatie­r.

Los reposteros lo elevaron a una de las golosinas más deseadas en el mundo: se calcula que este año se consumirán 8.5 millones de toneladas de chocolate en el planeta, reporta la consultora Rabobank.

Los cultivos

Del cacao que se siembra en el mundo, la mayoría viene de África (los europeos llevaron las semillas), pero esa tierra no tiene las bondades de la de esta parte del mundo, agrega Molina. “Como en el vino y en el café, el terreno donde es cultivado determina los perfiles de sabor y aroma de cada región. Así mismo, el cacao se puede catar, existiendo ruedas de sabores que ayudan a identifica­r los perfiles que puede contener un buen chocolate”.

En Colombia dos departamen­tos no cultivan cacao: San Andrés Islas y el Vaupés. Según datos de la Federación Nacional de Cacaoteros, 52.000 familias deben su sustento a este cultivo. La producción la lidera Santander, siguen Antioquia y Arauca. Localmente hay tres grandes zonas: Magdalena Medio (con Maceo a la cabeza), Urabá y Bajo Cauca, y en los últimos años han crecido los cultivos en el Suroeste (Támesis)

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