Una nueva araña en los Andes
Un páramo colombiano es el hábitat de esta especie, encontrada por una estudiante alemana.
La Cordillera Central de Colombia ya es conocida por su inusual gran variedad de especies. Los diversos hábitats y condiciones climáticas y de vegetación que se distribuyen en las diferentes altitudes han propiciado esta biodiversidad. En total, en estas montañas ya se han recolectado y descrito más de 100 especies de arañas.
Cuando Charlotte Hopfe, estudiante de doctorado en el grupo de investigación de Biomateriales de la Universidad de Bayreuth (Alemania), se adentró en estas tierras altas cerca de las costas del Pacífico, el Valle del Cauca e Ibagué, muy pocos científicos habían accedido hasta ese momento a esta región (ver Para saber más).
A una altitud de 3.500 metros, Hopfe encontró una araña que se diferenciaba de otras especies por una estructura llamativa de sus órganos reproductivos. Al analizarla se percató de que era nueva para la ciencia y decidió llamarla Ocrepeira klamt, en honor a su profesora de instituto, Ulrike Klamt.
“Elegí este nombre zoológico por mi profesora. El entusiasmo con el que ejerce su profesión y el interés que muestra en sus alumnos y en la literatura son una inspiración para mí”, detalla Hopfe, que ha descrito la nueva especie bajo la supervisión de Thomas Scheibel, jefe del departamento en la universidad alemana. La identificación del arácnido, publicado ahora en la revista PLoS ONE, fue posible también gracias al apoyo de investigadores de la Universidad del Valle en Cali, con quienes los científicos alemanes colaboran.
Mejores aplicaciones
El estudio de las arañas en regiones de alta variedad climática y ecológica también puede ofrecer la oportunidad de
responder dos preguntas aún inexploradas. Según los científicos, aún no se sabe cómo influyen las temperaturas, las precipitaciones y otros factores climáticos en la evolución de las arañas o en las propiedades de su seda.
En este sentido, la pregunta sería si las especies con seda extremadamente elástica serían mucho más numerosas en el bosque tropical amazónico que en el semidesierto, por ejemplo.