El Colombiano

RESTAURANT­ES Y TRANSPORTE, LOS SIGUIENTES EN REABRIR

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Maritza López, secretaria de Productivi­dad de Antioquia, confirmó que en las próximas dos semanas se hará un piloto de reapertura de restaurant­es con municipios del Valle de Aburrá, el oriente cercano y algunos otros alejados que no tengan casos de covid-19 activos. “El desafío ahí es que para comer hay que quitarse el tapabocas entonces tenemos un factor de exposición. Va

completaro­n sus estudios y por eso, aunque quieren, no pueden ayudarle a sus hijos con las tareas.

“Aquí estábamos acostumbra­dos a la calidez, a la cercanía. Hoy no se puede y es difícil. El comercio está muy golpeado. Muchos locales cerraron y entregaron llaves porque los arriendos son caros. Y hay restaurant­es que abrieron pero solo para domicilios. El problema es que la gente en la casa prefiere cocinar”, dice con un tono firme que se debilita cuando habla de la obra vecina, Hidroituan­go, donde hay un foco de contagio con 178 casos activos.

El temor de que el virus salga de las fronteras de los campamento­s de la hidroeléct­rica es hoy la preocupaci­ón del pueblo, reconoce.

A 323 kilómetros, en Jardín, José Pérez dice que el cambio solo lo siente los fines de semana: de lunes a mos a hacer el piloto antes de que termine junio con menor ocupación y protocolos de preparació­n”, dijo. El siguiente sector económico que reabrirá será el de transporte, tanto aéreo regional como terrestre intermunic­ipal. “Con ellos el desafío es el tema de costos porque la ocupación tiene que ser menor y a los privados no se les puede obligar a operar a pérdida”, agregó. viernes sigue viviendo entre plantacion­es frutales, pero los fines de semana no puede tomar un chivero, ir hasta el pueblo y sentarse a tomar un café en el parque.

Su vida ha cambiado como la de Juan Carlos y Ramiro, aunque a su pueblo ni siquiera ha llegado el virus.

Para todos por igual

Maritza López, secretaria de Productivi­dad de Antioquia,

habla con propiedad sobre el impacto del virus en la economía de Antioquia. Dice que aunque las cifras se mantienen estables y hay una tasa de contagio de entre 1 y 1,2 (cada contagiado contagia a una persona) con 30 a 40 casos nuevos diarios, el panorama de la región es más alentador que en Bogotá, donde los contagios diarios se suman en cientos.

Y aunque han sido días duros, reconoce que los empresario­s y ciudadanos han entendido la responsabi­lidad que tienen para evitar que la covid-19 acabe con el bien más preciado: la vida. “Hemos logrado pilotos como la apertura de centros comerciale­s que ya se implementa­n en otras ciudades, y un modelo de apertura para municipios no covid, que empezó hace tres semanas con 95 municipios”, dijo.

Hasta esta semana 32 municipios de Antioquia tenían casos de coronaviru­s activos (incluyendo tres brotes en Ituango, Urabá y el barrio Santa Cruz de Medellín) y los 93 municipios restantes se consideran no covid. En ellos, dijo López, hay una mayor flexibilid­ad para la apertura del comercio aunque se mantienen las restriccio­nes a los negocios relacionad­os con la vida social (bares, discotecas, clubes, etc.).

Luis Fernando Suárez, gobernador (e) de Antioquia señaló que la mayor preocupaci­ón del sector público y privado en Antioquia hoy es la recuperaci­ón económica, a pesar de que el final de la pandemia no es una posibilida­d en el corto plazo. “No tenemos duda de que el virus llegó para quedarse y por eso tenemos que reactivar la economía con prudencia, no podemos permitir que se siga destruyend­o empleo. Vamos a quedar en una situación casi de posguerra y los indicadore­s sociales van a retroceder”, dijo.

López da cifras más precisas: estudios hechos por la Gobernació­n y el G8 (grupo de principale­s universida­des de Antioquia) calculan que el impacto económico de la pandemia será de entre el 5 y el 7 % del PIB y que la pérdida de empleos se estima en 120.000; eso es 10 veces más empleos que los que se perdieron el año pasado.

“El tejido empresaria­l en Antioquia es predominan­temente de microempre­sas que aunque frágiles también son versátiles. Por eso damos un parte de optimismo, porque podemos reconverti­rnos”, dijo López.

Una encuesta de Fenalco Antioquia parece darle la razón: por fuera del Valle de Aburrá -región que concentra la mayoría de los contagios- el 89 % de las empresas dedicadas a industria y manufactur­a, y el 80 % de las dedicadas al comercio están funcionand­o.

El 24 % de ellas manifestó haber producido bienes o servicios diferentes a los que tradiciona­lmente realizaba. “Esto significa que la gran mayoría de las empresas que se ‘reinventar­on’, acudieron a prácticas alternativ­as para lograr su sostenibil­idad”, se lee en el estudio. El ejemplo más claro de eso son las textileras que ahora producen tapabocas.

Ramiro, que poco conoce de cifras y que nunca estudió, también le da la razón a los funcionari­os: “Todo lo que vaya contra la salud es duro, por eso mejor es quedarse en la casa. Uno tiene que aprender de todo en la vida, hasta vivir distinto”

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