El Colombiano

Jhon Córdoba, el hijo de Acisclo, colonizó tierras alemanas

Hablamos con el jugador Jhon Córdoba. Su presente es sensaciona­l con el Colonia de la Bundesliga.

- Por JOHN ERIC GÓMEZ MARÍN

Aun no domina el difícil alemán, pero afirma que se defiende porque, afortunada­mente, el contacto con la gente y el meterse a cuanto curso de idiomas le permite el tiempo que no dedica al fútbol, le ha ayudado a entenderlo y “practicarl­o”. Quizá por eso, sus compañeros del Colonia, un equipo con 72 años de historia y de los llamados de media tabla de la Bundesliga, le ha permitido ser uno de los líderes del plantel.

Jhon Córdoba, jugador forjado en el Envigado F.C., entre 2010 y 2012, de 27 años de edad, alto ( 1.88 metros), con un peso ideal para este deporte ( 85 kilos), potente, goleador ( lleva 12 tantos esta temporada en 26 juegos) y quien también pasó por el fútbol mexicano y español, es hoy el colombiano de mejor presente en Europa.

El respaldo de su familia, empezando por su padre, el exfutbolis­ta Manuel Acisclo, quien fue su referente y guía de niño, y una voluntad férrea para saber que en el deporte haría el mejor nicho de su vida, han permitido que este chocoano, nacido en Istmina, pueda hoy, además de cantar goles, contar que vive feliz y que ha cumplido con esa parte de sus sueños de juventud: ser alguien en el fútbol mundial.

EL COLOMBIANO dialogó con él.

¿A qué atribuye este gran momento en una de las ligas más complicada­s de jugar?

“A la disciplina, al saberme manejar, al pensar que siempre debo hacer bien las cosas, a muchos consejos que he recibido, al saber aprovechar el momento y hacer bien las cosas”.

¿Qué ha sido lo más difícil en esa adaptación?

“El dejar a mi familia tantos años, verlos tan poco. Eso es lo que más me cuesta, lo asimilé pero es aún difícil”.

¿Y lo mejor?

“Que gracias a Dios y al fútbol cumplí mis sueños y por eso toda mi familia está bien”.

Es el único colombiano en la Bundesliga...

“Estoy haciendo las cosas bien, estar aquí no es fácil, es una liga muy competitiv­a y que me destaque me llena de orgullo y también de fuerzas para trabajar y mejorar cada día más”.

¿Qué es lo más difícil de adaptarse a Alemania?

“El idioma, he hecho distintos cursos y ahora me defiendo”.

Usted ha reconocido que su gran ídolo es Didier Drogba, quizá quiere continuar esa estela de jugador potente y con gol...

“Siempre lo admiré, era mi modelo a seguir. Desde niño me levantaba temprano para verlo jugar y quería ser como él, obviamente no igual pero sí tratando de poner en práctica sus virtudes en el fútbol”.

Precisamen­te, el técnico mexicano Javier Aguirre, que lo dirigió a usted en el Espanyol en 2014, dijo que si tuviera gol sería como Drogba ¿hoy qué le responde?

“(Risas) ¿Qué dice él hoy?, más bien hay que preguntarl­e qué piensa. Son tiempos distintos. Tal vez en aquel momento pecaba por joven, en cambio hoy es distinto. Ya me siento maduro y eso me está dando la posibilida­d de tener éxito”.

Hablando de entrenador­es, ¿quién de ellos cree que más le ha enseñado?

“Todos, cada uno ha sembrado algo. Cada paso que he dado con ellos me ha servido para saber cuándo me equivoqué y cuándo no”.

Con tanta condición y lo que ha demostrado en Alemania desde que llegó en 2015 al Mainz, ¿por qué cree que no ha estado en el radar de la Selección Colombia?

“Ahora ya lo estoy, y antes de la pandemia estuve entre los preconvoca­dos. Es algo muy positivo y ahora lo que me toca es seguir demostrand­o por qué me tienen en cuenta. A uno le llega su tiempo y creo que ahora lo puedo aprovechar”.

“En Envigado, pese a que no había mucho, siempre fuimos alegres, felices y la pasábamos muy bien”.

Este es su presente y le está sacando provecho, pero ¿cómo se visualiza en un futuro cercano?

“Estoy viviendo un gran presente y no me adelanto a las cosas. Solo quiero disfrutar de este momento, aprovechar­lo. Sé que con mi forma de ser y pensar seguirán llegando los frutos”.

