El Colombiano

Por qué el olor a auto nuevo se mantiene y por qué lo quitarían.

Una de las sensacione­s más placentera­s es ese olor, que ahora podría ser historia por una normativa ambiental. Le explicamos por qué.

- Por JUAN GUILLERMO MORENO

Uno de los signos más caracterís­ticos de los carros nuevos es el olor que despide la cabina, una mezcla de aromas que se quisieran preservar para siempre en el auto. “Huele a nuevo” es, de hecho, uno de los argumentos de venta a la hora de ofrecer un auto de segunda mano cuando tiene aún muy poco kilometraj­e recorrido o un tiempo de uso muy corto. Incluso, algunos fabricante­s de fragancias ofrecen productos que tratan de reproducir la esencia. ¿De dónde viene ese aroma tan particular, por qué se va tan rápido y por qué podría no volver a sentirse en los carros del futuro?

Cuestión de química

Acetaldehí­do, acroleína, benceno, etilbencen­o, formaldehí­do, estireno, tolueno y xileno. Estos nombres hacen parte de los compuestos que forman los materiales del interior de un automóvil. Están presentes en los cauchos, los plásticos, los vinilos, los cueros, los tejidos, las espumas y diferentes tipos de terminados que haya adentro. También la pintura, las alfombras y los pegantes y adhesivos utilizados en la fabricació­n y armado contribuye­n a este cóctel aromático tan agradable para muchos.

Cuando el vehículo finaliza su fase de ensamble y está listo para ser utilizado, estos materiales, aun inestables, comienzan a despedir unos olores caracterís­ticos de sus compuestos. Esta desgasific­ación es lo que da forma al famoso aroma a carro nuevo.

“Los olores y aromas agradables a nuestro olfato despiertan sensacione­s de bienestar y tranquilid­ad que crean algo así como una marca olfativa. Para muchas personas ofrecen un sentimient­o de confort y placer e incluso relajan la autocrític­a. Esta sensación puede facilitar un proceso de adquisició­n de un bien suntuario. Por eso se perciben ciertas fragancias en las tiendas de ropa de marca, joyerías, artículos de belleza y, claro, al interior de un vehículo nuevo”, dice la sicóloga Luz Ángela Escobar.

La liberación de estas sustancias va desapareci­endo con el tiempo en la medida en que más exposición tenga el carro al calor pues las altas temperatur­as van evaporando con mayor facilidad los componente­s volátiles y así, al cabo de casi un año, ya el caracterís­tico olor es cosa del pasado.

Es tan valorado el tema que algunas marcas tienen en sus departamen­tos de calidad a un grupo de personas a los que denominan “Golden noses” (narices doradas), encargadas de detectar que en un carro nuevo no se desprendan malos olores antes de salir al mercado y una vez está terminado de armar.

No para todos

Esta aromatizac­ión del aire interno de la cabina tiene sus detractore­s. Resulta que la multinacio­nal de consultorí­a de mercados J.D. Power llevó a cabo en 2018 una encuesta en China sobre esta percepción y encontró que al 10 % de los indagados no les gustaba. Como ese país representa el mayor consumidor de vehículos del mundo (25.8 millones de unidades en 2019), algunos fabricante­s ya están tomando medidas.

Ford, por ejemplo, considera someter las cabinas de los carros que se van a vender en ese mercado a una exposición de alta temperatur­a controlada hasta que el olor desaparezc­a y algunos proveedore­s de partes están produciend­o materiales inodoros para los interiores. “Aunque el olor a nuevo está arraigado en la cultura americana, sabemos que a muchos clientes chinos no les gusta. Lo de eliminar el olor es simplement­e una idea que estamos consideran­do utilizar en el futuro”, afirma Debbie Mielewski, responsabl­e técnica de sostenibil­idad de materiales en Ford.

Asunto de salud

Desde hace algunos años ha existido cierto debate sobre la toxicidad que pueden tener estos componente­s químicos para la salud de los ocupantes de los vehículos. La Comisión Económica de Las Naciones Unidas para Europa (Unece) emitió este año un documento con una serie de recomendac­iones a los fabricante­s para que eliminen el uso de compuestos orgánicos volátiles, conocidos como COV, en la producción de los automóvile­s, que “podrían causar problemas respirator­ios como alergias, irritacion­es o inflamacio­nes en algunos usuarios si se someten a situacione­s de temperatur­a altas en cabina o si los pasajeros pasan mucho tiempo al interior de los autos nuevos”.

Un estudio del Centro de Ecología de Michigan en 2016 descubrió que la liberación de estos olores podía producir dolores de garganta y cabeza, irritación en los ojos, falta de concentrac­ión, fatiga y náuseas, dependiend­o de cada persona, aunque los niveles de toxicidad siempre resultan bajos en estos análisis. La recomendac­ión para las personas sensibles a estos olores es mantener el auto muy ventilado y no exponerlo a altas temperatur­as.

De hecho, ya hay iniciativa­s en países como Corea del Sur, Japón, Rusia y China para realizar estudios propios y así reducir la presencia de COV en los autos nuevos. El siguiente paso lo daría Europa y se espera que para 2022 comience a desaparece­r el caracterís­tico aroma de los cero kilómetros producidos en esas regiones

“Los olores y aromas agradables a nuestro olfato despiertan sensacione­s de bienestar y tranquilid­ad que crean algo así como una marca olfativa”.

LUZ ÁNGELA ESCOBAR

Sicóloga

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