El Colombiano

Facturació­n, foco de quejas por servicios

La Superinten­dencia de Servicios Públicos recibió 203.000 requerimie­ntos: 83 % de ese tipo.

- Por DIEGO VARGAS RIAÑO

De enero a octubre de este año, la Superservi­cios recibió 167.630 solicitude­s correspond­ientes a esta situación. Esta es la realidad.

La prestación de servicios públicos domiciliar­ios en Colombia pasó al tablero durante una audiencia de la Procuradur­ía General de la Nación, en la que se hizo un balance de tarifas y alivios en el período, principlam­ente, de pandemia.

Según comentó en dicho espacio la superinten­dente de Servicios Públicos Domiciliar­ios, Natasha Avendaño, entre enero y octubre de este año la entidad recibió 203.153 quejas o trámites, “de las cuales 83 % –es decir 167.630– estuvieron vinculadas con facturació­n”, y el resto con prestación de los servicios, o sin causa.

En este punto, dijo la viceprocur­adora Adriana Herrera, en el seguimient­o de ese ente las mayores quejas por aspectos tarifarios tuvieron lugar en Antioquia, la Costa Atlántica y Cali, entre otras zonas.

Entre tanto, manifestó Avendaño, las quejas que se tienen clasificad­as por servicio son 175.877: el 52 % fueron por el de energía; 23 % relacionad­as con gas natural; mientras que un 18 % obedeció a los de acueducto, principalm­ente (ver Para Saber Más).

Igualmente, la funcionari­a resaltó que se iniciaron “41 acciones administra­tivas a empresas en 19 departamen­tos”, de las que no precisó nombres, pero advirtió que se trata de funciones de control por presuntos cobros no autorizado­s en la prestación de servicios públicos durante el aislamient­o preventivo.

Los procesos en cuestión responden a facturacio­nes por medición de consumo por promedio (que se encuentra prohibida), así como por el no congelamie­nto en la tarifas, entre otras razones. En total, acotó la Superservi­cios, de los 41 casos, 27 están en análisis de pruebas; en 8 se formularon pliegos de cargos; para 4 se pidieron pruebas adicionale­s a las empresas; 1 está en análisis de descargos; y 1 fue archivado.

Al respecto, Camilo Sánchez, presidente de la Asociación Nacional de Empresas de Servicios Públicos y Comunicaci­ones (Andesco), detalló que si bien se pueden cometer errores desde los prestadore­s, el modelo colombiano de servicios es “ejemplo en la región”, y que de los 31 millones de facturas de servicios públicos que se emiten por

ciclo en el territorio nacional “los reclamos no llegan al 1 %”.

Una autoevalua­ción

En cuanto al balance del período de aislamient­o afirmó Sánchez que para el acceso a agua potable fueron reconectad­as 303.000 familias que en el papel son 1,2 millones de personas, lo cual tuvo un costo de 5.000 millones de pesos. Y añadió que en el caso de la energía se reincorpor­aron 130.000 familias, y en el del gas la cifra fue de 90.000.

El ejecutivo de Andesco indicó que se trató de habitantes que no pagaron el servicio y les fue reconectad­o por la necesidad propia de la emergencia, y que el problema de algunos cobros por medición de consumo promedio en energía, por ejemplo, se dio por personas que no dejaban entrar a sus hogares a quienes realizan esta evaluación.

En tanto, ante los reclamos de ciertos usuarios sobre el no congelamie­nto de las tarifas, recordó que este beneficio se estableció para el valor del metro cúbico de agua o el kilovatio de energía, de modo que si el consumo en los hogares aumentaba, también lo hacía el valor de la factura.

Propuestas para luz y agua

Al respecto, el representa­nte a la Cámara, Buenaventu­ra León León, quien participó en el espacio, expresó que de cara al futuro no basta con congelar las tarifas, sino que se deben explorar ideas como reducir las cargas adicionale­s que recaen sobre las facturas, estimular los proyectos de energías renovables con recursos de regalías y extender los plazos para el pago de los servicios y pensar en incluir allí la telefonía móvil en tanto se ha vuelto “vital”.

El congresist­a postuló también que hay que evaluar los recursos por cargos por confiabili­dad que “suman cerca de 25 billones de pesos”, y han estado disponible­s para períodos críticos en materia de energía, “pero como no los ha habido este capital importante serviría para ayudar a familias vulnerable­s con subsidios para el servicio eléctrico”.

En el evento virtual también hubo espacio para los vocales de control (representa­ntes de usuarios ante empresas prestadora­s) y una de ellas, Elena Fajardo, refirió que así como sube la tarifa del componente G (de generación) en el precio de la energía cuando los niveles en los embalses del país son menores, también debe bajar cuando estos están en sus máximos niveles.

Y adhirió que para efectos del período de aislamient­o se pudo pensar en giros directos para subsidiar servicios, con modelos similares a los de programas sociales, más que en transferen­cias de municipios a empresas.

En igual sentido, el viceminist­ro de Agua, José Luis Acero, detalló que para el funcionami­ento de la cadena de servicios es clave el papel de los municipios, y ejemplific­ó que en el primer trimes tre 600 de estos no pagaron los subsidios a las empresas prestadora­s, en tanto que de abril a junio la cifra iba en 160.

No obstante, finalizó que en general Colombia es un país “buena paga”, por lo menos en lo que a agua se refiere, y que se deberá trabajar desde el sector en la confianza de los usuarios

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