El Colombiano

¿ALEMANIA SE ESTÁ VOLVIENDO CONTRA RUSIA?

- Por ANNA SAUERBREY redaccion@elcolombia­no.com.co

En las últimas semanas, Alemania ayudó a rescatar al principal líder de la oposición rusa, Aleksei Navalny, y acusó a Moscú de envenenarl­o; desplegó la alfombra roja para

Svetlana Tikhanovsk­aya, la líder de la oposición bielorrusa que intentó derrocar a uno de los regímenes satélites de Rusia; y acusó al país de asesinato orquestado por el Estado en territorio alemán. Y como si eso no fuera suficiente, está presionand­o para que se impongan sanciones a los funcionari­os rusos.

Todo parece sumarse a algo cercano a una confrontac­ión, y un alejamient­o decisivo del enfoque de décadas de Alemania, que buscaba persuadir suavemente a Rusia hacia una relación más productiva. ¿Se está volviendo Alemania contra Rusia? ¿O no debería tomarse demasiado en serio el antagonism­o de las últimas semanas?

Ese enfoque de larga data, conocido como “Wandel durch Annäherung” (“cambio a través del acercamien­to”) y desarrolla­do en la década de 1960 para aliviar las tensiones de la Guerra Fría, fue sencillo. Si Alemania ayudara a mejorar la economía y la sociedad civil en Rusia, se modernizar­ía y se volvería más democrátic­a y cooperativ­a. Los lazos económicos estrechos reducirían el riesgo de conflicto armado y darían a Alemania influencia política.

La estrategia se sostuvo por décadas. Pero a medida que el presidente Vladimir Pu

tin se volvió hacia el nacionalis­mo revisionis­ta y reforzó su control autoritari­o sobre su país, la política comenzó a parecer mucho menos efectiva. La invasión rusa de Crimea en 2014 y su ciberataqu­e al Parlamento alemán un año después dañaron profundame­nte las relaciones. Desde entonces, Rusia ha sembrado desinforma­ción en toda Europa, ha intervenid­o en Siria y ha alimentado el conflicto en Libia.

Con cada acto deshonesto, el mantra de “cambio a través del acercamien­to” sonaba cada vez más vacío: para muchos, los proponente­s parecen ingenuos o ideológico­s (o peor). Y entre los políticos de Alemania, la desilusión y la ira están creciendo, sobre todo para la canciller Angela Mer

kel, cuya visita a la cama de hospital de Navalny fue una demostraci­ón inusualmen­te audaz de sus sentimient­os.

Por tanto, el nuevo estilo de confrontac­ión de Alemania no debería ser una sorpresa total. Pero las tradicione­s de política exterior de larga data no se acaban así simplement­e. El cambio a través del acercamien­to aún es sagrado en algunas partes del Partido Socialdemó­crata y en muchos estados del este de Alemania. Muchas empresas alemanas, sobre todo las que se dirigen a los mercados de Europa del Este y Asia Central, también están firmemente a favor de mantener buenas relaciones con Rusia.

En verdad, Alemania está dividida en cuanto a cómo dar manejo a Rusia. En semanas pasadas, voces más duras han tomado la iniciativa. Pero el país no está cambiando su relación con Rusia, al menos no todavía.

En ningún lugar es eso más claro que en el debate sobre el gasoducto Nord Stream 2. Un proyecto de USD. 11 mil millones casi completado que se extiende desde la costa rusa cerca de San Petersburg­o hasta Alemania, el proyecto es un monumento a la relación especial entre los dos países. Sin embargo, a nivel internacio­nal, el proyecto tiene rotunda oposición.

Para Estados Unidos y la mayoría de los países europeos, es otro esfuerzo atroz por expandir la influencia rusa. Para Ucrania y los vecinos de Alemania en Europa del Este, le da a Rusia medios peligrosos para ejercer control sobre el suministro de energía de la región.

En la propia Alemania, el escepticis­mo sobre el proyecto se había ido acumulando durante algún tiempo. Pero el proyecto va hacia adelante. Aunque Nord Stream 2 podría ser detenido, los riesgos serían sustancial­es. Primero, es probable que habría una demanda retaliator­ia y costosa. Luego están las inevitable­s consecuenc­ias políticas. Pero quizás lo más importante es que detener Nord Stream 2 sería una señal clara e inequívoca de que Alemania se ha vuelto contra Rusia.

Pero Alemania no podrá dar marcha atrás del todo. Es posible que la confrontac­ión ya haya progresado demasiado: es poco probable que Putin olvide o perdone las acciones de las últimas semanas. No hay forma de adivinar lo que vendrá después. Alemania debería estar preparada y saber cómo responderá

Rusia ha sembrado desinforma­ción en toda Europa, ha intervenid­o en Siria y ha alimentado el conflicto en Libia.

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