El reto que asumen los bancos de alimentos
Abaco, que reúne a las 22 organizaciones de este tipo en Colombia, dice que en 2020 se han entregado 45 mil toneladas de comida en todo el país.
Hoy, como todos los años desde 1979, es el Día Mundial de la Alimentación. Pero esta vez la situación es distinta. El mundo se enfrenta al nuevo coronavirus, a los retos que este impone en salud y, en esa vía, a un desafío acentuado por la pandemia: el hambre y cómo erradicarla.
En esta tarea, los bancos de alimentos cumplen un rol importante. No obstante, el aumento de la demanda, como señalan los mismos bancos, se ha convertido en un desafío para su trabajo que de por sí es exigente, pues según la Organización de la ONU para la Alimentación y la Agricultura (FAO), por culpa del covid-19 se estima que entre 83 y 132 millones de personas padecerán hambre en el mundo.
Según Abaco –la Asociación de Bancos de Alimentos de Colombia–, en el país el 32 % de las familias no consumen más de dos comidas diarias, lo que representa unas 10,9 millones de personas con alimentación incompleta, y hay 560 mil niños y niñas con desnutrición crónica.
Una situación apremiante
Juan Carlos Buitrago, director de Abaco, le contó a EL CO
LOMBIANO que “no damos abasto. La cantidad de hambre es crítica y, por supuesto, han aumentado las solicitudes que tenemos de gobernaciones y municipios afectados”. Explicó que, entre el 30 de marzo y el 13 de agosto de 2020, han entregado 45 mil toneladas de alimentos a 1,8 millones de personas en 158 municipios.
Adicional al esfuerzo que supone recolectar toda esa comida (proveniente de fuentes como donaciones), el coronavirus también acentuó otro reto. Buitrago señaló que una de las principales causas no es la disponibilidad de comida –pues en el país se botan 9,76 millones de toneladas de comida al año, según el Departa
mento Nacional de Planeación–, sino el acceso a ella.
“Con lo que se bota”, dijo, “podríamos darle de comer a ocho millones de personas durante todo el año con las tres comidas diarias. Aunque están disponibles, las personas no logran acceder a ellos”.
El Banco Arquidiocesano de Alimentos de Ibagué ha beneficiado a 11.860 familias con un paquete compuesto por arroz, pasta granos, panela, aceite, azúcar, sal y chocolate, y también, cuando es posible, productos cárnicos, lácteos y de aseo. Sin embargo su diácono director, Alberto Arciniegas, dice: “necesitamos mayor cobertura, pues la pandemia está dejando a más personas afectadas, que si no tienen una alimentación, también se pone en riesgo su salud y su estabilidad emocional. Necesitamos crecer en cantidad y calidad de productos”.
No obstante, la situación no es sencilla. Silvia Elena Llano, directora de la Fundación Saciar Banco de Alimentos (en Medellín), dice que “empresas, familias, personas han tenido que suspender sus donaciones porque hoy tienen prioridades, pues han bajado sus ingresos. Se va notando que desacelera la ayuda, lo que también nos preocupa porque la pospandemia se alargará”.
Así también lo cree Juan Carlos Buitrago, quien cuenta que, aunque en julio y agosto hubo un pico de donaciones, en septiembre y octubre han bajado. “Nos preocupa porque el hambre no se acabó, sino que está incrementándose. Por eso, llamamos a los colombianos a donar “, concluyó