Superados los 100.000
Analizamos lo que viene en la contención del coronavirus en el país y por qué se debe fortalecer el autocuidado. Recuperar la vida económica sin provocar colapso del sistema de salud, el gran reto, según analistas.
El mejor ejemplo de cómo evolucionó la pandemia en Colombia, tras ser detectada el 6 de marzo pasado, es revisar las cifras. El 1 de abril había 33 muertes y 1.065 casos, mientras que ayer, 1 de julio, el reporte ascendió a 102.009 casos y las muertes ya van en 3.470. Es decir, pasaron 117 días para romper esa barrera de los 100.000 casos confirmados (ver infografía).
“Estamos acercándonos a lo que sería, entre comillas, un posible pico en el mes de agosto, que se nos ha venido corriendo en la medida en que hemos venido teniendo éxito en la contención”, dijo el ministro de Salud, Fernando Ruiz Gómez, durante un foro de la Asociación Nacional de Instituciones Financieras (Anif).
Pero, además, hizo una advertencia. En el aumento de casos “ya no presenta tanto una figura de pico, sino una de serrucho, con picos diferenciados, probablemente, de acuerdo con la afectación que tengamos”, precisó Ruiz Gómez.
¿Qué dice la cifra?
Nathalia González, médica, epidemióloga y aspirante a PhD de la Universidad de Berna (Suiza), mencionó que aún no se vislumbra la estabilización del número de casos diarios que antecede al descenso de la curva epidemiológica.
“Pese a las cuarentenas, prohibiciones, recomendaciones y acciones tanto del Gobierno como de los ciudadanos, el crecimiento acelerado de los casos de covid-19 obliga a hacer una pausa para reflexionar cómo se debe seguir manejando la pandemia, tanto desde las políticas públicas como desde el ciudadano”.
Sobre el reporte, el infectólogo y epidemiólogo de la Clínica Universitaria Bolivariana, Carlos Agudelo, planteó que la pregunta no es llegar, sino
cómo, es decir, si las medidas adoptadas en el país sirvieron. ¿Se aplanó la curva, se retrasó el pico y se preparó el sistema de salud? Para Agudelo, sí.
“La mayoría del país lo ha logrado, excepto Barranquilla, donde el sistema de salud ya se vio desbordado. En Leticia estuvo a punto de pasar, pero se logró mitigar”, señaló Agudelo, quien hizo énfasis en que el reto sigue siendo que el número de casos no rebase las capacidades del sistema.
En cuanto a Amazonas, el ministro manifestó que se aplicó una estrategia de rastreo y aislamiento de sospechosos, para tener un mayor control de la situación. Esta medida también se empleó en Cartagena, y ahora se aplica en Barranquilla y Bogotá.
No obstante, Francisco Díaz, virólogo de la U. de Antioquia, planteó que más importante que el número en sí, es revisar la tendencia creciente de casos y muertes.
“Estos datos nos dicen que lo peor está por llegar y llegará pronto. Que en cualquier momento nos llegará el turno de pasar por ese trance incierto”.
¿Qué viene?
La tarea sigue siendo insistir en el autocuidado, como el uso del tapabocas, el lavado de manos frecuente y evitar las aglomeraciones.
Sobre esta labor, dijo Agudelo, “al flexibilizar la cuarentena, las responsabilidades son individuales, cada uno debe cuidarse y velar por la protección de los otros”.
Al respecto, González precisó que el compromiso debe partir de la conciencia del peligro real y de acciones consecuentes de autocuidado. “En condiciones ideales de cultura ciudadana y ética civil, ni siquiera se requiere la coerción de las autoridades para evitar los comportamientos que multiplican la propagación de la pandemia”.
González agregó que “hoy la barrera de cien mil contagios puede ser el punto de inflexión para una epidemia sin control a corto plazo o una epidemia bien manejada a través de la responsabilidad compartida entre Gobierno y ciudadanos”
Finalmente, los analistas coincidieron en que otra tarea será lograr superar el empobrecimiento, y los colapsos económico y social, “sin que los casos sobrepasen las capacidades del sistema de salud”, detalló Agudelo