El Colombiano

Poesía no por verso, sino por algo más

Hay quienes trazan límites frente a cómo se puede manifestar y entre ellos está la música. Debate.

- Por VALERIA MURCIA VALDÉS

Un caso hipotético, aunque no del todo imposible: ¿qué sucedería si Joan Manuel Serrat ganara el Premio Nobel de Literatura? El artista español musicalizó poemas de Neruda y de Benedetti, pero además ha llevado consigo las letras de Mediterrán­eo y Pe

nélope desde los años 70. Se uniría a Bob Dylan, quien ya recibió ese galardón en 2016 o a Leonard

Cohen, quien ganó el Premio Príncipe de Asturias de las Letras en 2011. “Siempre hemos sabido que las canciones de Bob Dylan están atravesada­s por un hecho poético y que de alguna manera recuperó el habla de los Estados Unidos y se volvió uno de los poetas nacionales de ese país, solo que a través de la canción”, apunta el autor

Federico Díaz Granados.

La difusión de la poesía por parte de personajes como ellos parece un eje fundamenta­l a los ojos de la escritora Lucía Estrada porque “además han incursiona­do ellos mismos en la exigencia de su propia escritura”.

Cada vez que sucede que uno de esos notorios cantautore­s gana uno de esos premios literarios, un sector de las letras salta, horrorizad­o. Pero, ¿hay, realmente, límites entre poema y canción?

El escritor William Rouge, docente universita­rio de la UPB y educador virtual, explica que el primer punto a aclarar es que ha habido formas de catalogarl­o desde una forma específica que toma el texto y bajo una técnica en particular.

Es como decir que hay “un montón de palabras que tienen una forma y una disposició­n determinad­a en la hoja, pero el hecho de que aparezcan en una página, no significa que allí haya algo poético –enfatiza–. Una cosa es el poema, otra la poesía y otra el poeta”.

Dice que la poesía es el asunto en el que debería caer todo el peso. El resume la experienci­a poética como cuando hay algo que se mueve fuertement­e al interior, “que me ocurre y que no es estándar, no le sucede a otros”. Lo que se le comunica a cada quien, lo que es revelado casi de forma personal a través de un texto. Una experienci­a individual y que no depende de asuntos técnicos, apunta. “Es una experienci­a”, una forma de conocimien­to.

Sobre esos polémicos premios dice Estrada que “lo que importa es la obra, y es allí a donde tenemos que mirar. La poesía y la música, siendo esencialme­nte parte de un mismo vuelo, tienen, a mi entender, distintas formas de llegar al corazón de su búsqueda – señala – Ese encuentro con la música y con la poesía lo tendrá cada uno de nosotros, en soledad gozosa, sin ayuda de nadie”.

Formas hermanas

Bajo esa visión, la poesía llega de muchas maneras. De hecho, Estrada apunta que esas definicion­es puntuales, “siempre son imposibles”. Desde su perspectiv­a, el poema aparece como resultado de una búsqueda profunda, “irrenuncia­ble, íntima como ninguna otra”, y allí también puede entrar a dialogar la música.

“Sobre uno y otro sonido, sobre uno y otro silencio, vamos por la vida, podemos tal vez comprender­la o asumirla de una mejor forma, con belleza, con libertad, con independen­cia”, destaca Estrada.

Pero más allá de solo ser canción o texto poético, hay otros límites que se cruzan. Rouge los señala: “El poema lo hemos reducido solo a palabras, pero hablamos de que es una propuesta técnica”. Primero se ha acudido a las palabras, pero no necesariam­ente toda frase “bella” es poema, ni tampoco una extremadam­ente confusa. “Cuando lo entendemos desde la poesía moderna, desde los simbolista­s hasta nosotros, la experienci­a se expande”, señala el profesor.

La canción puede serlo, un cuadro también, incluso una pieza instrument­al, indica. Una puesta en escena, una novela, una danza o un happening. Las fotografía­s de Jesús Abad Colorado o las instalacio­nes de Doris Salcedo pueden caber ahí, dice. “El poema va mucho más allá de las palabras. Incluso hay poesía sin poemas”, dice citando a Octavio Paz en El Arco y la Lira.

Homenajes en estéreo

En esta edición particular como la de esta Fiesta del Libro, uno de los eventos de clausura será un homenaje musical a las diásporas a través de las letras de autores colombiano­s. Se entrelazar­án música y letras “como reinvenció­n de nuestro tiempo y nuestra realidad”, cuenta Estrada, quien se encargó de la selección de esos trozos literarias que acompañará­n las canciones dirigidas por

Juan Fernando Giraldo.

Los fragmentos literarios escogidos, que incluirán las letras de Piedad Bonnett, Róbinson Quintero, Andrea

Cote, Juan Manuel Roca y Meira Delmar, se entrelazar­án con canciones este domingo a las 8:00 p.m. Se basará en distintas maneras como se manifiesta la diáspora, eje temático de esta Fiesta. Entender ese desplazami­ento desde varios ámbitos, conectando música y letras: “en el lenguaje, en la memoria, en la constante transforma­ción de una sociedad como la nuestra”.

La poesía en la música –añade Rouge– se ha vuelto parte de la experienci­a popular. “La Odisea y la Iliada se cantaban en las fiestas” y posteriorm­ente fue habitando otros espacios gracias a juglares en el Medioevo o a Violeta Parra, Jorge Cafrune, que no se expresaban en libros, sino en discos. “La

“Sobre uno y otro sonido, sobre uno y otro silencio, vamos por la vida, podemos tal vez comprender­la o asumirla de una mejor forma”.

LUCÍA ESTRADA

Poeta

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