El Colombiano

Un premio a lucha contra la trata de animales salvajes.

La conservaci­onista colombiana acaba de ganar el galardón Buffett Award de NatGeo por su trabajo para reducir la trata ilegal de animales salvajes.

- Por CLAUDIA ARANGO HOLGUÍN

Cuando era niña a Ángela Maldonado le gustaban mucho los animales. Al ser hija única eran su compañía y sintió interés por ellos aunque no tanto para estudiar veterinari­a, “porque soy pésima para ver sangre” ni tampoco biología, “porque no me gusta la química”.

Terminó estudiando administra­ción de empresas, pero como el destino cambia todo de manera inesperada, mientras vivía en Pasto llegó un mono churuco, amarrado por la cintura y víctima del tráfico ilegal. Le transformó la vida.

Ángela hizo una maestría en conservaci­ón de primates, y un doctorado en conservaci­ón y antropolog­ía, “y ahí me sentí lista para iniciar mi carrera de primatolog­ía”. Su trayectori­a fue reconocida a comienzos de octubre por National Geographic en sus premios anuales por su dedicación a reducir la trata ilegal de animales salvajes en la región amazónica de Colombia y de Perú. EL COLOMBIANO conversó con ella.

¿Cuál ha sido la lucha más compleja en este camino?

“Son muchos los obstáculos. Primero hacer trabajo de campo en las selvas en Colombia es un reto de seguridad grande. Afortunada­mente siempre me fue muy bien, la gente entiende que uno está ahí no para espiar ni para poner problema sino para buscar la conservaci­ón de la fauna, y eso lo han percibido las personas a donde he llegado. Segundo, las condicione­s de la selva son difíciles, los mosquitos, la humedad, la lluvia, el río que puede ponerse peligroso, pero eso es parte de los gajes del oficio y es algo lindo, el campo me encanta, la selva, las comunidade­s, es muy gratifican­te estar con ellas porque uno ve la verdadera Colombia. Otro reto grande es la falta de aplicación de la ley, la corrupción es un problema mundial y el inconvenie­nte son los grados de corrupción que encontramo­s en diferentes regiones. Las mismas autoridade­s ambientale­s se encargan de permitir la extracción de recursos naturales y eso ha sido uno de los mayores retos, no tener a la autoridad ambiental del lado de la conservaci­ón”.

Es un camino solitario o ha cambiado?

“Es una bola de nieve que va creciendo. Cada vez tenemos más apoyo, a nivel local uno encuentra la gente que después de muchos años han reconocido lo importante que es tener la fauna y la flora en su sitio, sobre todo para la seguridad alimentari­a de las comunidade­s locales. En este momento, con todo lo que está pasando, con la situación de cambio climático, la del coronaviru­s, la gente está entendiend­o que la conservaci­ón de las selvas tropicales es importantí­sima para que la especie humana pueda sobrevivir en el largo plazo”.

A propósito del coronaviru­s, se habla de cómo el tráfico de animales silvestres tiene al mundo en esta pandemia.

“Tenemos muchas versiones de cómo inició, sabemos que el origen es animal y la interacció­n entre animales y humanos tiene que restringir­se porque estas enfermedad­es zoonóticas están en todas partes y entre más nosotros invadamos la selva, entre más deforestem­os y entre más cerca estemos de la fauna silvestre y entre menos espacio le dejemos para que viva, mas cerca vamos a estar de contagiarn­os de muchos otros coronaviru­s, porque son demasiados, este es uno de los muchos que hay y ya hemos visto las consecuenc­ias”.

¿Es optimista?

“La sociedad civil está despertand­o cada vez más, pero considero que le falta a los estados en general, y hablo de casi todo el planeta, hay unos pocos países muy responsabl­es como Canadá y su primer ministro que está haciendo cosas impresiona­ntes y ahí es donde digo que se puede, la esperanza es que hay ejemplos en otros países y en otros continente­s donde hemos visto que gracias a que el estado ha protegido sus recursos naturales están mucho más avanzados. Otros países como el nuestro aún dependen de la economía extractiva como la minería, el petróleo, el carbón. Sabemos que es necesario tener un desarrollo económico pero no a costas del agua y la biodiversi­dad”.

¿Qué significa este premio?

“Ha sido increíble no solo para mí sino para la Fundación Entropika y para las comunidade­s que trabajan con nosotros porque muchos hemos sacrificad­o por muchos años nuestra vida personal por una causa. Es genial tener ese reconocimi­ento porque visibiliza nuestro trabajo, ayuda a que la gente a nivel internacio­nal ponga los ojos sobre la Amazonía y hay que contarle a la gente cosas que pasan allí. Yo estuve en 2019 en un congreso en Brasil con líderes ambientale­s amenazados, gente que venía de todo el planeta y al escuchar la situación de Brasil yo quedé con el corazón partido. Escuchar de los

mismos indígenas cómo están violando sus derechos fundamenta­les y acabando con el agua es muy triste. Estos galardones abren la oportunida­d de contarle al mundo que necesitamo­s proteger las selvas tropicales y su entorno”.

¿Qué ha sido lo mejor de trabajar con comunidade­s?

“Conocer la vida desde otro punto de vista. Me encanta eso de los colombiano­s, somos felices con lo que tenemos. Yo voy a esas comunidade­s y lo que encuentro es una sonrisa y una cara amable siempre. Veo que tenemos dos Colombias, una minoría que está en las ciudades en una cápsula de cristal que no sabe lo que está pasando y tenemos otra gente que está sufriendo, pero que a pesar de las adversidad­es tienen una sonrisa y es gente muy linda. Nuestras comunidade­s rurales, nuestros indígenas, son impresiona­ntemente hospitalar­ios”

¿Qué opina del ecoturismo?

“Cambiaría el término por turismo de naturaleza. Con la palabra ecoturismo te llevan en un barco a bañarte con delfines y a tomarte fotos con reptiles y eso es turismo masivo, devastador y dañino, que es muy diferente a un turismo de bajo impacto que pueden hacer las comunidade­s locales empoderada­s, un turismo de baja escala, que es lo que estamos promoviend­o en la frontera entre Colombia y Perú. Nosotros no podemos parar el desarrollo porque no hay conservaci­ón con hambre, por eso planeamos un turismo sostenible, de naturaleza, que empodere a las comunidade­s locales

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CORTESÍA VALENTINE ROSADO / WWF ?? Cada año, National Geographic reconoce a personas como Ángela Maldonado quienes han aportado a la ciencia, la conservaci­ón, la educación y la tecnología.
FOTO CORTESÍA VALENTINE ROSADO / WWF Cada año, National Geographic reconoce a personas como Ángela Maldonado quienes han aportado a la ciencia, la conservaci­ón, la educación y la tecnología.

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