Frente al cambio climático
Comité técnico-científico, conformado por ocho expertos de las más variadas disciplinas y amplia representatividad social, liderarán las estrategias de Antioquia frente a la variabilidad climática.
Fundamental en la toma de decisiones en pro del fortalecimiento de la gestión y protección ambiental de la región es la creación, por parte del Gobierno Departamental, del Comité Técnico Científico para la Emergencia Climática de Antioquia.
Desde el pasado mes de febrero, para mitigar los efectos del calentamiento global, el gobernador Aníbal Gaviria declaró el “estado de emergencia climática” e introdujo en el Plan de Desarrollo Unidos por la Vida 2020-2023, la protección del planeta como eje transversal del mismo, con proyectos, metas, compromisos, participación y responsabilidades de todos los sectores, públicos y privados.
Estratégico que el nuevo comité técnico-científico esté conformado por 12 expertos, con distintas especializaciones y representantes de la academia, gremios, científicos, ambientalistas y otros actores sociales. Además que esté orientado por el interés general (trabajará ad honorem) en la definición de políticas públicas ambientales y de desarrollo sostenible a 2040, pospandemia, que permitan avanzar, de manera justa y en armonía con la naturaleza, en la construcción de un territorio habitable para esta y las futuras generaciones.
Los pronósticos científicos asocian el calentamiento global con extensas y catastróficas sequías e inviernos; hambrunas, plagas, propagación de enfermedades, pérdida masiva de especies, cambios en ecosistemas, elevación de los niveles del mar y otros episodios fatales para todas las formas de vida.
Ricardo Lozano, ministro saliente de Medio Ambiente y Desarrollo Sostenible, quien estuvo presente en la creación del comité técnico-científico, en acto presidido por el gobernador (e) Luis Fernando Suárez, valoró su trascendencia social, económica y ambiental e invitó a otras regiones a sumarse a este tipo de esfuerzos.
Clave que el comité pueda acceder a información primaria, sistematizada, en todas las esferas públicas, sobre las más importantes normas, proyectos y actividades ambientales que se ejecutan en el territorio para comprobar su funcionamiento, eficacia e impacto.
La tarea ambiental en Antioquia es tan extensa como compleja y exigirá total responsabilidad de varias generaciones y gobiernos superarla.
Según el Ideam, el departamento es el mayor generador de gases de efecto invernadero del país, emite 22,94 millones de toneladas de CO2 al año; ocupa el cuarto puesto en el ranquin nacional de deforestación, 11.601 hectáreas degradadas en 2019, más de 30.000 desde 2017; el 60 % de su superficie está afectado por la erosión, el 40,9 % de la población vive en condiciones de vulnerabilidad y, según el Global Green Growth Institute, 2019, la región concentra el mayor número de especies amenazadas en el país (338).
La invitación, en una tarea común, es a recuperar el paraíso que encierra nuestro territorio, del que parecemos ajenos: Antioquia es tierra privilegiada, cuenta con ocho páramos, numerosos humedales, extensos bosques y ecosistemas marinocosteros, ubicados entre el ramal oriental y occidental de la cordillera de los Andes; la atraviesan los ríos más importantes del país, Cauca, Atrato y Magdalena; cuenta con 81 áreas protegidas, un total de 1.315.149 hectáreas, donde la de mayor tamaño es Paramillo (136.670 hectáreas), y es una de las regiones más biodiversas de Colombia, la nación con mayor biodiversidad del planeta por kilómetro cuadrado y primera mundial en variedad de aves