¿Le hubiera gustado haber jugado más tiempo en el fútbol colombiano?

“Las cosas pasan cuando deben y se me presentó la oportunida­d de salir rápido. Si algún día vuelvo, espero hacerlo de la mejor manera, pero estoy muy tranquilo acá”.

¿Qué extraña de Colombia?

“Las lentejas con queso, mis amigos, mi familia. El poder estar en mi pueblo tranquilo, comiendo y sin camisa (risas)”.

A propósito de gente, en estos días ha tenido la experienci­a de jugar sin público, ¿cómo se ha sentido?

“No es muy motivante, pero creo que vamos a terminar así, primero está la salud, uno se siente raro sin el bullicio, pero así debe ser”.

¿Qué se imagina cuando le hablan de Catar?

“(Risas) Obviamente jugando el Mundial con Colombia”.

¿Qué le dejó su paso por el balompié de España? “

Allá estuve más tranquilo y adaptado y de ahí en adelante, con los años, ya sabía cómo hacer las cosas”.

¿En qué aspectos hace hincapié el técnico de su equipo

Markus Gisdol?

“Me llena de confianza, sabe lo que le puedo dar al equipo y no hay ningún problema; lo que él pide que haga trato de cumplirlo de la mejor forma”.

Ya lleva cuatro años en Alemania, ¿qué destaca del ciudadano del común?

“Su puntualida­d y la palabra. Si dicen que van a hacer algo lo cumplen, y si hay que llegar a una hora llegan exacto”.

Un país bonito, amañador...

“Me ha hecho feliz, me permite tener una vida tranquila, me dio un lugar en el fútbol y por eso estoy contento y agradecido”.

¿Qué recuerdos le traen hoy sus inicios en Istmina?

“Gracias a Dios conté con el apoyo de mis padres. Me decido por el fútbol porque desde pequeño le dije a mi mamá que me gustaba y ellos me impulsaron a seguir esa carrera”.

¿Fue su papá, Manuel Acisclo, su inspiració­n?

“No lo vi jugar, pero tenerlo como referente en casa fue positivo. Es mi ejemplo a seguir”.

Decidió muy pelao buscar oportunida­d en Envigado...

“Tenía 11 años cuando llegué y claro que quería ser futbolista. Gracias a ese apoyo se me dio la bendición de lograrlo”.

¿Qué pasaba por la mente?

“Conseguir mi sueño, luchar y no dejarme derribar. Tengo esa fortaleza mental y es lo que me dio la posibilida­d de triunfar”.

¿Cuál es su gran sueño?

“Con ir a la Selección, jugar un partido y marcar gol”.

¿Con quién vive?

“Con mi esposa Anabel y mi hija Isabella. De mi compañera destaco que es la persona que ha estado a mi lado durante todo este tiempo, respaldánd­ome y no desfallece nunca. Mi hija ha sido mi mayor bendición, nació hace un año en Barcelona y cambió mi vida”.

¿Y el tiempo libre?

“Soy muy casero, me gusta estar mucho con mi familia y así paso esos ratos”.

¿Le gusta el cine?

“Soy más de series, tengo un hermano de 19 años que me recomienda las mejores, lo que me dice me lo veo. Ahora estoy pegado de una muy buena que se llama Élite”.

¿Quién le ha dado el mejor consejo de su vida?

“Mis padres han sido mis mayores consejeros, han estado en las buenas y las malas. Me dicen que nunca cambie como persona y que mantenga mi humildad, que eso es lo que me va a ayudar a ser grande”.

Aún no tiene un hijo para que lo conduzca hacia el fútbol, pero sí una niña, ¿cómo la visualiza cuando ella crezca?

“Tendrá la oportunida­d de decidir lo quiera ser, trataré de darle valores para que sea una persona de bien, pero me gustaría que fuera una médica, es algo que siempre he querido”

“Sueño con debutar con la Selección Colombia en Barranquil­la, con un gol y al lado de toda mi familia y mis amigos”.

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 ?? FOTO GETTY ?? Colonia, con Jhon Córdoba, enfrentó ayer a Unión Berlín en otra fecha de la Bundesliga y, aunque fue derrota 2-1, el delantero colombiano anotó el gol de su equipo y llegó a 13.
FOTO GETTY Colonia, con Jhon Córdoba, enfrentó ayer a Unión Berlín en otra fecha de la Bundesliga y, aunque fue derrota 2-1, el delantero colombiano anotó el gol de su equipo y llegó a 13.

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