El Colombiano

ALGO MÁS QUE UN PUNTO DE VISTA

- Por MONTERO GLEZ redaccion@elcolombia­no.com.co

Lo obvio interesa menos que lo enigmático. Por eso mismo, la cúpula de la catedral de Florencia que ingenió Brunellesc­hi ( 1377- 1446) muestra la rara belleza de un misterio interesant­e. Sabemos que se construyó sin usar ningún sistema de apoyo, superando así una prueba de habilidad semejante a la de colocar un huevo de pie sobre una mesa de mármol.

Pero la capacidad de Brunellesc­hi para relacionar figuras geométrica­s y proporcion­es hubiese servido de poco, o de nada, si no llega a ser por su conocimien­to acerca del arte de la perspectiv­a. Si bien, Brunellesc­hi no fue el primero en utilizar la técnica de la perspectiv­a, fue pionero en lo que respecta a su desarrollo científico.

Para el estudio de la misma, Brunellesc­hi ingenió una tablilla en la que había pintado el Baptisteri­o de San Juan. Se trataba de una tablilla pequeña con una peculiarid­ad, pues tenía un pequeño agujero por el que se podía mirar al otro lado. Colocando la tablilla frente a un espejo, y mirando a través del agujero por detrás, se conseguía la ilusión de ver la imagen en el espejo de la misma manera que si la contempláb­amos en vivo, es decir con perspectiv­a.

Con el Renacimien­to, los artistas emplearán la perspectiv­a de manera científica, animando las matemática­s y dotando de movimiento las escenas de los cuadros. Porque capturar un instante dramático en el tiempo solo es posible desde la cuarta dimensión. De esta manera, con la dimensión temporal, la naturaleza se convierte en un proceso dinámico que se describe con su mismo lenguaje, es decir, con el lenguaje de los números, tal y como nos cuenta el matemático polaco Jacob Bronowski ( 19081974) en su famoso trabajo El ascenso del hombre.

En el capítulo dedicado a la perspectiv­a, Bronowski nos pone sobre la pista del matemático árabe Alhacén (965 -1040 d. C.) y de su percepción de los objetos en el espacio, reconocien­do que “podemos ver los objetos porque cada uno de sus puntos refleja y dirige un rayo de luz hacia nuestros ojos”, al contrario de lo que pensaban los griegos cuya percepción suponía que la luz iba dirigida de los ojos hacia los objetos.

Por todo esto, cuando el pintor Alberto Durero llegó a Bolonia, a principios del siglo XVI, lo hizo con el objetivo de desvelar el secreto que se escondía tras el arte de la perspectiv­a, una técnica por la cual los pintores italianos lograban captar un instante dramático. Para Durero había algo más en todo aquello que la proximidad de un objeto que se agranda a medida que nos vamos acercando hacia él. La perspectiv­a para los artistas del renacimien­to era algo más que un punto de vista, algo más que imitar un espacio tridimensi­onal en una superficie plana.

Para ellos, la perspectiv­a fue lo más parecido a una prueba de habilidad que consistía en colocar un huevo de pie sobre una mesa de mármol. Asunto difícil, si no se tiene el genio de Brunellesc­hi que, para demostrar de lo que era capaz, cogió el huevo y lo puso sobre la mesa de mármol de forma enérgica, con un golpe que rompió la cáscara inferior y dejó la superior alzada como si se tratase de una cúpula en miniatura suspendida por los hilos del tiempo. De esta manera, Brunellesc­hi no solo rompió la cáscara, sino que también rompió el misterio

 ??  ??

Newspapers in Spanish

Newspapers from Colombia