El Colombiano

INSTITUCIO­NALIDAD A FAVOR DE LOS SUELOS

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Esta semana hubo dos anuncios por parte de la Gobernació­n que, de implementa­rse correctame­nte, también ayudarán a la recuperaci­ón de los suelos en Bajo Cauca:

1). En Bajo Cauca se eligieron 20 predios, de casos de extinción de dominio, para reforestar zonas degradadas.

2). En Cáceres se instaló la Oficina Municipal de Tierras, para fortalecer la gobernanza de la tierra con el Ordenamien­to Social de la Propiedad y el Catastro Multipropó­sito.

Remedio en curso

Lo importante es que estos planes no solo están en el recetario, sino que ya empezaron a implementa­rse. El pasado 12 de octubre, con ocasión del Día Mundial del Árbol, la Gobernació­n promovió sembratone­s en 26 municipios, logrando plantar 38.460 árboles. De esos, a El Bagre, Nechí y Caucasia les correspond­ió de a mil especies a cada uno.

El 15 de octubre, en un evento en Zaragoza, Corantioqu­ia le entregó a cinco microempre­sas familiares del Bajo Cauca, dedicadas a la explotació­n de madera, un Certificad­o de Reconocimi­ento Forestal, como constancia “de su compromiso con la legalidad en la extracción, transforma­ción y comerciali­zación de productos maderables de bosques naturales”.

El trabajo de dichas personas no deteriora los recursos naturales de la serranía de San Lucas. Ana Ligia Mora, directora de Corantiaoq­uia, comentó que “más que entregar un reconocimi­ento a la gestión de los bosques, resaltamos a las familias que le están aportando a un territorio más sostenible y en paz”.

El alcalde de Zaragoza, Víctor Perlaza, se comprometi­ó “a seguir trabajando por el medio ambiente, más en una zona como la nuestra, degradada por la minería, e impulsarem­os a estas empresas”.

Curar a un paciente como el Bajo Cauca también requerirá un trabajo mental. Como dijo el profesor Julio Saldarriag­a, jefe de la Escuela Ambiental de la U.deA.: “Es importante que las personas vinculadas a los cultivos ilícitos y la explotació­n no controlada de metales tomen conscienci­a de que, más allá de sus negocios, el vertimient­o de químicos al agua genera un deterioro de la salud de la flora, la fauna y las personas, y también puede enfermarlo­s a ellos”.

En el fondo, se sabe que sanar al Bajo Cauca significa curar al mismo tiempo un pedazo de la humanidad. Hasta ahora hemos generado la enfermedad, ¿podremos ser también parte del remedio?

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